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Isabel Díaz Ayuso: La torcida sonrisa de la extrema izquierda

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Extrema izquierda, sí señores. Lo tiene todo, todito, todo. Anticlerical, abortista, pro-lobby LGTBI, y, por si fuera poco, discípula agradecida de Cristina Cifuentes. 

Lo que les estábamos diciendo: la Nueva Margarita Nelken. 

Muy moderna, amancebada con un muchacho de su pueblo, dando ejemplo de planificación familiar -sin hijos- y además en su caso no creo que sea por falta de recursos económicos. 

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Aunque ya, a su edad, da igual. Con un arroz tan pasado, mala paella puede hacerse. Que ni lo intente. No sea que le salga otro Alberto Rivera, y para qué queremos más. 

En fin. Hay que ser serios y tomar el currículo de esta señorita y valorar, objetiva y seriamente, los logros y los méritos que tiene para gobernar una Comunidad Autónoma que incluye a la Capital de España y que tiene un presupuesto y un PIB mayor que muchos países africanos. 

Mientras llamamos a varias agencias de inteligencia para tratar de averiguar en qué demonios ha trabajado esta señorita, centrémonos en su condición de política. Sabemos que comenzó por lo más alto: ser colaboradora de Esperanza Aguirre, la Lideresa, es algo que tiene que marcar y seguramente debió aprender grandes lecciones sobre gobierno y administración junto a ella. 

Isabel Díaz Ayuso era la persona que manejaba la cuenta de Twitter del perrito de Esperanza Aguirre. Pecas Aguirre. 

Pecas Aguirre: la Voz de Su Amo. De Ayuso, vaya.

No hay duda que la vieja dama sabía colocar a cada persona en la labor que mejor podía adaptarse a sus capacidades. 

En fin. 

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También trabajó para Cristina Cifuentes (apodada “la roja”) (y después de su accidente, también llamada “Mad Max” por algunos desalmados).

No sabemos que razones llevaron a la Señora Cifuentes a contar con la señorita Ayuso, pero todo indica que el golpe que aquella se dio en la cabeza cuando su accidente de moto no tuvo nada que ver. Por más que los rumores insistan en lo contrario.

Sobre su vida personal, lo que podemos contar depende de a quien le preguntemos: según algunos medios, está amancebada con un peluquero, y se divorció de otro hombre hace algunos años. Según otros medios, convive de forma moderna e independiente con un empresario del ramo de la belleza. 

A ver, que la niña debía ser alegre y dicharachera desde su más tierna mocedad parece evidente. No habla bien de sus propios padres (“Mi madre me recuerda a la Reina Sofía. Distante. Interpretando un papel” “Mi padre era un hombre duro, que imponía mucha disciplina. Amargado, se preocupaba demasiado de los bienes materiales de los demás”).

Tela marinera con la nena. Tela. 

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Así que -explica ella misma- con 20 años se fue de casa a compartir piso con unas amigas. Y ya se pueden imaginar el resto: ¿Recuerdan “un hombre en casa”? Pues saquen conclusiones. 

Entre unas cosas y otras, nuestra heroína estudió periodismo en la Complutense. 

Y bueno. Con 25 añitos se afilió al PP, dónde se hizo super amiguita de Pablo Casado. Y de ahí al salto con la Lideresa y a las mieles de la fama.

¿Trabajos en serio? ¿De los de verdad? ¿En los que uno va, y curra? Parece ser que trabajó unos meses en Dublin, en una agencia de marketing. En sus documentos de curriculum públicos no aparece mucho más. Este trabajo y luego otro, mucho más oscuro, de otros pocos meses en otra agencia de marketing. Curiosamente, ella declara que “Sobre todo, ha trabajado en la radio”. No nos figuramos la emisora. ¿Radio Pravda, quizá?

Oigan, que tampoco es que queramos hacer sangre con la nena. Que sí, que es monérrima, pizpireta. Y que bueno. Que tampoco tiene que estar implicada en impagos y prestamos rarunos que su familia por parte de padre dejase sin pagar. Esa basura ya la remueven los juntaletras de la canalla roja. Nosotros preferimos remover lo que la interfecta haga o deje de hacer, pero por sí misma. 

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O diga, o deje de decir. Porque es aquí dónde nuestra inefable protagonista ha marcado un antes y un después en el despiporre ciudadano con las sandeces de los políticos. 

Posiblemente, lo más gracioso -hasta que uno lo piensa- es lo que dijo sobre las ayudas a la natalidad, ufanándose en que serían efectivas incluso antes del nacimiento y desde la concepción y durante la gestación del feto. Todo bonito y hermoso, hasta que un avispado periodista preguntó “¿Y si se malogra el embarazo? ….. Y el silencio fue ensordecedor. Tras algunos titubeos y tartamudeos absolutamente desopilantes, aquí la nena tuvo que terminar por reconocer que no le había dado por pensar en esa “Posibilidad”. 

Absolutamente brillante, la muchacha. 

Ya es más grave y doloroso que sea una encendida defensora de un lobby tan sumamente dañino y vomitivo como el LGTBI. Abundando más en ello, ya ha dejado muy claro que no piensa suspender las “charlas formativas” que este colectivo imparte en colegios e institutos de la Comunidad.

Para que visualicen la imagen: Travestis, maricas y lesbianas explican a SUS hijos e hijas, en horario lectivo, las bondades del sexo anal, de la postura femenina de “la tijera” y los beneficios para el tracto intestinal que produce la lubricación anal que dejan en nada a los yogures de bífidus. 

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Y ella, la futura lidera, del partido podrid… perdón, del Partido Popular, acepta y defiende todo lo anterior.

Del mismo modo que, con expresión grave y ojos de perrito apaleado, admite que sí, que bueno. Que nadie puede ponerse en la piel de una mujer que aborta y que hay que comprenderla. 

Les traduzco del dialecto político al castellano de toda la vida: Que sí, que aborto sí, y que la que quiera abortar que aborte. Que pagamos todos. Eso sí, primero se la entrega un folleto de multicopista años 60 en el que se explica el proceso de dar un bebé en adopción. 

… Bueno, pues señoras y caballeros, a esta jaca es a la que se le pide a VOX que le ceda los votos a cambio de nada. NA-DA. 

Y que sepan ustedes, porque lo dice el bueno de Jiménez Losantos, que si VOX no lo hace, serán malditos para siempre, y la izquierda nos comerá a todos. 

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A pesar de que Gabilondo cada vez parezca mejor opción que las otras… porque, a saber:

La Isabelita. Isa. Chaveli para lo amigos. Guau. La superLideresa.

El Aguado: Ese hombre de Ciudadanos que cada vez que aparece en la televisión no puedo dejar de imaginarme a la matrona que ayudó en su parto dejándolo caer al suelo y el pobre bebé cayendo tres tramos de escalones rebotando -clonk, clonk, clonk- con la cabeza en cada uno. 

¿No les pasa lo mismo a ustedes? Sean sinceros

 

 

 

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El Gabilondo: Parece un obispo. De hecho fue cura. Con un poco de suerte estudió y sabe leer. Se los lleva de calle a todos. 

Su Ilustrísima, Monseñor Gabilondo

 

 

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Señoras y señores de derechas: estamos jodidos. Muy jodidos. 

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