Europa

Las autoridades francesas dicen que el hombre que acuchilló mortalmente a un hombre en París tenía, cómo no, problemas mentales

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En muchos países europeos, las autoridades tienen instrucciones de callar, ocultar, minimizar los delitos cometidos por islamistas. Proteger a sus nacionales ha pasado a ser una preocupación menor para países que protegen antes a los terroristas.

Este juego masoquista lo hace posible la connivencia de los líderes europeos con el proyecto mundialista que defiende fanáticamente Emmanuel Macron. Ayer hubo un nuevo apuñalamiento en París con el resultado de una persona muerta y varias heridas. AD daba por hecho la desvinculación del criminal con la ultraderecha al ocultarse sus datos. También apuntamos ayer que las autoridades galas terminarían atenuando la responsabilidad criminal del asesino con supuestos problemas mentales. Dicho y hecho.

La más que presunta vinculación del atacante con el islamismo yihadista se convierte en una cuestión accesoria que ni siquiera se menciona. En cambio se engaña a la población indicándole, por boca de la policía, que el asesino «tenía problemas mentales». Semejante patrón ya es habitual en Francia. En los medios franceses, cualquier mención a los vínculos entre el islamismo y la violencia se han eliminado ya completamente. Cuando un islamista perpetra un ataque con cuchillo y grita «Alá Akbar» («Alá es el más grande»), el mensaje oficial que se publica, incluso antes de que se inicie cualquier investigación, declara invariablemente que lo sucedido «no tiene nada que ver con el islam» y no tiene «carácter terrorista».

Nos preguntamos por qué las consecuencias de ciertas psicopatías son siempre criminales cuando el psicópata pertenece a un determinao credo y no a otros. Por qué los cristianos con problemas mentales, o los budistas, no sienten el irrefrenable deseo de matar que en cambio sí acreditan estos “perturbardos” representantes de la “religión de la paz”. ¿Por qué a los criminales de otras confesiones no se les concede el mismo atenuante?

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Los líderes europeos no van a reconocer en ningún momento que su política ha sido desastrosa y que la multiculturalidad, lejos de fortalecer y enriquecer a las sociedades que la padecen, ha sido una fuente histórica de fragmentación social y conflicto, con lo que es inevitable que la escalada de crímenes siga creciendo y que las autoridades y los medios afines sigan ocultándolos, cada vez con mayor eficacia. Los líderes euopeos están demostrando ser los peores enemigos de su pueblo, como ha quedado acreditado una vez más tras este último ataque criminal contra víctimas elegidas de forma aleatoria y donde la más que presunta vinculación al islamismo yihadista del atacante se convierte en una cuestión accesoria que ni siquiera se menciona. Solo que tenía problemas mentales.

El islam es fuerte porque los dirigentes europeos han puesto en marcha una propaganda única en la historia de la humanidad para crear en los europeos un sentimiento permanente de culpabilidad, un odio de su propia identidad que algunos llaman etnomasoquismo, una verdadera enfermedad mental colectiva que nos está llevando a un suicidio masivo.

La amenaza que pesa hoy sobre Francia es grave. La presencia del islamismo radical en el país vecino es reveladora de su decadencia. Las décadas futuras serán duras. Muchos pueblos europeos, pueblos hoy arrodillados, rebaños dóciles prometidos al matadero, prefieren la sumisión a sus verdugos antes que el esfuerzo de la lucha. Entre el deshonor y la guerra, eligen el deshonor, y tendrán la guerra. Y de propina, el deshonor.

“Problemas mentales”

El individuo que acabó este viernes con la vida de una persona y dejó otros dos heridos en un ataque con cuchillo en Villejuif, al sur de París, padecía problemas mentales, según fuentes cercanas a la investigación citadas por la cadena “BFM TV”.

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Al hombre, identificado en la prensa gala como Nathan C., de 22 años, se le encontraron objetos vinculados a la religión entre sus efectos personales pero no había sido fichado previamente por radicalismo sino por delitos comunes.

La investigación ha sido asumida hasta el momento por la fiscalía de Créteil y la Policía judicial del departamento de Val-de-Marne, y no por la fiscalía nacional antiterrorista.

La fiscal de Créteil, Laure Beccuau, explicó este viernes a los medios que la prioridad ahora es identificar al agresor y recoger los testimonios de testigos para comprender las motivaciones del sujeto.

Según los primeros indicios, el agresor acuchilló a varias personas en el parque de Altos de Bruyeres poco antes de las 14.00 hora local (13.00 GMT) y posteriormente se dirigió hacia un centro comercial en L’Hay-les-Roses con la intención de continuar su ataque.

Allí intervinieron los agentes de policía, alertados por la llamada de un ciudadano sobre lo que había sucedido en el parque, lo que obligó a confinar a cientos de personas que se hallaban en el centro comercial en ese momento.

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Artificieros de la Policía se desplazaron al lugar ante la sospecha de que el hombre neutralizado portase un cinturón de explosivos, algo que fue descartado posteriormente.

Una persona murió en el ataque y otras dos personas resultaron heridas, una de ellas de gravedad pero ya fuera de peligro.

El presidente francés, Emmanuel Macron, se solidarizó con las víctimas y sus familiares en un mensaje en Twitter donde indicó que Francia continúa su combate por la seguridad de los franceses.

“El año comienza en duelo por el drama de Villejuif. Mi apoyo a las víctimas del ataque, a sus familiares y a las fuerzas del orden. Seguimos con determinación la lucha contra la violencia ciega y nuestro combate por la seguridad de todos los franceses”, escribió.

En redes sociales, algunos dirigentes del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional) criticaron que el ataque no fuera inmediatamente calificado de terrorista, si bien los primeros indicios no permiten establecer este punto y las autoridades han optado por comunicar con prudencia.

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“Sus puñaladas estuvieron acentuadas por gritos de ‘Allahu Akbar’ (Dios es grande)”, puso en Twitter uno de los principales cargos del partido, Jean-Lin Lacapelle junto a una foto del supuesto agresor muerto, pero ninguna de estas informaciones ha sido confirmada por las autoridades.

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