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Alemania sigue conmocionada, indignada y sin respuestas políticas después de que un ciudadano eritreo, Habte Araya, se escondiera detrás de un pilar de la estación ferroviaria de Frankfurt para empujar a una madre y su hijo a las vías mientras llegaba un tren de alta velocidad. El niño murió en el acto y la mujer resultó herida. El sospechoso, “ni alcohólico ni drogado”, según las autoridades, también intentó a continuación tirar a las vías a otra mujer, de 78 años, y luego trató de darse a la fuga, pero varias personas salieron tras él, entre ellos un policía de paisano, que lo retuvieron hasta que llegaron las fuerzas de seguridad. Ahora se ha sabido, además, que apenas unos días antes, se produjo un caso similar en la estación central de la localidad germana de Voerde, en el Estado de Renania del Norte-Westfalia, cuando un hombre de 28 años de edad, de origen serbio, lanzó a las vías a una mujer de 34 años, a la que no conocía y con quien previamente no había mediado palabra.
Más motivos para la indignación. Araya estaba siendo buscado desde la semana pasada en Suiza, país donde residía desde 2006. Al parecer, la Policía andaba tras la pista de Habte después de que éste atacara y encerrara a su mujer y a sus tres hijos -de 1, 3 y 4 años-, y luego amenazara con matar y estrangular a su vecina.
Y la indignación sigue creciendo cuando se conoce que en Suiza, Habte Araya había sido considerado un asilado “modélico” por las instituciones de este país, que, además, habían utilizado su caso y su imagen como un “modelo de integración” de inmigrantes. De hecho, la Policía suiza ha confirmado que Araya “residía en el cantón de Zúrich” y que era “titular de un permiso de residencia”, obtenido tras una estancia de diez años en el territorio nacional, o cinco años en caso de “integración satisfactoria”.
Y, como no podía ser de otro modo, finalmente, la indignación estalla. “¿Qué más tiene que pasar? Así es cómo, al final, se protege a los ciudadanos de nuestro país con esta política de recepción ilimitada de la migración”, ha escrito en Twitter Alice Weidel, líder del AfD, partido de nueva derecha que ha experimentado un importante crecimiento en su apoyo popular desde 2015, fecha en la que Alemania convulsionó con la llegada de cientos de miles de inmigrantes.
(La Tribuna del País Vasco)
