Opinión

“La nueva ley de Responsabilidad y de Solidaridad” por Inés Sainz

Published

on

¡Comparte esta publicación!

[M]e llama poderosamente la atención la facilidad con la que unos llaman a otros “irresponsables” e “insolidarios”. Que si no llevas la mascarilla, ¡irresponsable! ¡insolidario!, si te saltabas el toque de queda, ¡irresponsable! ¡insolidario!, que no te quieres vacunar, ¡irresponsable! ¡insolidario!. Y los  jóvenes por supuesto ya por el hecho de serlo, son todos unos irresponsables y unos insolidarios.  Vamos a ver si ponemos un poquito de orden, cordura, solidaridad y responsabilidad aquí, señores.

[C]uando mi hijo era pequeño, justo cuando empezó a andar ya decidí que llegaba el momento de  llevarle a la guardería. Sí, soy de esas madres que ha tenido la grandísima fortuna de no tener que  dejarle siendo casi un recién nacido. Tengo la suerte de trabajar en casa desde hace más de diez  años. Así que con una mano daba biberones y con la otra atendía a mis clientes. Pero ya había llegado el momento de que dejara de ser una extensión de mi brazo. Los primeros meses iba en  silla -obviamente- porque andaba dos pasos y se agotaba. Pero en cuanto soltó la silla, que fue muy  pronto, se me acabó la paz. Que si se me escapa y corriendo cruza un semáforo… Sentía terror  solo de pensarlo. Así que poco a poco le fui enseñando que en los semáforos en rojo se paraba y  que hasta que no estuviera en verde no se cruzaba. Algo que obviamente me llevó mucho tiempo.

[A]hí es justo cuando aparecieron los irresponsables e insolidarios en mi vida. Yo venga a educar a  un bebé de dos años, parándome en todos los semáforos aunque no viniera ningún coche y yo  llegara tarde a alguna reunión, cuando siempre había alguno que cruzaba en rojo y me tiraba por  tierra todo lo que habíamos avanzado. Me daban ganas de gritarle “¡irresponsable!, “¡insolidario!” “¿no ve usted que estoy aquí enseñando a un niño que no se cruza en rojo y usted hace lo contrario?”

[L]as veces que me he tenido que morder la lengua!! Bueno, pues con el tiempo, mi hijo  tan pequeñito ya no iba de la mano e iba corriendo o en patinete como loco por la calle… Pero se paraba en todos los semáforos y en las puertas de cada garaje. La gente se asustaba tanto  pensando que iba a cruzar, que me llamaba irresponsable a . Otra vez vuelta a morderme la lengua. Jamás nunca cruzó en rojo y nunca se saltó una puerta de garaje.

Advertisement

[Y]o siempre me he considerado una persona responsable y solidaria. Así me educaron mi madre y  mi abuela, pero ahora veo que la gente le da por utilizarlo de mala manera. Es decir: si no quieres llevar mascarilla o cumplir normas -de las cuales muchas están por demostrar científicamente- porque han sido más unas restricciones políticas que científicas, eres ¡irresponsable! e ¡insolidario! En este año y medio he aprendido muchísimo pero una de las cosas más importantes es que me he dado cuenta de que la verdadera responsabilidad y la verdadera solidaridad empieza con uno mismo y con su familia. El resto del mundo no es ni tu responsabilidad ni tienes  ninguna obligación moral de ser solidario. Y esto nada tiene que ver con el egoísmo, al contrario.  Tiene que ver con la generosidad y la educación, dos valores de los que prácticamente nadie habla.

[S]inceramente a mí me importa poco si la gente lleva mascarilla o no. Es mi responsabilidad proteger mi salud, la de mi hijo y la de mi madre, y no ponerla en manos de incompetentes. La de  no creerme todo lo que me dicen los grandes medios de comunicación, que a veces mas que comunicar, desinforman. La de como no tengo ni idea de virus ni biología, ponerme a ver conferencias de científicos y no políticos para saber de que va todo esto. La de investigar como científica de datos y analizar la mortalidad en el mundo. No solo por este u otro virus si no por muchas causas más. La de explicarle a mi hijo que la única certeza que tiene la vida es que te mueres por virus, por accidentes de tráfico, cáncer o simplemente por causas naturales pero que  mientras esté vivo ser feliz es su obligación. Y si además lo es siendo educado y generoso mucho  mejor para la sociedad.

 

 

Advertisement

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil