Opinión

De la censura y otros sonidos onomatopéyicos. Por Fátima Pellico

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En este mundo enfermo en el que tenemos la desgracia de vivir ( o la suerte, según por dónde se mire) nos encontramos con que una redecilla social llamada Twitter le cierra la cuenta al todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Es decir, por si no queda claro así de buenas a primeras: una red social donde se junta todo tipo de personas a comentar, y donde abunda la expresión asnal por encima de cualquier otra cosa, se atreve a silenciar al mayor opositor al globalismo. Esto ya no va de izquierdas y derechas sino de `patriotas frente a globalistas, y los criados del globalismo han entonado todos juntos con una sonrisa meliflua en los hocicos el “sí, bwana” cuando se les ha ordenado intentar silenciar a Trump.

Que Donald Trump no guste estéticamente no es extraño, dado que da la impresión de que le importa poco lo que se piense de él y sus formas pueden parecer, y parecen, un poco fuera de lugar en una sociedad donde impera el buenismo de izquierdas como norma de conducta en todos los aspectos de la vida, pero como presidente ha hecho aumentar el empleo, sobre todo entre las minorías y las mujeres, se ha opuesto al aborto ( sí, el aborto, ese asesinato permitido por los países como “salud reproductiva”) y ha puesto los intereses de los americanos por encima de todo, cosa lógica porque para eso es el presidente y quien debe importarle son los suyos antes que nadie. Y , sobre todo y muy importante, no ha entrado en ninguna guerra.

Eso, queridos niños, no se perdona. No se perdona que una persona sea libre y luche hasta el final por lo que en realidad es justo y correcto, y el globalismo cree que silenciando a Trump en un circo social va a callarle a él y , por ende, a los que pensamos como él.

En España se leen constantemente tuits de “gente” que va sembrando el odio con sus vómitos escritos, bien bípedamente o bien sobre ruedas, y ojo con decir nada porque te cierran la cuenta. Yo particularmente he denunciado a Twitter algunos, muchos, tuits de cuatro ruedas y bípedos por clara incitación al odio y mira por donde que ni uno solo de ellos lo han suprimido…

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¿Por qué será?

Por mucho que cierren cuentas, que graznen contra nosotros, que nos amenacen, seguiremos luchando por la Verdad y donde intenten cortarnos la lengua hasta las piedras querrán gritar y gritarán de manera tan ensordecedora que muchos desearán ser sordos de nacimiento.

Fátima Pellico publica su blog personal en: https://www.fatimapellico.com

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