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El adiós de una gran dama española: Muere Pitita Ridruejo a los 88 años

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Esperanza Ridruejo, más conocida como Pitita Ridruejo ha fallecido esta mañana del 6 de mayo a los 88 años de edad. La socialité, casada con el diplomático Mike Stilianopoulos, ha fallecido en su domicilio de Madrid.

Nacida en Soria en 1931, estudió en el colegio de la Asunción de Madrid, y Literatura Inglesa en Belmont, Inglaterra, y en la Universidad de Ginebra. La socialité ha sido una de las grandes damas de la sociedad española y contraía matrimonio con Mike Stilianopoulos el 24 de junio de 1957. Durante unos años vivieron varios años en Filipinas. La pareja regresaba a España en 1959.

Pitita y Stilianopoulos tuvieron tres hijos: Ana que nació en 1964, Carlos, en 1966 y Claudia en 1973. Su único varón contrajo matrimonio con Gracia Abascal, los cuales le ha dado tres nietos: Carlos, Álvaro y Gracita. Su hija Claudia se casó con Juan Garaizábal, nieto del fundador de Viajes Marsans, del cual años más tarde se separaría.

Gran artista, a lo largo de su vida Pitita ha tocado varias artes, entre ellas la pintura con la que alcanzó gran éxito tras su mudanza a Roma en 1967, al igual que su marido que también fue muy aficionado a pintar. Su hija Claudia, llamada con cariño Clo, es conocida por sus esculturas monumentales aunque también se ha dedicado a la pintura.

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La vida de Pitita ha dado para mucho e incluso hizo una prueba para trabajar con Fellini en 1971. En 1972, su marido y ella fueron nombrados embajadores en Filipinas. Poco después, volvieron a Madrid donde se instalaron definitivamente en 1984. Pitita fue muy conocida a finales de los 80, al revelar en 1987 que tenía apariciones marianas. En 2013, en el Día de la Inmaculada Concepción, fue la anfitriona La Virgen María y sus apariciones, su libro sobre las apariciones marianas.

1 Comentario

  1. javier

    07/07/2019 at 13:20

    Luego apareció la Pétula esa y empezó con la brujería. A lo primero mataban un gallo negro. Después trajeron patos, cabras. ¡Hasta marranos!. (…) Cuando entré a servir con Don Braulio, el criado de toa la vida, me contó que era un chico normal. Que aquello empezó cuando heredó, por las malas compañías. Le estropearon los dineros, ¡cómo a muchos!. Es bueno tener, ¡pero no pasarse!. Que toó son vicios. Cómo le vi tan joven, ¡me atreví!. Le pregunté porque hacía marranadas, en lugar de joér como toó el mundo. Y dijo que le habían mandao purificar no sé que coño. Que era necesario para que hubiese paz.

    Pétula estaba segura de sí misma y de su posición. Su relación con el Diablo, que no le impedía conversar con la Virgen y santos diversos, la hacía imprescindible. Liberales los seres celestiales, corría que en cierta ocasión, la visitó Dios Padre en persona. Por esta y otras razones no se rebajaba a prestar servicios menores. Los distribuía entre amigas, de infancia y colegio de monjas.

  2. javier

    08/05/2019 at 06:53

    Luego apareció la Pétula esa y empezó con la brujería. A lo primero mataban un gallo negro. Después trajeron patos, cabras. ¡Hasta marranos!. (…) Cuando entré a servir con Don Braulio, el criado de toa la vida, me contó que era un chico normal. Que aquello empezó cuando heredó, por las malas compañías. Le estropearon los dineros, ¡cómo a muchos!. Es bueno tener, ¡pero no pasarse!. Que toó son vicios. Cómo le vi tan joven, ¡me atreví!. Le pregunté porque hacía marranadas, en lugar de joér como toó el mundo. Y dijo que le habían mandao purificar no sé que coño. Que era necesario para que hubiese paz.

    Pétula estaba segura de sí misma y de su posición. Su relación con el Diablo, que no le impedía conversar con la Virgen y santos diversos, la hacía imprescindible. Liberales los seres celestiales, corría que en cierta ocasión, la visitó Dios Padre en persona. Por esta y otras razones no se rebajaba a prestar servicios menores. Los distribuía entre amigas, de infancia y colegio de monjas.

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