Opinión

Isabel Díaz Ayuso: ¿La victoria de la libertad? Por Javier Espinosa

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No me fío de su partido al que voté y me engañó. Señora Díaz Ayuso, permítame que tenga mis reservas en cuanto a su promesa de “Libertad”. No traten de imponer a todo el mundo el “pensamiento único”, lo que no deja de ser más que comunismo. ¿Libertad o comunismo?

 

Con el lema “Libertad o comunismo”, trasmitido con sinceridad, al menos a mí me lo ha parecido, usted ha ganado las elecciones a la Comunidad de Madrid con un amplísimo respaldo de los madrileños. También su éxito se ha debido a la nefasta y maligna gestión del Gobierno de España, es decir, de Pedro Sánchez, que ha querido, con malas artes primero y con un cuerpo a cuerpo después, creyéndose superior a cualquier ser humano, conquistar la Comunidad de Madrid, sin medir las consecuencias de enfrentarse a una persona humilde, honesta y valiente.

Está claro que ha ganado la “libertad”, frete a comunismo. Los madrileños hemos optado por la libertad y hemos depositado nuestra confianza en usted para obtenerla. Sí, digo bien, para obtenerla, porque hoy no todos los madrileños somos libres, particularmente los que no comulgamos con el “pensamiento único” que se nos quiere imponer tanto desde el Gobierno de España, como desde el Gobierno de la Comunidad que usted ha presidido hasta ahora y va a seguir presidiendo. Nos dice que no ha podido hacer todo lo que le hubiera gustado porque se encontraba condicionada por sus socios de gobierno; ahora estoy seguro de que, si de verdad apuesta por la libertad, no tendrá ninguna dificultad, salvo la protesta y probable algarada de sus adversarios.

Junto con la vida, la libertad es el bien más preciado que puede tener el hombre. Me gustaría tener la seguridad plena que usted va a luchar para que todos seamos libres; pero no me fio del partido al que usted pertenece, al que en varias ocasiones voté y, en las mismas ocasiones me engañó. No me cabe duda de que, en lo que a gestión se refiere y de la que tanto ha hablado durante la campaña, el éxito está asegurado; con respecto a que la libertad la podamos disfrutar todos por igual, tengo mis reservas y de ello le quiero hablar.

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Vivimos en una sociedad plural en la que convivimos personas con modos de pensar muy diferentes, personas venidas de todos los rincones del mundo. Esta diversidad en Madrid se manifiesta como una riqueza porque Madrid siempre ha sabido acoger e integrar. Los problemas comienzan cuando los políticos, atribuyéndose competencias que no les corresponden, corrompen la convivencia, nos dividen, enfrentan e inoculan en la sociedad, valiéndose de la educación y la propaganda, un “pensamiento único”, convirtiendo a las personas en meros espectadores pasivos, dominados y manejados.

En esto, la responsabilidad es de todos los partidos políticos, particularmente del partido al que usted pertenece que, teniendo amplias mayorías para cumplir sus propias promesas electorales, ha preferido ser el “telonero” de los partidos que, por su ADN, siempre promueven la división y el enfrentamiento porque no pueden sobrevivir sin la lucha de “clases”. Por eso, señora Díaz Ayuso, permítame que tenga mis reservas en cuanto a su promesa de “Libertad”.

Los padres no seremos libres para elegir el colegio de nuestros hijos, mientras los colegios no tengan la libertad de formar a los niños según su propio ideario

Tengo mis reservas, pero confío. Usted me ha trasmitido una cierta seguridad porque la he percibido humilde, honesta y valiente. Por ello, espero gozar de una libertad que, hasta ahora, no he podido ejercer. Le voy a poner algunos ejemplos:

Creo que el aborto es un crimen sinsentido y no un derecho de la mujer. Entiendo y admito que haya quién crea lo contrario; pero constato que yo no soy libre y el que cree lo contario, sí lo es. No soy libre de expresar mi modo de pensar sin que se me tache de retrógrado, ultra, fascista y toda índole de calificativos de esta guisa, mientras que el que cree lo contario, sí puede decir lo que piensa sin cortapisas.

No soy libre de educar a mis hijos en un colegio en el que se les trasmita la belleza y el sentido de la vida, desde su concepción hasta su muerte natural, el que piensa lo contrario sí lo es, porque todos los colegios, incluso lo confesionales, pasan de puntillas por este tema. Señora Diaz Ayuso, la libertad de elegir el colegio no consiste en la capacidad de elegir el más próximo a nuestro domicilio.

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Los padres no seremos libres para elegir el colegio de nuestros hijos, mientras los colegios no tengan la libertad de formar a los niños según su propio ideario y los padres, conociéndolo, tengamos la capacidad de elegir. El PIN parental será un primer pasito en la buena dirección.

Libertad consiste en dar a las mujeres la posibilidad de optar con conocimiento de causa, facilitándoles puntos de información en los que se les explique en que consiste un aborto, cómo se hace y que consecuencias tendrá

Continuando con el aborto. ¿Usted cree, señora Diaz Ayuso, que los miles de mujeres que acuden a que se les practique un aborto, lo hacen ejerciendo, en aras de su libertad, un derecho? No. Lo hacen porque esta sociedad en la que vivimos no les da otra opción. Eso no es libertad. Libertad consiste en dar a las mujeres la posibilidad de optar con conocimiento de causa, facilitándoles puntos de información en los que se les explique en que consiste un aborto, cómo se hace y que consecuencias tendrá para ella y facilitándole la ayuda necesaria para llevar a cabo su embarazo, si lo desea.

Hoy, desde los poderes públicos, es decir, desde gobiernos como el que usted ha presidido y va a presidir, se persigue a aquellas personas que, de manera voluntaria y jugándose su integridad física, ofrecen información y ecografías gratuitas a estas mujeres para ayudarles a tomar su decisión. Libertad es apoyar, en lugar de perseguir a esos grupos que tratan de ayudar. Libertad es ofrecer a las mujeres abocadas al aborto otras salidas y oportunidades que les permitan optar de verdad.

Podría seguir hablándole en los mismos términos, de la “ideología de género”, del matrimonio, de la libertad religiosa, de la “memoria histórica”; el planteamiento sería similar: respetemos el modo de pensar de todo el mundo y que éste pueda ser expresado en libertad, dejemos que cada cual opte y decida según sus propias ideas, con pleno conocimiento de causa y en las mismas condiciones. Los políticos dedíquense a facilitar que eso pueda ocurrir para que, de verdad, seamos libres y no traten de imponer a todo el mundo el “pensamiento único”, lo que no deja de ser más que comunismo.

¿Libertad o comunismo? ¡Confiamos en usted!

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 Javier Espinosa

 

 

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