Opinión

Cumplimos cuarenta años de Constitución, ¿pero a qué precio?

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Una España dividida en 17 taifas autonómicas, cada una con sus reyezuelos correspondientes, llamados presidentes de comunidad autónoma, que hacen lo que les da la gana, y con unos partidos regionalistas, y en varios casos claramente separatistas, que ponen el cazo ante cualquier obra pública, para financiarse, o robar directamente, el dinero público.

Dos grandes partidos nacionales que han hecho y deshecho a su antojo, en régimen de duopolio, el PP y el PSOE, que realmente son las dos cara de una misma moneda, y al que ahora han venido a sumarse tres partidos más, CIUDADANOS, PODEMOS y la reciente incorporación de VOX.

Todos ellos con grandes aspiraciones “políticas”: ¡quítate tú, que me pongo yo!

Un gobierno con dos carcasas, duplicando el gasto: la antigua estructura franquista, de un estado centralista, con sus diputaciones provinciales, gobernadores civiles, etc., ¡y diecisiete ministerios con “Maduro” Sánchez!, muchos de ellos sin competencias reales, simplemente para “colocar” a amiguetes y correligionarios, y a veces hasta a enemigos y adversarios, que siguen el viejo lema de “dame pan, y dime tonto”.

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Esa estructura subsiste, duplicando el gasto público, al tiempo que las autonomías intentan arañar competencias al gobierno central, a las diputaciones provinciales, que ya están prácticamente anuladas, e incluso a los ayuntamientos, pues ya sabemos que la obsesión de todo político es acumular el máximo poder posible.

19 parlamentos legislando a troche y moche, los 17 autonómicos más el Congreso y el Senado, auténtico cementerio de elefantes, o refugio de presuntos delincuentes políticos (no todos, por supuesto), que esperan allí a que sus delitos prescriban, protegidos por el aforamiento ante el Tribunal Supremo, que hace también un triste papel en éste ¿Estado de Derecho?

La verdad es que no veo motivos para celebrar nada.

La casta política, de la que ahora forman parte también los nuevos “marqueses de Galapagar”, y sus seguidores con puestos para chupar del bote, son los únicos españoles que realmente viven bien, pues no hacen nada, como no sea crear problemas a los ciudadanos, y disfrutan de una situación de privilegio, poniéndose los salarios más elevados de los organismos públicos que mal dirigen y mal administran.

Siento ser tan pesimista, la verdad, pero creo que los padres fundadores de la Constitución que ya han fallecido, se estarán revolviendo en sus tumbas, casi tanto como Franco, ante lo que se avecina, a excepción de Roca, que ése lo mismo hace a carne que a pescado, pues es un politicastro profesional de amplias tragaderas, que lo mismo defiende a una Infanta corrupta, en Madrid, siendo un atinado y atildado monárquico, como un líder separatista radical en Cataluña.

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Un ejemplo de camaleón político.

En definitiva, si algo tenemos claro la mayoría de los españoles es que la situación no puede seguir así por mucho tiempo, pues los viejos mimbres de la Patria se están resquebrajando.

¡Y nuestros antecesores, la sangre de nuestra sangre, no se sacrificaron durante más de 500 años, que se dice pronto, para que cuatro hijos de puta se carguen la obra bien hecha de la Unidad Nacional de España!

Viva España, y Viva el Pueblo Español, que tiene que soportar a tantos parásitos políticos, que nos chupan la sangre y el dinero, y, lo que es peor, NOS ESTÁN TRAICIONANDO.

*Abogado y escritor.

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1 Comentario

  1. Pedro

    07/07/2019 at 13:37

    La pura y dura realidad. Tenemos “Constitución”, pero, al paso que vamos, dentro de poco no vamos a tener España…

  2. Pedro

    06/12/2018 at 16:04

    La pura y dura realidad. Tenemos “Constitución”, pero, al paso que vamos, dentro de poco no vamos a tener España…

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