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Nos manda la instantánea un lector que viajó de Madrid a Málaga a bordo de un tren AVE. Allí coincidió con el futuro ministro del Gobierno frentepopulista, el comunista Alberto Garzón, que viajaba (ocioso es decirlo, en primera clase) en compañía de su mujer e hijo.
Nos sorprende sobre todo ver a la mujer de Garzón en actitud despatarrada (como buena feminista), dando ejemplo y cuidando del mobiliario público, y también a su hijo, ya mayorcito, chupando de la teta (para ir acostumbrándose ).
Una imagen repulsiva y reveladora del escaso o nulo respeto de la pareja de vividores a las personas que viajaban en el tren. Un ejemplo nada edificante de lo que cabe esperar de esta gente. Y una advertencia de la que se avecina.