Historia

Girón de Velasco, el ministro que instauró las pagas extraordinarias

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José Antonio Girón de Velasco y Blas Piñar
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José Antonio Girón de Velasco nació en Palencia, pero su trayectoria profesional estuvo muy ligada a Málaga, donde fijó su residencia y murió, llegando a ser conocido como ‘El León de Fuengirola’ y por esa especial vinculación con la provincia lo traemos a esta serie sobre los ministros malagueños en el consejo de ministros. En su caso, ocupó durante 16 años la cartera de Trabajo -junto a Luis Carrero Blanco fue el ministro que más tiempo estuvo en un ministerio de todos los gobiernos que tuvo el dictador Francisco Franco- y desde sus responsabilidades se preocupó de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. El decreto que instauró la obligatoriedad de las pagas extraordinarias de Navidad y 18 de julio -hoy de verano- llevan su firma.

Nacido el 28 de agosto de 1911 en la localidad palentina de Herrera de Pisuerga, Girón de Velasco estudió en el colegio de los Jesuitas de Orduña, en Vizcaya, y después en Valladolid, ciudad en la que comenzó Derecho. Estudios que hubo de concluir en Salamanca por haberse envuelto en disturbios que le llevaron a la expulsión de la universidad vallisoletana. En abril de 1931, en plena proclamación de la Segunda República, inició su carrera política al entrar en las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, fundadas por Onésimo Redondo, y que un año después pasaría a llamarse Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) tras su fusión con La Conquista del Estado de Ramiro Ledesma.

Concluidos sus estudios universitarios, marchó a Madrid para preparar las oposiciones a juez y en la capital de España entró en la Falange cuando el partido de José Antonio Primo de Rivera se fusionó con la JONS, comenzando una relación con la formación falangista y sus valores, que mantuvo hasta el final de sus días, así como su defensa del régimen franquista surgido de la Guerra Civil.

Un quebranto económico familiar le obligó a trasladarse de nuevo a Valladolid para trabajar en una azucarera montada por su padre y que cerró pronto; más tarde pasó a ocupar una plaza como empleado de la Diputación Provincial vallisoletana. Mientras tanto, su actividad política no cesa. “En abril de 1936, en el transcurso de una misión secreta encargada por Onésimo Redondo y relacionada con el inminente alzamiento militar, fue detenido en San Sebastián, imputándole tres delitos conexos de tenencia ilícita de armas y colocación de explosivos (…) y solicitando el fiscal cuarenta y dos años de prisión”, según relata el investigador José Martín Brocos en el tomo XXIII del Diccionario Biográfico Español, editado por la Real Academia de la Historia en 2010.

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Fue trasladado a la cárcel de Valladolid, donde le cogió la sublevación militar del 18 de julio, que tras su triunfo en la ciudad supuso su liberación tras le negociaciones de Onésimo con la autoridad militar, el general Saliquet. En ese momento, José Antonio Girón de Velasco fue nombrado jefe provincial de Milicias de Valladolid y empezó su participación activa en la Guerra Civil, que le llevó a participar en batallas en los frentes de Somosierra, el Alto de los Leones o en Puerto Ventana. Por su arrojo en el combate le fue concedida la Medalla Militar individual, fue propuesto por el general Ponte para la concesión de la Laureada de San Fernando y ascendido a capitán.

“A la vuelta de las operaciones en Puerto Ventana, Girón se presentó en Sevilla a Agustín Aznar, jefe nacional de Milicias, con un plan para rescatar a José Antonio Primo de Rivera consistente en acceder mediante desembarco en Alicante y una vez en la prisión, con la connivencia de los vigilantes, convenientemente sobornados, saca al jefe nacional de la Falange ‘como fuera’. Dado por Aznar el visto bueno, pronto (la operación) fue un secreto a voces por lo que tuvo que ser anulada”, según recuerda Martín Brocos en la obra citada.

En 1937 se constituyó el Primer Consejo Nacional de FET (Falange Española Tradicionalista) de la JONS, Girón de Velasco fue nombrado consejero. Ferviente católico, formó parte de la misión diplomática española que en marzo de 1939 acudió a la coronación del papa Pío XII y tras la Guerra Civil, en 1941, acompañó a Franco a su entrevista con Mussolini en Bordighera y con Petain en Montpellier.

Fue en ese año cuando Franco le llamó para formar parte de su Gobierno como ministro de Trabajo -aún no había cumplido los treinta años-, donde estaría hasta el 25 de febrero de 1957. “En el Ministerio de Trabajo, Girón y su reducido equipo fueron casi los únicos que llevaron a la práctica, de verdad, las ideas de José Antonio Primo de Rivera”, destaca José Martín Brocos en la obra citada.

En este periodo, destacan la promulgación de una serie de leyes laborales de gran calado: la de creación de las magistraturas de trabajo; la de mutualidades, un instrumento que permitió cubrir la demanda de asistencia social de los trabajadores gracias a sus prestaciones y ayudas; la de creación del seguro de enfermedad; y la de creación del Instituto de Medicina e Higiene y Seguridad del Trabajo. Asimismo, desde su departamento se aprobaron las órdenes ministeriales que implantaron con carácter obligatorio las gratificaciones de Navidad y del 18 de julio para las actividades no reglamentadas o cuyas reglamentaciones no las establecieran; las disposiciones que fijaban el plus de cargas familiares, un sobresueldo en proporción a las cargas familiares; el seguro de vejez e invalidez; la introducción de la pensión de viudedad; o la creación de las universidades laborales.

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“Creó una Seguridad Social moderna cambiando la Previsión Social embrionaria que existía desde 1919, centrada únicamente en una especie de subsidio para la vejez. También fueron creación suya las vacaciones retribuidas, las festividades laborales retribuidas, la jornada máxima, la legislación sobre las viviendas de protección oficial y la construcción masiva de las mismas por el Ministerio de Trabajo (en Málaga las de la barriada Girón proceden de esa época) y las escuelas de capacitación social de los trabajadores, lugares de formación integral del trabajador como ser humano”, recuerda José Martín Brocos.

Este autor, en la obra citada, subraya: “Al frente de su departamento, realizó una constante labor para mejorar la situación de los trabajadores. Su ingente obra social cambiaron la faz de España, saliendo de la penuria y recuperando un nivel de vida superior al del final de los felices años veinte, consiguiendo bajo su mandato hacer una gran clase media, contribuyendo a la paz social y elevando el nivel de dignidad al mundo del trabajo”.

Tras su destitución como ministro y rechazar el ofrecimiento de Franco de ocupar la embajada en Buenos Aires y la presidencia de la empresa nacional Gas Butano, José Antonio Girón de Velasco se retiró a sus labores como abogado y empresario en los sectores agrícola y avícola y a los negocios inmobiliarios en la Costa del Sol, manteniéndose como consejero de Falange y procurador en Cortes.

En 1962 sufrió un grave accidente de automóvil que lo mantuvo en coma un tiempo, aunque se recuperó. Ocho años después fue elegido miembro del Consejo del Reino y tras el asesinato de Carrero Blanco, denunció ante el propio Franco que Carlos Arias Navarro, a la sazón presidente del Gobierno, había traicionado los principios del 18 de julio, y salió en defensa del malagueño José Utrera Molina, duramente atacado por Arias Navarro. Es lo que se dio en llamar ‘el gironazo’, lo que provocó que desde sectores afines al entonces jefe del Ejecutivo se le atacara intentando destruir su prestigio.

Nombrado presidente de la Confederación Nacional de Excombatientes en 1974, a la muerte de Franco y como procurador en Cortes votó, en 1976, en contra de la Ley de Asociación Política que abría el paso a la democracia en España. Cara a las elecciones generales de 1977 creó una coalición, Alianza Nacional, junto a Blas Piñar y Raimundo Fernández-Cuesta. Durante años mantuvo la lucha y la defensa del régimen franquista desde la organización que presidía y el diario ultra ‘El Alcázar’, del que fue socio principal.

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Totalmente ciego, escribió sus memorias, ‘Si la memoria no me falla’, con la ayuda, como amanuense y lazarillo, de Amparo Redondo, esposa de Carlos, uno de los cuatro hijos fruto de su matrimonio con María Josefa Larrucea Samaniego, descendiente del general carlista Samaniego.

José Antonio Girón de Velasco, que estaba en posesión de la Grandes Cruces del Mérito Militar, Mérito Agrícola y Mérito de la Sanidad, de la Cruz de la Orden de Cisneros, de la Medalla de Oro del Trabajo, entre otras condecoraciones, falleció el 22 de agosto de 1995 a consecuencia de una embolia pulmonar en Fuengirola, ciudad en la que fue enterrado y que le dio el apelativo con el que hoy es aún conocido: El León de Fuengirola.

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