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Gay de Liébana.- El Consejo de Ministros ha aprobado este martes la creación de nuevos impuestos a las transacciones financieras y a determinados servicios digitales, con los que el Gobierno prevé recaudar 1.818 millones de euros anuales y sentar las bases para la modernización del sistema tributario. Son las llamadas ‘tasa Google’ y ‘Tasa Tobin’.
Esta tarde explicaré en Alzira la senda económica que marcan los líderes empresariales. Pensaré en la Tasa Tobin, que mentes inocentes evocan cual se tratara del mismísimo espíritu de Robin Hood, quien asaltaba a protervos recaudadores de impuestos para devolver a expoliados ciudadanos sus dineros. De lo que allá por 1971 el economista norteamericano James Tobin ideó, al “invento” de nuestro gobierno hay una diferencia sideral. El propósito de Tobin era imponer una tasa para frenar la volatilidad de los mercados cambiarios internacionales. La idea, luego, devino en que tal tasa recaudara dinero para fines sociales o controlar crisis financieras, por ejemplo, la de la deuda pública europea.
En España, la Tasa Tobin – Impuesto sobre transacciones financieras – se concibe como castigo para el “malévolo capital” en esa cruzada en contra de los “capitalistas”. O sea, de los modestos y pequeños ahorradores que invierten dos euros y medio como currantes picapedreros como si fueran mercaderes que especulan en las bolsas de valores. Ignorancia gubernamental en grado supino con la ‘Tasa Tobin’, Ramalazo populista que actúa en contra de la fluidez del mercado de capitales español menoscabando a nuestra economía. La bolsa española se resentirá y, de nuevo, será otro torpedo gubernamental para nuestra economía y el ahorro.
