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El Aquarius abandona sus operaciones de salvamento en el Mediterráneo

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Las organizaciones no gubernamentales SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF) renuncian a seguir fletando el Aquarius para realizar rescates de inmigrantes en el Mediterráneo, ante los obstáculos que han afrontado, y la primera de esas ONG busca ahora un barco que pueda reemplazarlo.

En un comunicado divulgado este jueves, SOS Méditerranée explicó que, «ante los ataques incesantes de que han sido objeto el barco y su tripulación», se ha visto obligada a tomar esta decisión, que espera que al menos favorezca «la reanudación rápida y duradera de la misión de búsqueda y de salvamento en el Mediterráneo central», según recoge Efe.

La ONG francesa, que recordó que en los 34 meses de misión el Aquarius ha prestado asistencia a «cerca de 30.000 personas», entre ellas las 629 que rescató y dejó en el puerto de València el pasado mes de junio, subrayó que sigue «plenamente comprometida» para volver al mar «a comienzos de 2019».

En concreto, añadió, explora «activamente las opciones para un nuevo barco y un nuevo pabellón y estudia con seriedad todas las propuestas de armadores que le permitan continuar su misión de salvamento».

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MSF denuncia una «campaña» en contra

Médicos Sin Fronteras (MSF), por su parte, señala en otro comunicado que ambas organizaciones «se han visto obligados a terminar las operaciones de búsqueda y rescate del barco Aquarius mientras que refugiados, migrantes y solicitantes de asilo continúan jugándose la vida y perdiéndola en el mar Mediterráneo».

Durante los últimos dos meses, señala el Aquarius ha permanecido en puerto, sin capacidad de llevar a cabo su trabajo humanitario, a pesar de que las personas continúan huyendo por mar a lo largo de la ruta migratoria más mortal del mundo.

«Este es el resultado de una campaña encabezada por el Gobierno italiano y respaldada por otros estados europeos, para deslegitimar, desacreditar y obstaculizar a las organizaciones que brindan asistencia a las personas en peligro. Junto con las dañinas políticas externas concebidas por la Unión Europea (UE) en materia de migración, esta campaña ha socavado el derecho internacional y los principios humanitarios. Sin una solución inmediata a estos ataques, MSF y SOS Méditerranée no tienen más opción que poner fin a las operaciones del Aquarius».

«Este es un día triste», afirma en la nota Nelke Manders, directora general de MSF. «No solo Europa no ha sido capaz de proporcionar capacidad de búsqueda y rescate, sino que también ha saboteado activamente los intentos de otros por salvar vidas. El fin del Aquarius significa más muertes en el mar y más muertes innecesarias de las que nadie será testigo», indica.

En los últimos 18 meses, explica MSF, «los ataques de los estados de la UE a las operaciones de búsqueda y rescate se han basado en tácticas utilizadas por algunas de las naciones más represivas del mundo». A pesar de haber trabajado en total y estrecha coordinación con las autoridades, este año al Aquarius se le ha arrebatado en dos ocasiones el pabellón y ahora enfrenta denuncias de actividad criminal, acusaciones que claramente no tienen ningún sentido, continúa. «En medio de estas campañas de desprestigio y maniobras para minar el derecho internacional -señala-, se les ha negado a las personas rescatadas en el mar el acceso a puertos seguros y se les ha rechazado la asistencia de otros barcos, dejándolas varadas en alta mar durante semanas».

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El final forzado de las operaciones del Aquarius tiene lugar «en un momento crítico» explica MSF. En este sentido, se estima que 2.133 personas han muerto en el Mediterráneo en 2018. «Más de 1.300 de estas muertes han ocurrido en el Mediterráneo central; la inmensa mayoría, de personas que habían partido de Libia. Los estados miembros de la UE han agravado el sufrimiento al permitir que los guardacostas libios intercepten en el mar a más de 14.000 personas en lo que llevamos año y las devuelvan a Libia a la fuerza. Esto supone una clara violación del derecho internacional. En 2015, Europa se comprometió con el Consejo de Seguridad de la ONU a que ninguna persona rescatada en el mar fuera obligada a retornar a Libia», señala la organización.

«Hoy, Europa está apoyando directamente las devoluciones forzadas mientras se adjudica a sí misma una exitosa política de migración», denuncia Karline Kleijer, responsable de emergencias de MSF. «Tenemos que ser claros sobre lo que significa este éxito: falta de asistencia para salvar vidas en el mar; niños, mujeres y hombres rechazados y devueltos a centros de detención arbitraria sin prácticamente ninguna esperanza de escapar; y la creación de un contexto que desalienta a todos los barcos a cumplir con la obligación de rescatar a las personas que están en peligro».

Desde el inicio de sus operaciones de búsqueda y rescate en febrero de 2016, el Aquarius ha asistido a casi 30.000 personas en aguas internacionales entre Libia, Italia y Malta. El último período activo de búsqueda y rescate del Aquarius terminó el 4 de octubre de 2018, cuando llegó al puerto de Marsella tras el rescate de 58 personas. Junto con las anteriores embarcaciones de búsqueda y rescate anteriores de MSF –Bourbon Argos, Dignity, Prudence y Phoenix– los equipos de MSF han rescatado o asistido desde 2015 a más de 80.000 personas en el Mediterráneo. A pesar de los esfuerzos recientes de otras ONG en el mar, hoy no hay un mecanismo europeo específico de rescate en el Mediterráneo central.

«Mientras se sigan ahogando y haya personas atrapadas en Libia, MSF continuará buscando fórmulas para brindarles atención médica y humanitaria», concluye Kleijer.

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