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Francia indemnizó con 500 euros a Salah Abdeslam, uno de los terroristas que participió en los atentados de París de noviembre de 2015, donde murieron 131 personas y más de 300 resultaron heridas, por orden de la Justicia. Un tribunal condenó al Estado a pagar esa suma por considerar que las condiciones de vigilancia a las que estaba siendo sometido eran ilegales. La noticia saltó a los medios franceses con la publicación de «Le Journal de Frank Berton» (Flammarion), un libro de la periodista Elsa Vigoureux.
Tras su detención en 2016, el por entonces ministro de Justicia de Francia, Jean-Jacques Urvoas, ordenó que Abdeslam fuera sometido a videovigilancia las 24 horas, con el propósito de evitar su fuga o suicidio.
El abogado del terrorista, Frank Berton, denunció esa medida, afirmando que violaba la «libertad individual», como recordaron ayer los medios franceses. Fue en marzo de 2017 cuando un tribunal de Versalles dio la razón al letrado, echando por tierra la decisión del ministro y obligando al Estado a pagar los 500 euros.
Hace dos años, Abdeslam afirmó que se involucró en la trama terrorista por su hermano, Brahim Abdeslam, que murió durante los atentados de París. Al parecer, Brahim le encargó alquilar unos vehículos, petición a la que dio curso. «Cada vez que había que pagar cosas para preparar estos atentados, el dinero llegaba de Brahim», explicó a las autoridades belgas durante su interrogatorio.
Sin embargo, Abdeslam indicó que la principal responsabilidad de la matanza del 13 de noviembre fue de Abdelhamid Abaaoud, el terrorista abatido durante el asalto de la Policía francesa al piso de Saint-Denis, a quien «vio en Charleroi durante la noche del 11 al 12 de noviembre de 2015. Es la única vez que vi a Abaaoud en mi vida».
