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Cristina Martín Jiménez.- Algunos no saben diferenciar la libertad de la esclavitud. No saben ver quién es el tirano y quién el salvador. Confunden la verdad con la mentira. Toman caminos que prometen paraísos y solo los introducen más en el infierno.
Esa Unión Europea —controlada por los poderes financieros que fundaron el Club Bilderberg después de la Segunda Guerra Mundial— se presenta como la salvadora de Europa y no hace más que crear problemas para luego aportar sus soluciones. Es la gestora del orden y del caos, y juega a ser dios cuando solo tiene pies de barro.
Esa Unión Europea que decretó los destinos de España convirtiéndola en un parque Disney para turistas y jubilados del norte. Esa Unión Europea que desmanteló el tejido industrial español a cambio de un museo Guggenheim o un Port Aventura y se llevó toda la industria pesada a Alemania.
Esa UE que se lleva a los jóvenes mejor preparados de nuestra historia porque como antes se llevó las industrias ahora no tienen puestos de trabajo cualificados en su casa.
Esos países del Norte que siempre miran con recelo a España por ser el primer gran imperio de la Historia Moderna. Esos cancilleres luteranos que no soportan nuestra cultura católica, ni nuestras fiestas, ni nuestra alegría natural.
Esa Troika europea que nos castigó con los peores recortes y nos obliga a hipotecarnos para pagar los supuestos desmanes de sus banqueros. Cuando realmente era un plan genialmente trazado y nada casual.
Esa Unión Europea quiere ahora federar España y traspasar el Gobierno Central a Bruselas.
Este es el juego. Se llama Globalización. Y España es uno de sus objetivos principales. Lo demás, son cuentos que nos cuentan para llevarnos al matadero. Quien aún no lo haya entendido que lea mis libros.
Nota: Que quede claro que mi crítica es exclusiva hacia la élite financiera, política y mediática. Afortunadamente, hay muchas personas buenas en todo el mundo.
*Periodista y escritora sevillana, es la autora del primer libro publicado en el mundo acerca del Club Bilderberg)
