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¿Cómo sobrevivir a la crueldad de las mujeres?

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Xavier Valderas López/Colaboración.- Ver una muestra sencilla y que se da con bastante frecuencia de lo frías, crueles, manipuladoras y calculadoras que suelen ser las mujeres, a pesar de sus miradas seductoras y de lo hermosas que son algunas. Las mujeres, como norma general, no aman al género masculino, ni son sensibles, salvo para los seres que paren (y algunas veces ni eso), algunos familiares o alguien por el que sientan algún tipo de admiración especial (aunque no siempre con fundamento).
Mientras el género masculino por lo general puede sentir un sentimiento de interés, de atracción, y de amor muy fuerte hacia las mujeres, esos sentimientos apenas se dan entre el género femenino.

Investigaciones científicas, desde los clásicos hasta Freud y llegando a los actuales, concluyen con la teoría de que se debe a que el cerebro femenino es tremendamente complejo, mientras que comparativamente el masculino es más apto para la lógica. Por eso, y desde los albores de la edad de las cavernas, casi siempre ha tenido que ser el hombre el que ha debido arrastrar la antorcha de la civilización, siendo la mujer casi siempre un sujeto pasivo, con muchísimas incapacidades, que la han relegado a un segundo plano. De no ser por ese intenso amor que el hombre siente hacia la muchas veces ingrata mujer, la especie humana se habría extinguido hace mucho tiempo.

Hoy , cuando se trata de buscar la posibilidad de una igualdad de género, sobre todo a base de leyes que priman los derechos femeninos y discriminan los masculinos, se ha podido comprobar que el género femenino sigue siendo, como ha sido siempre, un género bastante pasivo, incapaz de coger y llevar bien las riendas del mundo. Y eso hace que de alguna manera, a cambio de ciertos roles, de ciertos servicios femeninos, los hombres brinden a las mujeres esa protección que al final ellas terminan necesitando debido a sus numerosas incapacidades. Para la mujer, el hombre es sólo un objeto del que aprovecharse, sobre todo en especie (léase dinero y derivados). Y si no os convenzo, leed el ilustrativo libro de Esther Villar, titulado “El varón domado”. En él encontrareis muchos reflejos de los criterios de lo que las mujeres sienten hacia los hombres.

Puede que me equivoque, pero así lo han visto personajes históricos de gran prestigio, entre ellos Napoleón, Nietzche… La lista de personas de gran calidad humana y prestigio que piensan así sería interminable. Desearía que las mujeres cambiaran, vieran las cosas con una perspectiva más humana y actuaran con la misma lógica que los hombres. Por el momento y en base a cómo son ellas, la clave estaría en saber cómo manipularlas para no tener que ser manipulados por ellas, ya que, no lo duden, pueden llegar a ser más fuertes y más astutas que los hombres. La cruedad y la maldad son algo demasiado frecuente entre las mujeres. Tenedlo presente, y así ellas no se podrán aprovechar de vosotros ni haceros daño.

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Sé que algunas lectoras se sentirán aludidas injustamente, pero quiero aclarar que no estoy hablando en términos generalizados. Ya sé que existen algunas mujeres que son la excepción, y que saben cómo tratar, cómo amar, y cómo hacer que se sienta importante un hombre, pero por desgracia abundan más las otras. Cuando encuentras a una de ellas, se hace inevitable admirarlas como merecen. A esas últimas, mi afecto y respetos; y a las otras, no voy a llorar por ellas, por supuesto.

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