Cantabria

1937. El año en que el nuevo orden mundial perdió a España

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El Gobierno del Frente Popular perdió la guerra en el verano de 1937

Todas las guerras, como los partidos de fútbol, se luchan hasta el último minuto, pero menudo ocurre que se sabe va a ganar desde mucho tiempo antes de que el árbitro pite el final.

En el caso de la guerra de España, por ejemplo, se puede decir con total autoridad que el Gobierno del Frente Popular la perdió en el verano de 1937, con la doble derrota de Brunete y Santander. Porque hay que entender que la sangrienta batalla de Brunete fue lanzada por el Gobierno del Frente Popular para evitar precisamente en la conquista de Santander, lo que sucedió de todos modos, cuando ambas batallas las ganaron los nacionales. Y después de estos dos episodios decisivos, que resultaron en la pérdida del Norte para el Frente Popular, vendrían muchas más derrotas importantes para ellos como Teruel o el Ebro, pero la victoria de Franco ya estaba sellada mucho antes.

Contrariamente a lo que muchos piensan, la batalla del Ebro no fue la de que determinó la victoria del Ejército Nacional en la Guerra Civil Española, igual que tampoco la batalla de Gettysburg fue el turning point de la Guerra de Secesión estadounidense. Ambas grandes batallas fueron realmente la consolidación de la victoria del bando que realmente se haría con el triunfo final, pero hubo otras batallas que anticiparon ese desenlace mucho antes. Para la Guerra de Secesión estadounidense, ese momento decisivo se produjo con la Batalla de Antietam, primera victoria indiscutible del Norte, que desanimó la potencia es como Francia o Reino Unido de intervenir a favor del Sur.

Cómo se desarrolló realmente la Guerra Civil Española

Este artículo tal vez pueda ayudar a mucha gente a entender cómo se desarrolló realmente la Guerra Civil Española, aunque sea de forma resumida, pues hay un gran interés desde el poder para confundirnos y que no vemos las cosas como técnicamente fueron. Al margen de filosofía barata y pajas mentales, tanto políticas como pseudo militares.

Para empezar, hay un concepto que conviene siempre tener en cuenta y es el de romper el frente, qu significa ni más ni menos que las líneas enemigas en un punto en concreto y poder internarse en el territorio contrario. Esto significa una gran ventaja la estratégica que nos puede permitir hasta embolsar grandes formaciones enemigas y para conseguirlo suele hacer falta concentrar muchas fuerzas y de gran calidad en ese punto en concreto. En nuestra Guerra Civil Española, por ejemplo, en la primera mitad del 37, se produjo una gran concentración de fuerzas nacionales en el Norte, para acabar de tomar Vascongadas y Santander, antes de continuar la conquista hacia Asturias. Y por supuesto que estaban allí reunidas las mejores tropas del Ejército Nacional con toda la artillería, carros y aviación posible.

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Un Gobierno de corruptos al servicio del Nuevo Orden Mundial

El Frente Popular entendió entonces que la suerte del Norte estaba echada y con ella la de todo su Gobierno de políticos corruptos al servicio del Nuevo Orden Mundial. Y por eso intentó ayudar a sus alejadas provincias del Norte y al Gobierno de Euskadi, que se había independizado incluso de ellos, mediante una gran operación en torno a Madrid. La campaña que luego sería conocida como la Batalla de Brunete y cuyo objetivo no era otro que distraer fuerzas del Norte para retrasar o impedir esa gran ofensiva nacional. Sin embargo, la política de Franco de no ceder ni un palmo de tierra dio sus frutos una vez más. Y envió a las mejores tropas a Madrid para combatir ese ataque del Frente Popular por la zona de Brunete, Quijorna, Villanueva de la Cañada y otras poblaciones cercanas.

La División 13 Mano Negra: ¿quién ganó la batalla?

El resultado de la batalla de Brunete fue discutido, pero estratégicamente no hay duda de que fue una victoria nacional. Para este bando, sólo se perdieron algunos pueblos y por un tiempo, mientras que la campaña del Norte se pudo reanudar con toda normalidad. Fue evidentemente un nuevo fracaso del Frente Popular, que ni con todo el apoyo de todo el Nuevo Orden Mundial pudo conseguir esa victoria estratégica que necesitaban. Y hartos de que sus enemigos se apropiaron victorias que eran suyas, las fuerzas nacionales bautizaron a su mejor dirección con este lema en árabe:

 

¿Quién ganó la batalla?

Se trataba de la mejor división del Ejército Nacional, la División 13 Mano Negra, cuyo emblema era una mano de Fátima sobre fondo rojo y con ese lema en árabe.

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La batalla de Santander fue el evento decisivo de la Guerra Civil Española

Una División compuesta por las mejores tropas marroquíes, falangistas, legionarias, etc. Una división que nace precisamente en esta Batalla de Brunete y que seguirá ganando batallas para el Ejército Nacional durante mucho tiempo, hasta el final de la Guerra. Un conflicto que quedó sentenciado cuando el Ejército Popular frentepopulista quedó derrotado bajo el sol del ardiente verano en Madrid en 1937. El anticipo de la embestida decisiva del Ejército Nacional contra el Norte, llevada a cabo a continuación, siendo la Batalla de Santander su evento más decisivo, yo diría que de toda la Guerra Civil Española. De hecho, la prensa nacional celebró con increíble la victoria, inclusive con titulares como éstos:

La vida es milicia y hay que vivirla con acendrado espíritu de patriotismo y sacrificio.

Tropas regulares de santanderinos mezclados con independentistas vascos: aquello no podía funcionar

En la Batalla de Santander se observaron con toda crudeza los vicios que lastraban al Ejército Popular (con sus facciones independientes de Euzkadi y Cataluña) desde el principio de la Guerra. Problemas iniciales que en todo un año de guerra no supieron corregir y que les costaron la victoria. En concreto, la falta de unidad de mando incluso con respecto a Madrid, pues el del Norte fue un Ejército que se desenvolvió prácticamente a sus expensas, prácticamente sin el apoyo de aviación que tanto necesitaban. Y tampoco se entendieron entre ellos, cómo podrían, cuando estaban juntándose tropas regulares de santanderinos mezclados con independentistas vascos, cada uno con su partido e ideología propios. Un auténtico maremagno del que solo podían salir derrotados frente al entusiasmo y unidad del Ejército que tenían enfrente, no menos dividido entre carlistas, liberales o fascistas, entre los cuales destacaban las numerosas tropas italianas. También había muchos contingentes marroquíes, pero todos ellos sabían que había una jerarquía única y un objetivo muy claro: ganar la Guerra cuanto antes para evitar que el conflicto europeo por venir se concatenara con nuestro propio conflicto civil. Y fue un objetivo que se cumplió.

Sirva este artículo como homenaje a todos los combatientes honrados de ambos bandos y a la población civil, que sufrieron en sus carnes esta desgracia, y como un homenaje de desagravio a los que son hoy en día insultados después de haberlo dado todo por la Patria. Insultados, además, por políticos corruptos como son los del PP o el PSOE, con sus respectivas marcas blancas. Vergüenza para ellos y honor y gloria a los héroes. ¡Viva España!

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