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La postura mixta o contingente de las cualificaciones en los Ejércitos

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Enrique Area Sacristán.- En el debate acerca de los efectos de las nuevas tecnologías sobre las cualificaciones, encontramos una tercera posición, diferenciada de las tesis de la cualificación y la descualificación. Spenner, por ejemplo, piensa que la tecnología tiene un efecto mixto sobre las cualificaciones. En algunos casos, los estudios empíricos demuestran la existencia de tendencias descualificadoras, mientras en otros es posible aducir que ciertos trabajos se recualifican.

Otros autores, como Penn y Scattergood, hablan de la “teoría compensatoria de las cualificaciones”. Esta puede delinearse a partir de cinco proposiciones interconectadas:

.- La teoría sugiere que el cambio tecnológico genera al mismo tiempo cualificación y descualificación.

.- En las sociedades capitalistas avanzadas, estos efectos se observan a una escala internacional.

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.- Los cambios tecnológicos tienden, por un lado, a descualificar las tareas directas de producción pero, por otro, incrementan y estimulan las tareas auxiliares asociadas con la instalación, mantenimiento y programación de la maquinaria automatizada.

.- En cuarto lugar, esta teoría indica que el cambio tecnológico tiende a favorecer a ciertos grupos ocupacionales y a perjudicar a otros.

.- Por último, el modelo advierte que el cambio técnico afecta a las formas tradicionales de la división del trabajo y por ello presenta, al mismo tiempo, amenazas y oportunidades para las organizaciones sindicales.

CONCLUYENDO

Podemos distinguir cuatro tipo de trabajadores, en relación con el tipo de cualificaciones (generales o específicas) y el tipo de definición de las cualificaciones (social o tecnológica):

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a.- En primer lugar, encontramos a los “profesionales”, que se caracterizan por sus cualificaciones generales socialmente definidas. Éstos cuentan con un mercado de trabajo protegido y son móviles en el mercado de trabajo. Su independencia otorga a los sindicatos que los representan un fuerte poder.

b.- En segundo lugar, están “los burócratas”, que cuentan con cualificaciones específicas de la organización burocrática donde trabajan, aunque a éstas se las define socialmente. Los programas de formación se desarrollan en la misma empresa, con lo cual, al burócrata le resulta muy difícil abandonar la organización. Entre los burócratas existe una fuerte base para la organización de sindicatos, puesto que a la empresa no le resulta fácil sustituirlos.

c.- En tercer lugar, Gulowsen menciona a los “trabajadores de nueva cualificación”, que presentan cualificaciones generales pero de marcada definición técnica. En general, estos trabajadores se encuentran en continuo reciclaje y optan por estrategias individualistas que impiden la acción colectiva.

d.- Por último, están los “especialistas de empresa”, que cuentan con cualificaciones específicas de la empresa, pero comparten con los trabajadores de nueva cualificación su marcado carácter técnico. Al carecer de cualificaciones transferibles y temer el peligro de la obsolescencia tecnológica de sus conocimientos, los especialistas de empresa son muy dependientes del empresario

NOTA FINAL SOBRE LA CUALIFICACIÓN (Lucila Finkel)

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La idea de que las condiciones cambiantes del trabajo en la industria y en la oficina requieren una población trabajadora cada vez “mejor formada”, “mejor educada”, y por tanto “ascendente”, está casi universalmente aceptada, tanto en el discurso popular como en el académico. Puesto que la argumentación que se ha presentado aquí parece chocar de manera directa con esta idea popular, es necesario confrontar esa opinión convencional. Por una parte , los conceptos de “cualificación”, “formación” y “educación” son en sí mismos suficientemente vagos y, por otra parte, un análisis preciso de los argumentos que se emplean para sostener las tesis del “ascenso” se encuentran con el obstáculo añadido derivado del hecho de que tales argumentos no han sido nunca objeto de una presentación coherente y sistemática.

Puesto que con el desarrollo de la tecnología y la aplicación a ella de las ciencias fundamentales, los procesos de trabajo de la sociedad han llegado a incorporar un mayor conocimiento científico, esta claro que el contenido “promedio” de ciencia, de técnica, y en consecuencia de cualificación, de estos procesos de trabajo, es mucho mayor ahora que antes. La cuestión consiste precisamente en decidir si el contenido científico y “educado” del trabajo tiende a promediarse o, por el contrario, a polarizarse.

Si lo que ocurre es esto último, decir que la “cualificación” promedio se ha elevado es adoptar la lógica del estadístico que, con un pie en el agua y otro en el fuego, dirá que en “promedio” se siente perfectamente cómodo. La masa de los trabajadores no gana nada por el hecho de que la disminución de su dominio sobre el proceso de trabajo esté más que compensada con el creciente dominio por parte de los directores e ingenieros.

Por el contrario, no sólo cae su cualificación en un sentido absoluto (en el sentido de que pierden capacidades artesanales y tradicionales sin ganar otras nuevas, aptas para compensar la pérdida), sino que cae aún más en un sentido relativo. Cuanto más ciencia se incorpora al proceso de trabajo, menos entiende el trabajador este proceso. En otras palabras, cuanto más necesita saber el trabajador para seguir siendo un ser humano en el trabajo, menos sabe.

Militarmente hablando, el concepto mismo de cualificación para las Clases de Tropa se degrada junto con la degradación del trabajo, y la vara con la que se mide se contrae hasta tal punto que hoy se considera que el soldado posee una cualificación si su empleo exige una formación de algunos días o semanas; varios meses de formación se consideran como exageradamente exigentes y el empleo que requiere un periodo de aprendizaje de seis meses o un año tal como la programación de ordenadores, genera un paroxismo de terror. Tema que trataremos en el Capítulo “La Especialización en las Fuerzas Armadas”

Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca.

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