Colaboraciones

¿Existe algún español sensato que todavía crea que España tiene solución?

Published

on

¡Comparte esta publicación!

Por José L. Román.- Decía San Lucas que “no hay nada tan oculto que no se haya de manifestar ni tan secreto que al fin no se sepa”. Pues bien, han pasado casi veinte años desde que tuviera lugar el atentado del 11-M, sin que hasta la fecha sepamos quienes fueron los autores intelectuales de la masacre.

Aquellos que desde la sombra idearon, planearon y metieron sus manos asesinas en un asunto tan nauseabundo, barrunto que deben estar poniendo sus barbas a remojo. ¿Por qué digo esto?, pues porque el trabajo sucio del comisario Villarejo no ha consistido en tocar un timbre y salir corriendo saltando y riendo, no. Al igual que Pujol, lo que Villarejo atesora puede dinamitar el sistema. Hay que tener en cuenta que lo que ha sacado a la luz sobre Garzón y la fiscal Delgado -hoy ministra de Justicia-, solo es un aperitivo para abrir boca.

O sea, la punta de un iceberg de mierda sumergido en la cloaca de la Audiencia Nacional, que puede llevarse por delante cuarenta años de democracia.

La cosa es muy simple. Para ejercer el riguroso control que han demostrado tener sobre magistrados y fiscales de la Audiencia Nacional, díganme, ¿de qué no habrán sido capaces estos sujetos? Pues me temo que de cualquier cosa.

Advertisement

Con una banda mafiosa del crimen organizado moviéndose a su gusto, caben todas las hipótesis. Es evidente que el comisario Villarejo sólo está enseñando la patita, lo necesario para hacer caer al okupa de la Moncloa y a su banda, y poco más. Lo gordo está por venir. No hay que olvidar que este sujeto a las órdenes de Baltasar Garzón, tal y como deja entrever en las grabaciones, lleva dirigiendo la cloaca policial a su libre albedrío varias décadas, por lo que cabe deducir que está dispuesto a vender muy cara su piel. Y espero que así sea. Ahora entiendo porque Baltasar Garzón nunca contaba con la Guardia Civil. Ahora lo entiendo.

Para que sirva de referencia, once años estuvo en “buenas manos” la cinta de video sobre Cristina Cifuentes, esperando el momento oportuno para ser utilizada. Y bien que se utilizó. Ya lo creo.

Cuando el 10 de agosto de 2015 el rey emérito, cuya oscura y reprobable trayectoria no es necesario volver a explicar aquí, se refirió al 11-M y dijo a los periodistas: “lo lleváis crudo, a mí todavía me ocultan cosas del 23-F”, debimos advertir que se trataba de un mensaje subliminal cargado de intención.

Ahí, en ese preciso instante vinieron a mi mente, por ejemplo, el magnicidio de Carrero Blanco, el “incendio” del hotel Corona de Aragón de Zaragoza”, el envenenamiento del “aceite de colza”, la “expropiación de Rumasa”, el “23-F”, el “pacto del Tinell”, el “chivatazo del bar Faisán”, la irrupción de Pablo Iglesias en Intereconomía, los micrófonos ocultos en “La Camarga”, las escuchas en el despacho del ministro Fernández Díaz, o, la muerte del teniente general Gutiérrez Mellado en accidente de tráfico.

Sin olvidar tampoco, la extraña muerte de Rita Barberá, el fallecimiento de Miguel Blesa, la muerte del Fiscal General del Estado don José Manuel Maza, el fallecimiento de Francisco José Yañez, el suicidio de María del Mar Rodríguez Alonso, la desaparición y muerte de Isidro Cuberos, la muerte del juez Antonio Pedreira, el suicidio de Juan Pérez Mora, la muerte de José Martínez Núñez, el fallecimiento de Francisco Sánchez Arranz, la muerte súbita de Leopoldo Gómez, la muerte de Alvaro Lapuerta, el fallecimiento de María José Alcón tras precipitarse por un balcón, etc.

Advertisement

Es cierto que el Gobierno del okupa de la Moncloa y su banda se han hecho acreedores de un rechazo casi generalizado, pero cuidado, no caigamos en el infantilismo de creer que las cloacas son cosa de hace solo unas semanas, no. El origen de toda esta mierda viene arrastrándose desde que Carrero Blanco fue asesinado por encargo. Después, la corrupción generalizada instalada en las más altas esferas del poder ha desarrollado perfectamente su trabajo. A partir de aquí, díganme, ¿puede existir algún español sensato que todavía crea, que después de salir a la luz parte del prólogo de las aventuras y desventuras de la fiscal Delgado, Garzón y Villarejo, España tiene solución con este elenco de personajes que nos gobiernan?

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil