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El Gobierno de Sánchez dilapida 400.000 euros en mostrar al mundo cómo la “artista” vasca Itziar Okariz “mea en diferentes espacios públicos del mundo”

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El Gobierno de Pedro Sánchez dilapida 400.000 euros en mostrar al mundo cómo la “artista” vasca Itziar Okariz, que representa a España en la Bienal de Arte de Venecia, “mea en diferentes espacios públicos del mundo”, en un proyecto comisariado por el periodista también vasco Peio Aguirre que se presenta como una iniciativa que “perfora y vacía” el espacio físico, a través de sonido, imagen, escultura y arquitectura. Aguirre ha explicado que “es un pabellón en el que el cuerpo aparece representado y esta idea de perforación asociada al cuerpo me parece una metáfora importante y potente en esta edición”.

En el pabellón español de Venecia, pueden encontrarse diferentes vídeos de Itziar Okariz, en los que la “artista” respira “oceánicamente” y en los que mantiene “conversaciones con estatuas” de distintos museos del mundo. En el tercer grupo de proyecciones, Okariz se muestra a sí misma en una serie que se titula “Mear en espacios públicos o privados”, en la que la “artista” afirma cuestionar “las normas las convenciones sociales, meando de pie”.

Sergio Prego, el otro artista también vasco que acompaña a Okáriz en Venecia, utiliza el jardín trasero del pabellón para insertar tres estructuras “muy simples, de aire, que ocupan un volumen y se insertan en el espacio”, y “por las que cae agua”. Además, expone una serie de dibujos en los que se muestran “distintos dibujos de plantas y órganos sexuales”, y también formas de silicona, infladas con aire.
Luis Racionero, uno de los más destacados analistas españoles del mundo del arte contemporáneo y autor del libro “Los tiburones del arte”, explica que este tipo de “creaciones” demuestran una vez más que “el arte actual se ha hundido en la decadencia más absoluta y que ya solamente queda una inmensa tontería. Oscar Wilde decía que la naturaleza imita al arte, pero lo que estamos viendo es que lo que ocurre actualmente es exactamente al revés: se ha vuelto al origen y ahora el arte imita a la naturaleza, especialmente a la naturaleza de las cosas que cada uno hacemos en nuestra casa. Esto no tiene nada que ver con el arte. Esto es una solemne estupidez, y hay que pedir explicaciones y exigir cuentas a los responsables públicos que se han gastado 400.000 euros en esto”.

Fuente: La Tribuna del País Vasco

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