Opinión

José Bono Martínez… ¡Presente!

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Afirma este propio en televisión, así como si nada, que Franco fue un asesino, y lo repite, sin paliativos y de entrada. No es el caso de Hugh Thomas, Preston y otros historiadores neutrales –que no pertenecen a la Academia de la Historia, porque hubieran salido al paso- y serios que gustan de la verdad, no, es la de un español hijo de un falangista y que en su día juró bandera en la IPS. Va más allá el andoba, el mismo ministro de defensa que prefería morir a matar, según propia confesión, en lugar de hacerse a un lado, como haría un hare krishna a lo Swami, de verdad y no de boquillas, en razón a la eficacia en el cargo por el bien de España. Digo yo si dejaría sus prebendas en las mismas circunstancias, eso es si preferiría pagar en lugar de cobrar del peculio estatal. Nos lo debería contar.

Es posible que se manifieste así de contundente para que los del “new popular front” no le corten la luz o los efluvios económicos que le mantienen por encima de la media aritmética -o la cuadrática- de los ciudadanos que progresaron con Franco, desde cuando su padre, no sé bien, ejercía la alcaldía de Salobre por haber participado en semejante contubernio con aquel asesino en la salvación de la civilización occidental, y en nuestro propio suelo, que no por ello dejamos de agradecerle. No se extiende mucho don José, verdad, y se calla la tira putamente, mientras no le duelen prendas para asesinar a Franco o a la misma Virgen de Pilar si fuese menester. Es la consigna del día para los camaradas. ¡Donde has caído, pibe!

No le interesa la verdad para nada, en absoluto, según aparenta en su comparecencia y no tiene inconveniente en tergiversar lo que sea para evitar que se le cuestione. Porque saberlo lo sabe, y lo ha escuchado cada día de su mocedad al sentarse a la mesa bien abastecida que presidía su padre, lo que no era el caso de tantos que dieron sus vidas y sus muertes por ambas causas y que compartieron posterior y fraternalmente la miseria y el hambre en los que nos dejó sumidos la gloriosa república hasta el 59, tan legítima ella -¿de donde sacan esta legitimidad, lo sabe alguien? Fue un puto golpe- mientras continuaban la fiesta en México lindo. Anda que, si Franco mete la mano en el cajón del pan sin recato ni medida, como Negrín o Indalecio Prieto…

Tampoco le interesa la insidia de los miles de maquis comunistas que continuaron acosando la paz –con cómplices y encubridores- hasta bien entrados los cincuenta y provocaron la justa represión en defensa propia y de los españoles de bien y la justicia retributiva para los que mancharon sus manos de sangre inocente en la república y la contienda haciendo su guerra de odio, que no para los que lucharon en el frente. No sabe poner la boca para ello, para denunciarlo y hacer un bien a España y que se enteren sus seguidores y socios. Y esa es la verdad y lo sabe y lo oculta, pensando que la gente es tonta e inope en su 100% y vota a su avío, siguiendo la corriente que les mandan, cuando no pasa de un 20% como mucho, a causa de la Logse y otras maravillas pedagógicas plenas de mala baba. Y lo sabe. ¿Cómo no había de saberlo? Porque tonto no es.

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Ya nos contará qué le mueve a ser tan tajante e inapelable, obviando al mismo tiempo al genocidio o pogromo de Paracuellos, a los ocho mil sacerdotes, religiosos y monjas torturados y asesinados a la vista gorda del gobierno republicano, a las chekas y a los chekístas que torturaban y asesinaban en las casas de campo de la España roja por miles, en un ejercicio de odio visceral africano que no figura en el artículo 510 de nuestro código penal, ni en la Ley de Memoria histórica. Esos sí que eran asesinos y llevaron su retribución merecida, para bien de España. ¿No sabe quién asesinó a los seminaristas de Barbastro y a tantos otros? ¿Es mentira que fuese así?

A la vez de eso ardían las iglesias y conventos por miles, muchos, verdausté, obviando igualmente la bandera de la hoz y el martillo tan de su agrado, porque no parece que fuese del de su padre, digo, que era la que presidía los frentes de guerra republicanos y obviando a los cañameros bolivarianos de entonces, los que hacían la justicia por su cuenta a destajo estajanovista según les parecía con el encubrimiento y complicidad de otros que eran tan culpables como ellos, como a los camaradas Carrillo, Durruti o García Atadell -Agapito era su nombre de pila alcalina- y si no es la puñetera abducción saducea y sectaria del socialismo exacerbado, mediático y consentido, que llama asesino a Franco para una campaña -ante la que la Academia de la Historia se allana y no deja de llamar la atención esa actitud tan comprensiva- porque su ignorancia no puede ser tan supina y tan parcial como para olvidar a lo que se enfrentaban su padre y bastante más de media España en ambos campos, a la vez que salvaban el pellejo y el de su descendencia, entre la que se halla el propio y beneficiario José.

Ahora van a por la transición, a por la monarquía que tan hábilmente instauró Franco –no don Juan- y antes o después le tocará a usted y a tantos que habitaban un PSOE decente o presentable ante terceros, al menos.

Da pena contemplar ese espectáculo de disciplina comunista para mantener el estatus, y la ferocidad con la que se llevan por delante lo que haga falta para eso.

¿Qué piensa usted de Josep Stalin, de Beria, de Lenin, de Carrillo o de García Atadell? Ponga su mano en el pecho. Cualquier día se lo puede preguntar un juez. ¿Vedahijo? En eso andamos.

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¡Cantando vienes, cantando vas, al año que viene ya me lo dirás, trapalón!

 

1 Comentario

  1. Ramiro

    07/07/2019 at 14:05

    BONO es un grandísimo mangante, QUE SE HA ENRIQUECIDO DE FORMA MISTERIOSA…, y al que la Sala Segunda del TRIBUNAL SUPREMO se negó a investigar el origen de su fortuna.
    Esa es la realidad.

  2. Ramiro

    26/10/2018 at 17:42

    BONO es un grandísimo mangante, QUE SE HA ENRIQUECIDO DE FORMA MISTERIOSA…, y al que la Sala Segunda del TRIBUNAL SUPREMO se negó a investigar el origen de su fortuna.
    Esa es la realidad.

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