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El candidato oculto: español, no votes a Bafomet

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Por Laureano Benítez Grande-Caballero.- Llevo militando como articulista del pensamiento políticamente incorrecto casi 5 años, y en este tiempo he tenido ocasión de acceder a las ideas de muchos colegas disidentes de la perversa ideología progre que domina España desde el fallecimiento de nuestro Caudillo. Y algo que me llama la atención sobremanera es que nadie ha hablado todavía de un tema que es el más políticamente incorrecto de todos, pues se refiere al protagonista subliminal del pandemónium que estamos padeciendo en España –y en el mundo–.

Arremetemos contra el totalitarismo feminista, contra la nefasta LGTBI, contra la destrucción de nuestra identidad mediante el multiculturalismo avasallador, contra el golpismo separata… Pero nadie –excepto un servidor– ha apuntado sus baterías hacia el factótum, hacia la santabarbara de esta vasta conjura contra nuestra Patria.

No es Soros, no, pues este ultramegaconspirador –aunque sea el presidente de facto de España– no deja de ser un lacayo del mandamás supremo, un chambelan aventajado, un simple ujier de ese que está más arriba de él. Tampoco estoy hablando de Rockefeller, ni de los Rothschild…

Es el candidato oculto de la mayoría de los partidos que se presentan a las elecciones, su mecenas, su paladín… Salió de su madriguera en el 31, y, derrotado en la Guerra, pensamos que Franco había acabado con su amenaza para siempre.

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Pero no ha sido así, ya que a partir del 75 se activó de nuevo su ADN, y la Constituta revivió su maligna semilla lanzando su clon más feroz contra la España que Franco nos había legado.

Y aquí le tenemos de nuevo, moviendo su cola orgullosamente, danzando majestuoso en akelarres, con las femenvestales haciéndole de pavorosas marjorettes: es él quien desmocha nuestras cruces, quien revienta nuestras ciudades con las ominosas kabalgays; es él quien profana nuestros altares, quien extermina implacable a los neonatos insepultos en la barbarie abortista –a él se le ofrece esa carne fresca, pues de ella se alimenta–; es él quien levanta el puño y aprieta los dientes, mientras mira a los patriotas y católicos con ojos inyectados en sangre marxista; es él quien espolea a sus rebaños-Matrix para que desentierren los cadaveres de nuestros héroes, quien jalea a toda la infecta patulea a sus órdenes para que profanen la tumba de nuestro Caudillo; es él quien nos susurra sus lobotomias desde los medios de comunicación, con un Himalaya de mentiras cuyas cumbres llegan a Marte; es él quien corrompe a nuestros hijos en unas escuelas que son cavernas de adoctrinamiento homosexual, feminista, anti español y antifranquista; es él quien ríe y ríe, desde su palacio de Monte Pelado, robando el alma a izquierdistas, separatas y liberales-reformistas en sus logias de Zugarramurdi, en las cloacas del inframundo…

Es él otra vez, es él el verdadero presidente de España, el que apesebra y paniagua, el que inicia y confirma como sus caballeros negros a la mayoría de nuestros políticos, que babean ante su poderío maléfico, que le entregan su eternidad por una poltrona, por el untuoso tacto del terciopelo, por una alforja colmada… Y porque son sus hierofantes, porque como Faustos se han encomendado a Mefistófeles, a Asmodeo, a Lilith, a Astarte, a Behemot, a Azazel, a Jezabel… Estos demonios y démonias son los verdaderos candidatos que las elecciones quieren entronizar, los que van en la verdadera lista, la lista oculta, para luego formar un gobierno satanico, que nos mandara al Tártaro en sus akelarres de ministros.

Españoles, no le votéis, no votéis a Bafomet, al Señor de las Moscas, al Señor de los escarabajos que pretenden hacer de nuestra Patria una enorme bola de excrementos que lanzar a los infiernos.
Su presencia sulfurosa y aterradora bulle en los izquierdistas, y en los separatistas, pero también en otros partidos que se camuflan bajo el centrismo-progresista-liberal.

¿Por qué nadie habla de él? ¿Hasta cuándo estaré solo frente a la Bestia?

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Así que cuidado, españoles: no votéis a Bafomet. Y recordad: el mayor engaño del demonio es hacer creer que no existe.

VADE RETRO.

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