¡Comparte esta publicación!
José Luis Campaña.- He nacido en Barcelona, llevo 42 años viviendo en la provincia de Barcelona y soy español. Tengo un niño de 3 años y estamos en el proceso de buscar colegio. Hemos ido a un par de concertados, uno religioso y uno laico y el público del pueblo (un pueblo pequeño lleno de lazos amarillos). Es una historia de terror. Voy a resumirlo:
En el religioso, al que fui yo, nos atendió Conchita que, obviamente dió toda la charla en catalán y estaba orgullosa de la cámara de los horrores: una pequeña habitación sin ventanas donde los niños eran obligados a jugar a uno de los juegos de rol de la sala. Obligados. Textualmente: si a un niño le tocaba vestir muñecas y quería jugar a los coches pues mala suerte.
Esta misma sujeta era la tutora de la clase de los leones y las leonas
No hace falta decir que utilizaba todo el rato la fórmula “niños y niñas”, “bomberas y bomberos”, etc
Lo peor vino cuando le pregunté por el niño español y tras un rifirrafe me diga condescendientemente: al final los niños en el patio hablan en español y tenemos que llamarles la atención.
Carnet del PSC sin duda.
Pero hoy, en la pública, han hablado del “currículum invisible”.
Ese currículum invisible era el lenguaje inclusivo y se jactaba de que al final los niños terminaban hablando así.
Estamos hablando de niños inocentes de 3 años. Asqueroso.
Ya está, simplemente denunciar la situación en Cataluña donde se junta que no te dejen escolarizar en español a tu niño, pero además acabará tonto o tonta con tanta estupidez o estupideza.
