Estados Unidos advirtió a China en 2017 que un virus similar al SARS podría escapar de un laboratorio instalado ese año en Wuhan

Los científicos advirtieron en 2017 que un virus similar al SARS podría escapar de un laboratorio instalado ese año en Wuhan, China, para estudiar algunos de los patógenos más peligrosos del mundo.

Ahora, un coronavirus similar al SARS ha infectado a más de 800 personas allí, se ha propagado a por lo menos otros 10 países y ha matado a 26 personas en Wuhan y provincias cercanas.

China instaló el primero de los cinco a siete laboratorios biológicos previstos para lograr la máxima seguridad en Wuhan en 2017, con el propósito de estudiar los patógenos de mayor riesgo, incluidos los virus del Ébola y del SARS.

Tim Trevan, consultor en bioseguridad de Maryland, dijo a Nature ese año, cuando el laboratorio estaba a punto de abrirse, que le preocupaba que la cultura china pudiera hacer que el instituto fuera inseguro .

De hecho, el virus del SARS se había ‘escapado’ varias veces de un laboratorio en Pekín, según el artículo de Nature.

El Laboratorio Nacional de Bioseguridad de Wuhan está situado a unas 20 millas del Mercado de Mariscos de Huanan y algunos se han preguntado si el epicentro del brote es una coincidencia, pero la comunidad científica actualmente cree que el virus mutó y saltó a las personas a través del contacto animal-humano en el mercado.

Sin embargo, ‘en este momento no hay razón para albergar sospechas’ de que la instalación haya tenido algo que ver con el brote, además de ser responsable de la crucial secuenciación del genoma que permite a los médicos diagnosticarlo, dijo el microbiólogo de la Universidad de Rutgers, el doctor Richard Ebright, a DailyMail

El Laboratorio Nacional de Bioseguridad de Wuhan, ubicado en el Instituto de Virología de Wuhan, se creó con la esperanza de ayudar a China a contribuir a la investigación de los virus más peligrosos del mundo.

Construido en 2015, el laboratorio todavía estaba en pruebas de seguridad, pero casi listo para abrir en 2017.

Fue el primer laboratorio del país diseñado para cumplir con los estándares del nivel 4 de bioseguridad (BSL-4), el nivel más alto de riesgo biológico, lo que significa que estaría calificado para manejar los patógenos más peligrosos.

Los laboratorios de BSL-4 deben estar equipados con trajes herméticos para materiales peligrosos o con espacios de trabajo especiales en forma de «gabinete» que confinan los virus y las bacterias que pueden transmitirse por el aire a cajas selladas a las que los científicos llegan usando guantes de alto grado adheridos.

Hay alrededor de 54 laboratorios de BSL-4 en todo el mundo.

El primero de China, en Wuhan, recibió la acreditación federal en enero de 2017.

En el momento de su apertura, planeó primero retomar un proyecto que sólo requería precauciones de BSL-3: un virus transmitido por garrapatas que causa la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.

Es una enfermedad altamente mortal, que mata entre el 10 y el 40 por ciento de las personas que infecta.

El SARS también es un virus de BSL-3. De acuerdo con la entrevista de Nature con el director del laboratorio, Yuan Zhimin, el Laboratorio Nacional de Bioseguridad de Wuhan planeaba estudiar el virus del SARS.

En enero de 2018, el laboratorio estaba en funcionamiento «para realizar experimentos mundiales con los patógenos del BSL-4», escribió Guizhen Wu en la revista Biosafety and Health.

Después de que un virus del SARS se escapara en una «fuga» de otro laboratorio en 2004, las autoridades chinas trabajaron para mejorar la seguridad, pero también para ampliar la capacidad del país de continuar estudiando los mismos virus que su laboratorio había dejado escapar.

Después de un incidente de fuga de laboratorio del SARS en 2004, el antiguo Ministerio de Salud de China inició la construcción de laboratorios de preservación para patógenos de alto nivel como el SARS, el coronavirus y el virus de la gripe pandémica», escribió Guizhen Wu.

No está claro dónde estaban esos laboratorios.

El laboratorio de Wuhan también está equipado para la investigación con animales.

En 2017, los científicos que hablaron con Nature destacaron la oportunidad que esto presenta para el desarrollo de vacunas y tratamientos.

Un hombre pasa por la calle con una bicicleta en Wuhan (China), junto a un anciano fallecido por el Coronavirus.

Las regulaciones para la investigación animal – especialmente la que se realiza en primates, son mucho más laxas en China que en Estados Unidos y otros países occidentales, lo que significa que estos estudios son menos costosos y se enfrentan a menos barreras que podrían limitarlos o frenarlos.

Pero eso también fue motivo de preocupación para Trevan.

Estudiar el comportamiento de un virus como el 209-nCoV y desarrollar tratamientos o vacunas para él requiere infectar a estos monos de investigación, un paso importante antes de las pruebas en humanos.

Sin embargo, los monos son impredecibles, advirtió Ebright. “Pueden correr, pueden rascarse, pueden morder y los virus que portan irían a donde lo hacen sus pies, uñas y dientes”. dijo.

(Alerta Geo)