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España suma

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J. A. Trujillo.- La política nunca debió convertirse en un problema de aritmética. Con menos cifras y más palabras nos iría mejor. Nuestras leyes electorales abonaron el campo para que abundaran las operaciones por resolver. La demoscopia compuso esa nueva disciplina de sumas y restas que procura suplantar el peso de lo real en lo social. Es, sin duda, un ejercicio constante de videncia, con el único objetivo de conformar la opinión de los ciudadanos en la línea del que paga la encuesta. Tanta fuerza tiene la sociología con números, que incluso el presidente del Gobierno en funciones está dispuesto a no ceder en ninguna de sus pretensiones, confiando en lo que sus asesores le auguran en unos futuros comicios electorales.

Pedro Sánchez quiere gobernar en solitario. Zapatero ya lo hizo, con el apoyo de las fuerzas de la izquierda sociológica y los diferentes partidos nacionalistas, sin a penas contraprestaciones y ese es su deseo. Gobernar con apoyos parlamentarios estables, pagaderos en los presupuestos generales del Estado, es una cosa, y otra, sentar en el consejo de ministros a Pablo Iglesias y los suyos. No escucha a ninguno de sus compañeros, incluido Felipe González ni Rodríguez Zapatero, ni a la izquierda mediática, que le presionan para que conforme un gobierno que acoja a Unidas Podemos en alguna de sus infinitas opciones de colaboración. Su proyecto político no puede implantarse si existe una versión coral en su gobierno, y consciente de eso, resiste. Sin ningún logro que pudiera resaltar de sus meses de gobierno, se presentó a las anteriores elecciones generales movilizando a su electorado apelando al miedo de la llegada de la extrema derecha. Lo que más favoreció su resultado fue la división en el centro derecha sociológico. El resultado todos lo conocen. Quiere repetir la jugada en noviembre, sumando además la supuesta traición a la izquierda de la formación morada, y parece que le puede salir bien.

Lo que nadie entiende es que el centro derecha no utilice sus propias armas y no aprenda de las lecciones del pasado. Quiere seguir estando en la oposición. Los tres líderes, Casado, Abascal y Rivera son jóvenes y no les importa esperar su ocasión, heredar el poder, no ganar unas elecciones. En breve se conocerán las sentencias del caso de los EREs de Andalucía y las del ‘procés’ pero las dan por amortizadas. Saben que no deben de nuevo infravalorar a Pedro Sánchez, Vox ya no da miedo y saben lo que ocurre cuando fragmentan su oferta electoral, ¿por qué no aprovechan las lecciones del pasado? La fórmula de España suma es su única oportunidad en la actualidad, porque sigue existiendo una mayoría de ciudadanos en nuestro país que entienden que lo moral es lo eficaz.

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