Ceuta

Historia del conflicto del Sáhara Occidental hasta 2021

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¿Cómo empezó la Guerra del Sáhara Occidental?

 

La historia del conflicto es muy larga y ha involucrado hasta a una tercera nación, al principio, como es Mauritania, que constituye la auténtica hermanita pobre del Magreb y que aceptó el reparto realizado por Hassan II, aunque no tardó en sufrir las consecuencias. Y es que el Frente Polisario vio su oportunidad de quitarse de encima al más débil de sus enemigos, que a pesar del apoyo aéreo francés no pudo hacer nada para repeler la entusiasta tenacidad de los guerrilleros saharauis. Y la pérdida del Sáhara Occidental mauritano significó solamente dolor y esfuerzo en balde para esa pobre nación y un Estado que se resintió mucho de ese fracaso. Porque las cosas no sé hacen así.

De hecho, sobre la chulería de Hassan II de decir que tomaría el café en El Aaiún, esa misma semana, un alto mando español dijo que ojalá lo hubiera intentado. Porque es casi seguro que se hubiera llevado una buena paliza. Que ya en Mahbes había resultado humillado sin necesidad de que sonasen los tiros, por fortuna, porque esas tropas suyas que lo intentaron quedaron rodeadas y se entregaron. Y ante la posible reacción militar española en defensa del Sáhara Occidental, era tal su desconfianza en sus propias posibilidades que colocó a sus mejores fuerzas muy por detrás de la vanguardia, en una muy prudente reserva. Por si acaso la paliza a manos españolas se le iba de las manos y los nuestros le perseguían hasta bien entrado Marruecos.

¿El Ejército Español tiene reservistas suficientes?

El Ejército Español de entonces no era como el de ahora, que tiene en su propia organización extranjera el vicio de su propia autodestrucción: unas Fuerzas Armadas que no dejan a sus ciudadanos recibir instrucción militar ni aunque lo pidan como voluntarios, tal y como yo mismo demostré hace poco y lo tengo publicado. Un auténtico desastre en ciernes que ya están pagando los canarios y que pronto pagaremos los demás. Para que unos y otros nos puedan entregar con las manos atadas al Sultán y disfrutemos de las mismas lindezas que los saharauis en esta prometedora década de 2020.

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Como aviso, en efecto, tenemos la noche triste del pueblo saharaui, en esa supuesta celebración de la Marcha Verde en 1975 que supuso el inicio de un exilio de décadas. Que ha implicado la muerte y heridas terribles para miles de soldados y civiles saharauis y también marroquíes, con prisioneros incluso desaparecidos en ambos bandos. Y lo peor siempre se lo llevan los pueblos de carecen de Fuerzas Armadas insuficientes para defenderse de agresiones como las que lleva sufriendo el pueblo saharaui desde hace más de 40 años.

La estrategia de los muros en el Sáhara Occidental

La primera estrategia de Marruecos, para combatir a lo que ellos llamaban una banda de traficantes del desierto, el Frente Polisario, fue la llamada estrategia de las columnas en el Sáhara, en la cual sufren serios reveses a manos de esos supuestos traficantes del Polisario. Así los llamaba Hassan II, ya en la antesala de la Marcha Verde, pero, ¿cómo una banda de traficantes va a derrotar a un ejército regular armado por Occidente y fogueado en duros combates contra España o Argelia?

A continuación, vino la estrategia de los muros en el Sáhara, construidos con el apoyo de gobiernos yanquis muy progres y muy anteriores al constructor de muros Trump, y que pareció justificar en un principio la fuerte inversión que suponía, aunque los saharauis aprendieron a atacar el muro del Sáhara Occidental con éxito, si bien ya nunca pudieron moverse por el Sáhara ocupado con tanta fluidez como antes. Y al igual que en la primera guerra mundial con las trincheras, la pérdida de la iniciativa por ambos bandos produjo el estancamiento militar que llevó al alto el fuego en el Sáhara Occidental en 1991.

Un alto el fuego en el Sáhara Occidental que se ha roto

Un nuevo estallido que se está saldando con nuevas dosis de sangre saharaui y marroquí derramadas sobre la arena. Se trata de un concepto que no conviene a ninguno de los dos bandos, por lo que parece imponerse la necesidad de llegar a algún acuerdo que permita desatascar una situación que nunca se va a normalizar del todo. Porque los actuales soldados del Sáhara Occidental nacieron ya en el exilio o bajo el yugo del Sultán marroquí y nada parece haber cambiado en todo este tiempo.

Lo único que ha sucedido es un desastre humanitario constante para el pueblo saharaui y una guerra horrible que ha constituido una auténtica sangría de recursos para un país en desarrollo como es Marruecos. Un desastre en general que esperemos que termine pronto, pero desgraciadamente hay demasiados intereses geoestratégicos en la región y además están las Canarias y Ceuta y Melilla. Pero también está Argelia, el llamado León Dormido del Norte de África, con un ejército armado hasta los dientes y su apoyo sin fisuras a la causa del Polisario. Y detrás de cada León magrebí, Marruecos y Argelia, están las consabidas potencias de siempre, los mismos bloques que en la Guerra Fría, a los cuales sólo les importa mantener las hegemonías de unas élites y someter a las malas a la población civil.

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