Historia

Cómo el vodka salvó a Europa

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Vladímir de Kíef
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Pío Moa.- Según una leyenda que puede muy bien tener un fondo de realidad, el príncipe Vladímir de Kíef, entonces un estado poderoso, decidió abandonar el paganismo y adoptar una religión monoteísta. La judía fue enseguida rechazada pues “no entiendo que adoren a un Dios que los trata tan mal”. La islámica, lo mismo, porque prohibía la bebida, ey “el vodka es la alegría de Rusia”.

Después, entre la católica y la ortodoxa eligió la segunda, impresionado por la liturgia. Esto ocurría el año 987, cuando en la península Ibérica Almanzor devastaba lo estados españoles, el papado se hallaba en pleno “siglo de hierro”, los vikingos todavía lanzaban incursiones peligrosas y los magiares seguían representando un peligro, en la Edad de Supervivencia europea.

Imaginemos lo que habría supuesto que desde la actual Ucrania, convertida al islam, hubieran lanzado una yijad contra el centro del continente…

En cambio Rusia se convertiría en una barrera contra el islam. Si la leyenda refiere un episodio real, y probablemente es así, nos damos cuenta de cómo decisiones de la mayor consecuencia histórica nacen a veces de hechos de apariencia anecdótica.

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