Cartas del Director

Irresponsabilidades en la guerra del taxi

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El sector del taxi no podía haber desenfocado más su protesta. Tomar al ciudadano como rehén no solo no resolverá ninguno de sus problemas con las empresas VTC, sino que además genera una imagen de antipatía social absurda para sus intereses. Ayer los taxistas trataron de bloquear Madrid, y en parte lo consiguieron. Se concentraron en el Paseo de la Castellana hasta que fueron desalojados, ante la sede nacional del PP y, por la tarde, en la Puerta del Sol, sede del Gobierno autonómico, culpando al partido de Casado de todos sus males, lo cual no solo carece de sentido sino que además viene a exonerar de toda culpa al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, pese a que es el auténtico responsable del conflicto con su indolencia. El del taxi es un conflicto con magnitud estatal que el Gobierno de Sánchez ha despreciado sacudiéndoselo de encima con grave irresponsabilidad. La coacción, las amenazas y agresiones, la parálisis de arterias cruciales para el tráfico en Madrid, y el chantaje al ciudadano no son formas de luchar por lo que debería ser una reivindicación legítima. No son maneras aceptables y perjudican a un gremio que pretende mantener un monopolio coercitivo en pleno siglo XXI.

El Ministerio de Fomento tiene más responsabilidad que la Comunidad de Madrid, y si los taxistas pretenden convertir su protesta en una reivindicación ideológica contra el PP, no pueden estar más equivocados. Corresponde a todas las administraciones, especialmente al Gobierno central, aportar soluciones. Pero nada en el Ejecutivo de Sánchez está orientado a ese objetivo porque tanto el líder socialista, como Ábalos, creen que la convulsión en las calles les favorece. Error tras error, siguen gobernando sin convocar elecciones como si todo fuese irrelevante.

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