La presidente de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no está dispuesta a ser parte de lo que se percibe como una maniobra que puede ser tachada como incoherente en el aspecto político e ideológica, al saberse que Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, se ha abierto a recabar el apoyo de los socialistas, para tratar de ser investido como presidente del gobierno español.

Así de claro lo dejó la mandataria ante las gestiones que despliega Feijóo entre las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por el actual presidente, Pedro Sánchez. Por ahora, el líder del PP, quien se hizo con 136 escaños en las elecciones del 23 de julio, intenta sumar respaldos que le permitan alcanzar los 176 puestos necesarios en el Congreso, para así ser ungido como la cabeza del Ejecutivo.

Una alianza con el PSOE espanta a Díaz Ayuso. No lo esconde. Ajustada a un discurso sencillo, pero contundente, ante la Junta Directiva Autonómica acentuó su posición al respecto. Si bien, ella admite que Feijóo tiene el “legítimo derecho” de buscar alternativas, destaca que “este PSOE no es el que era”.

Durmiendo con el enemigo

Las palabras de la presidente de la Comunidad de Madrid tienen una profundidad que cuida con guante de seda, al recordar que el PP es de “principios” y, aunque descarta “lanzar por un puente” a su compañero, precisamente después de apoyarlo en los mítines recientes ―como muestra de su disciplina política― insiste en que sentarse con la tolda de Sánchez es perder el tiempo. En su opinión, “no todo el mundo en el PSOE está hoy a la altura de este Estado”.

La crítica a los socialistas es frontal. “No les ha importado alimentar a los nacionalismos”, dijo Ayuso. También, reconoció que “al PP le faltan socios porque tenemos escrúpulos”. Sin embargo, ante estas declaraciones, también deja abierta otra interrogante: ¿Los está perdiendo Feijóo para llegar a la Moncloa? Con sus insospechadas negociaciones, a primera vista, parece ir en esa dirección.

Ahora, entre las consecuencias de tomar este rumbo, también figura entre ellas el distanciamiento por parte de Ayuso, quien defiende su liderazgo en Madrid, al presumir de su capacidad para librar “las batallas contra el comunismo”.

El mensaje es para sus electores, a quienes les reitera la fidelidad con sus ideas de libertad y democracia pero también para Feijóo a quien advierte que “Pedro Sánchez ya tiene un pacto con -Carles- Puigdemont” – líder del partido independentista catalán JxCat – formación dispuesta a negociar una eventual investidura del líder socialista a cambio de “autodeterminación y amnistía”.

Con un Feijóo que busca al PSOE perdido entre la angustia y desesperación por no tener mayoría absoluta sino solo 136 escaños de 176 para ser juramentado Ayuso marca una visible distancia ante su intención de a doblegarse escarbando en la acera izquierdista.

Cuidando el piso

Díaz Ayuso cuida su piso “popular” que fue capaz de abuchear a Feijóo implorándola en sus narices. Esa imagen y videos de los simpatizantes del PP coreando su apellido frente al abanderado en el balcón de Génova el domingo quedará para la historia y pesa en el presente.
Ella conoce, vive y disfruta del conocido como ‘efecto Ayuso’ que genera desde las elecciones de 2021 cuando se impuso a Ángel Gabilondo, Mónica García, Pablo Iglesias y Rocío Monasterio.

Estrategia tampoco le falta. Muestras hay. Rompió con Ciudadanos, convocó elecciones anticipadas enarbolando la libertad como bandera de su proyecto político, ganó con una amplia mayoría y gobierna sin necesidad de aliados.
Enfrenta a los rivales políticos con tenacidad y hoy, frente a Feijóo luce con más autenticidad.
España tiene fresco el recuerdo de la política económica que su gobierno desarrolló en la pandemia en pro del equilibrio sanitario y empresarial sin castigar en exceso a las compañías ni a la hostelería a la que siempre ha defendido y ha evitado criminalizar. Díaz Ayuso dice no esyar pensando en sustituir a Feijóo si se convocan unos nuevos comicios pero confiesa que recibe “mensajes”.