Comunidad de Madrid

Cierran el Palacio Real para que pueda ser visitado por la mujer de Pedro Sánchez y sus hijas

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La bilbaína Begoña Gómez, más conocida por ser la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ingenió un plan secreto con sus hijas del que nadie podía tener constancia. El motivo era visitar en el Palacio Real, pero no como una más del público, sino a puerta cerrada.

No sería la primera vez que Gómez visita la residencial real. Ya lo hizo en dos ocasiones como primera dama.

La primera escena ocurrió en el besamanos del Día de la Hispanidad cuando ella y Sánchez se colocaron en el lugar de los Reyes dejando a la vista un error de protocolo garrafal muy comentado en días posteriores.

No volvieron a aparecer juntos hasta finales de noviembre con motivo de la visita del presidente chino a España.

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La cena de Estado supuso la primera aparición en el Palacio Real de Sánchez y Gómez desde el “malentendido” de la recepción del 12 de octubre.

Pero esta vez, la visita al Palacio Real no fue en un acto de Estado. Los trabajadores de Patrimonio Nacional recibieron una importante llamada unos días antes para anunciar que el 12 de enero tendrían que estar preparados para la llegada de “tres visitantes de excepción”, según publica Vanitatis.

Begoña Gómez acudió a la cita junto a sus hijas, eso sí, retrasando la hora prevista, y así pudo disfrutar de las estancias reales de una forma privada.

Esto es algo que no ha gustado a muchos madrileños: el cierre de puertas exclusivo para la mujer de Sánchez evitando las largas colas que se forman en las puertas de la residencial real. El edificio había echado el cierre a los turistas para que Gómez y las niñas pudiesen conocer algo más de la historia sobre los Borbones.

El tour consistió en la escalera principal, la Sala de Columnas, el Salón del Trono, donde Begoña seguramente contaría a sus hijas sus experiencias con los Reyes, el comedor de gala, la salita de Gasparini, etc. Para más inri, pudieron visitar unas estancias que están cerradas de cara al público. Se trata de las salas que están situadas en la calle Bailén. Entre ellas, está el comedor de diario y la cámara en la que Felipe VI recibe las acreditaciones de los nuevos embajadores. Esta ya fue la gota que colmó el vaso.

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