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La población mundial conoce las andanzas de Donald Trump en la Casa Blanca. Tras perder la reelección ante Joe Biden, el ya expresidente de los Estados Unidos debe focalizar su futuro en el campo empresarial, en el que hace algunas décadas saboreó las mieles de la victoria y la derrota en muy poco tiempo. ¿Conoces su faceta empresarial antes de llegar a ser el controvertido político?
Una de las actividades en la que focalizó su modelo de negocio fue el sector del juego. No hace tantos años, Trump se había convertido en un magnate de casinos con relevancia internacional.
Después de dar sus primeros pasos en el sector inmobiliario con la ayuda de su padre, en la década de 1980 Donald Trump invirtió en el sector de los casinos, centrándose particularmente en Atlantic City.
En 1984, el primer elemento de su “tríptico” fue Harrah’s en Trump Plaza, más tarde rebautizado simplemente como Trump Plaza, que fue seguido por Trump’s Castle Casino Resort al año siguiente y el muy famoso Trump Taj Mahal en 1990, casino que en ese momento se convirtió en la sala de juegos más grande del mundo. En ese momento, Trump estaba en la cúspide, generando miles de millones de dólares solo con levantar la persiana de sus múltiples establecimientos.
La economía se compone de ciclos, y por norma general tras una época de bonanza llegan años duros de recesión. Eso ocurrió en Estados Unidos en 1990, y muchos de los negocios de juego de Donald Trump, incluidos los casinos, entraron en crisis.
El empresario se vio así obligado a vender su Trump Shuttle, comprado por US Airways en 1992, y a vender su Trump Princess. A pesar de una importante reestructuración de la deuda, el Trump Taj Mahal se declaró en quiebra en 1991, mientras que los otros dos casinos, y el Plaza Hotel de Nueva York, hicieron lo mismo al año siguiente. Según una investigación de CNN, la empresa de Donald Trump había contraído una deuda de 1.700 millones de dólares en 1996.
Después de la tempestad y de la tormenta siempre llega la calma. A finales de los 90, la economía volvía por sus fueros de crecimiento, y Donald Trump aprovechó esa tesitura para poner en marcha algunos proyectos como el Trump World Tower de Nueva York y el Trump International Hotel and Tower de Chicago.
A grandes rasgos, la faceta empresarial de Trump en el sector del juego fue un constante modelo de negocio de idas y venidas.
