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Cuando seis abortos por el brote de listeriosis conmueven a la proabortista Mamen Mendizábal

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Mamen Mendizábal
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Como en España hay sentimientos que son perseguidos, siendo el odio el más perseguido de todos ellos, evitaré expresar mis sentimientos al referirme a esa patulea que acapara una buena parte de las parrillas televisivas. No puedo evitar un visceral sentimiento de repulsión al evocar los nombres de Susana Griso, de Mamen Mendizábal, de Elisa Beni, de Beatriz Talegón, de María Llapart, de Ana Pastor, de Pilar Rahola, entre otras abominables representantes del progrefeminismo de chequera y postureo.

Estas tipas son muy provechosas para todas esas fuerzas e intereses que utilizan y luego desechan a quienes sobreponen las convicciones y los principios al medro profesional y al dinero. Las contradicciones son tantas en ellas que enumerarlas una tras otra resultaría una labor imposible.

Me detendré en la periodista de LaSexta Mamen Mendizábal. Ella es capaz de cambiar rápidamente su agreste feminismo y su progresismo de salón por un machismo excluyente al callarse miserablemente ante el acto discriminatorio hacia las mujeres que iba a tener lugar en el Congreso por parte de una delegación iraní. La embajada de Teherán remitió un escrito a la Presidencia del Congreso exhortando a que las mujeres no diesen la mano a la delegación persa. Como casi todas sus compañeras feministas de profesión, Mamen Mendizabal no se dio por enterada. Se declaran feministas convencidas, pero cuando una delegación extranjera exige recato a las diputadas españolas, debiendo estas permanecer en un segundo plano, entonces estas farsantes callan y tragan. Imagine el lector lo que hubiesen porfiado contra la Iglesia si la insólita petición a la Mesa del Congreso de la Embajada de Irán la hubiese hecho la Conferencia Episcopal. Todo en ellas es un monumento a la fealdad moral, el espantajo, lo grotesco y el histrionismo. Todo en ellas es freudiano y contradictorio, odioso y malintencionado, sectario y ambiguo.

Se quejaba Mendizábal esta semana de que ya son seis los abortos por el brote de listeriosis. Y lo decía tan consternada que hasta parecía sincera. Pero ya se sabe que la sinceridad es al progre de nuestro tiempo lo que una de Podemos a la nuera que un padre responsable querría tener. A Mendizábal le conturbe el ánimo la muerte de seis nonatos por el brote de listeriosis. A Mendizábal, en cambio, le resulta la cosa más normal la muerte cada año de 80.000 niños en las clínicas abortistas españolas. La actitud diferente ante hechos idénticos (la muerte de inocentes) tiene para ella matices distintos que dependen de la adscripción ideológica de aquellos o aquellas a quienes se pueda responsabilizarse de esas muertes. En el caso de los abortos por listeriosis, al gobierno de derecha de Andalucía. En el caso de los abortos voluntarios, absolutamente a nadie. La bipolaridad moral es muy corriente en esta gente.

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No fue por tanto casualidad que los que mueven los hilos ocultos de nuestro destino pusiera sus ojos en el progrefeminismo para dinamitar los pilares sobre los que se asienta el edificio tambaleante de nuestra civilización.

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