Opinión

Franco, El Cid Campeador y Pedro Sánchez

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“La memoria es como un mal amigo: cuando más falta te hace, te falla” (Proverbio) El lunes día 10 se cumplía la fecha prometida por Pedro Sánchez para exhumar los restos de Franco. Una más de las promesas con las que Pedro Sánchez atontó al personal, una más de las muchas promesas que esparcía por España sabiendo que no la iba a cumplir.

Fue en los días aciagos del gobierno del, para olvidar, Zapatero; cuando surgió la farsa de la memoria histórica. Farsa porque la historia es la que es y no se puede cambiar, mucho menos en una sola dirección. Los que perdieron la guerra civil, la perdieron, y por más que se empeñen, no la van a ganar de forma retroactiva debido a que todavía no se ha inventado aquella máquina del tiempo que surgió de la mente de H. G. Wells. Los que estamos avisados sabemos que esa milonga de la memoria histórica es una de las tantas historias falaces que la izquierda se inventa para mantener alimentados a sus fanáticos con los sucesos de hace más de 80 años, mientras los verdaderos problemas del país permanecen sin resolver.

El Cid Campeador (1048 – 1099) fue un caballero castellano que luchó contra los moros que ocupaban la península Ibérica. Su fama era legendaria y sus enemigos le tenían temor sabiendo de su valor y su inteligencia militar.

Cuentan las crónicas que, siendo herido de muerte en Valencia, se hizo subir a su caballo y, saliendo de la ciudad al frente de su ejército, derrotó a las huestes moriscas que huyeron despavoridas al ver capitaneando sus tropas a quien creían muerto. De ahí la leyenda de que el Cid Campeador ganó una batalla después de muerto.

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El señor Pedro Sánchez, presidente del gobierno en los ratos libres que le dejan los independentistas, Bildu y demás partidos que quieren fraccionar a España, nada más llegar a la Moncloa prometió y se prometió a sí mismo desahuciar a Franco de la tumba en la que descansa. Pedro Sánchez y sus conmilitones, con tal de conseguir sus propósitos estúpidos de cambiar la historia, quieren devorar a los muertos. Yo les recuerdo que tan solo los cuervos y las alimañas devoran a los muertos. Pero hete aquí que Franco, al igual que El Cid Campeador, le ha ganado después de muerto todas las batallas de esa guerra gilipollas y estúpida que tan solo sirve para echar carnaza al odio, el rencor, el resentimiento y la mala baba de todos los que aún creen – en un ejercicio de imbecilidad supina – que pueden ganar la guerra de hace 80 años. La última batalla ganada por Franco después de muerto la ha confirmado el Tribunal Supremo: No se exhuman sus restos.

Desconozco en cuantos países de Europa ha habido una guerra civil, pero puedo asegurar que en los que la haya habido, en muy pocos, los ciudadanos seguirán empedernidos en un enfrentamiento que parta a su país en dos. Son inteligentes. En España y tras 80 años, los españoles, haciendo demostración de una estupidez de manual trufada de odio, rencor y resentimiento, seguimos en guerra civilismo; mirando al pasado como estatuas de sal en vez de mirar al futuro que es lo que hacen los pueblos medianamente inteligentes.

Termino con una frase de Mahatma Gandhi dedicada a Pedro Sánchez y con él a todos los que miran hacia atrás con rencor: “No dejes que muera el sol sin que antes hayan muertos tus rencores”.

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