Cantabria

Anécdotas reales y vivencias de un DJ de Cantabria

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Hoy tenemos con nosotros a DJ Cheda, un DJ de Cantabria bastante conocido que quiere compartir con nosotros varias reflexiones sobre un mundo de la noche que muchos transitamos, pero que a lo mejor no conocemos tanto como creemos. Porque hay muchos aspectos de lo que hacemos que, desde afuera de la cabina o el estudio, es muy difícil que podamos comprender.

 

El DJ del chupinazo de Santander nos cuenta los secretos y mitos de su oficio

 

Gracias por venir a nuestro medio, Cheda. Esperamos que te sientas como en tu casa.

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Muchas gracias a vosotros por el interés. Y espero que mucha gente pueda comprender mejor con mis experiencias lo que se vive al otro lado de la cabina de un DJ. En primer lugar, quiero agradecer a la nueva corporación del Ayuntamiento de Santander que confíe otro año en mí para ser el DJ del Chupinazo de Santander en 2023. También al Ayuntamiento de Astillero por lo mismo, en las últimas fiestas, y en general a todos los entes públicos y privados que nos han elegido como su personal de eventos y fiestas. La verdad es que resulta muy gratificante recibir tanto cariño y confianza de tanta gente que te trata como si fueras alguien muy especial, pero tengo que decir que en realidad somos personas y profesionales como cualquiera otros. Ni más ni menos. Y aquí quiero dejar mi granito de arena para ayudar a la sociedad a comprender la verdadera vida diaria de nuestro sector, con muchos más problemas cotidianos de lo que a veces parece, ya que viajamos muchísimo y trabajamos hasta horas intempestivas y en días en los que todo el mundo descansa.

 

 

El eterno combate entre el personal de los restaurantes y los DJ

 

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En la película de Troya vimos cómo Aquiles le decía a Héctor que no podía haber paz entre ellos dos como no podía haberla entre leones y lobos. Pues esto mismo parece pasar, y lógicamente es una broma, entre el personal de los eventos de los restaurantes y los DJ que vamos a pinchar ahí. Y es que es súper típico que aparezca el encargado o un camarero o alguien y te diga que, por favor, si puedes bajar la música, ya que hay gente que se está quejando.

 

Creo que no soy el único DJ que piensa, cuando le dicen esto, que claro que puedo bajar la música, pero que también puedo subirla. Pero es que el problema no somos nosotros, como es lógico, sino que siempre hay ahí unas cuantas personas que me han pagado x dinero para que yo tenga la música alta y la gente pueda bailar en condiciones y disfrutar. Luego no es una decisión nuestra y espero que la gente en general lo pueda entender. Nosotros estamos en los eventos para hacer un trabajo determinado y esa labor nuestra consiste en que la gente pueda bailar y pasárselo bien.

 

Gente que se acerca a la cabina de la discoteca para decirte que bajes la música

 

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Esto también es muy típico, yo diría que pasa prácticamente en todas las discotecas y eventos en los que he estado, porque siempre hay gente que piensa que yo estoy poniendo la música alta porque no me doy cuenta de que tienen que hablar entre ellos. Lógicamente, sin embargo, de nuevo nos encontramos con el mismo problema: no soy yo el que toma esa decisión, sino el encargado de organizar el evento en el que estoy pinchando.

 

A estas personas les diría que, si encuentran un 50% de firmas dentro del local para que baje la música, yo la bajo, pero es que no es un capricho ni de ellos ni mío que la música tenga un volumen. En una sala de fiestas se viene a escuchar música y por eso se llenan, porque la gente va a eso, pero siempre puedes salir afuera a tomar el aire o conversar y hacer lo que tú quieras.

 

 

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Gente que se piensa que tenemos que trabajar gratis porque esto de ser DJ es demasiado fácil y divertido

 

La verdad es que es difícil de llegar a entender esta postura, aunque comprendo que haya gente que le cueste relacionar el mundo del arte o la cultura con el tema del dinero y el trabajo, pero es un trabajo al final. Y es un trabajo que a veces no es fácil, aunque yo siempre reconozco que estoy haciendo lo que más me gusta a mí, pero eso no quita que tenga que pagar un montón de gastos como cualquier persona normal. gastos que muchas veces vienen dados por el trabajo en sí y es que tenéis que pensar que, para un DJ, al final, los desplazamientos cuestan dinero y también son horas de trabajo que no se ven. O el alojamiento que hay que procurarse fuera de casa cuando tenemos que viajar más el gasto superior de comer fuera, que siempre es más caro.

 

Y a todo eso hay que unirle los costes lógicos de cualquier persona que hace una actividad económica de cualquier tipo: impuestos por todas partes, gestoría, seguros, personal a mi cargo o gente que tengo que contratar, publicidad para que podáis conocerme y saber por dónde voy a actuar y un largo etcétera. Y la mayoría de esos costos en tiempo y dinero no los veis cuando estoy en el escenario, al igual que pasa con cualquiera de mis compañeros de profesión o con el resto del personal involucrado en los eventos.

 

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¿Tampoco tendría que cobrar el de seguridad por protegernos de cualquier cosa que puedan hacernos a todos?

 

Pues hay que recordar a la gente que todos los años acaban unos cuantos en el hospital o peor, sin contar los juicios y otras situaciones complicadas que se crean cuando la gente toma ciertas sustancias y alcohol y se juntan en las zonas de fiesta. Y los técnicos de luz y sonido, ¿qué pasa con ellos? ¿También tienen que vivir literalmente del amor al arte? Y podríamos seguir por la gente que baila de forma profesional para animar estos eventos o los fotógrafos y un montón de gente que le ponen muchas ganas y mucho cariño y en horarios que no son nada fáciles de llevar para una persona normal.

 

 

Hay que pensar que en nuestra macrodiscoteca habitual es común que una quincena de personas se movilice con dos camiones para poder hacer nuestro espectáculo. Y eso sin contar con la cantidad de profesionales diversos que nos acompañan en festivales y salas de fiestas. Por lo tanto, la cultura de la noche es un factor socioeconómico importantísimo en nuestro país y debemos cuidarlo de la única manera que se puede: mimando a estos profesionales que lo dan todo para que lo pasemos todos bien y que a veces pasan más desapercibidos que el DJ.

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Los DJs y todo el personal de los eventos y la noche pedimos respeto

 

El personal de la España de Noche somos millones de personas, al final, que reclamamos respeto y condiciones de trabajo dignas para todos los profesionales que estamos involucrados en el mayor proyecto cultural de nuestro país: la cultura club y del mundo de la música de las discotecas y pubs.

 

Todo ello para que vosotros lo paséis bien, lo que para todos los involucrados es una gran satisfacción y siempre lo comentamos al final. Que merece la pena darse la paliza para que luego os quede un buen sabor de boca y una experiencia bonita y nada fácil de olvidar. Pero al final todo se tiene que valorar de una manera y todos debemos comer de algo, quiero ir más allá y deciros que los que trabajamos en la noche y los espectáculos también necesitamos respeto. ¿A alguien se le ocurre ir a una obra y empezar a molestar a los albañiles y peones?

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Entonces, ¿por qué nos creemos con derecho al tratar mal a personas que trabajan en el mundo del entretenimiento de alguna manera? Y estamos hablando no sólo de porteros y personal de seguridad o camareros, pero también de las bailarinas, igual que pasa con un árbitro de un partido de fútbol. Simplemente por estar en un campo de fútbol o un escenario o algo así parece que tenemos menos derechos que otros trabajadores. Que estamos ahí para pasarlo bien y ya, pero obviamente no. Y tampoco merecen menos respeto los que están sirviendo las copas en la barra que el propio DJ, porque a veces acaparamos un protagonismo especial y está muy bien, pero eso no significa que no haya otros profesionales involucrados en el mismo evento y con la misma ilusión por hacerte feliz. Gente que está ahí contigo para trabajar duro para que no te falte de nada en tu momento especial.

 

Si no te gusta la música tampoco es el problema del DJ

 

Muy a menudo, es el propio organizador del evento el que marca la pauta a seguir con la música y, si no, es el público mayoritario el que va a ejercer una influencia especial para que se ponga una música u otra. Por lo tanto, aunque nosotros elegimos en buena parte el repertorio musical, en realidad lo hacemos o deberíamos hacerlo en función de la gente que vais a estar escuchando. Es decir: a la hora de pinchar no es lo mismo un grupo de mexicanos veinteañeros que otro grupo de jubilados de Teruel. Y no es lo mismo una boda en la que a lo mejor hay de todo que otro tipo de evento que es más concreto, en cuanto a gustos musicales. Por lo tanto, si tienes alguna queja sobre la música te recomendamos siempre, como DJs, que os dirijáis mejor a las personas que han organizado el evento y que son los que pueden resolver vuestras dudas y cambiar cosas según vuestro propio gusto.

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No sobreestimes el poder del DJ

 

Un fallo muy generalizado de la gente es pensar que como estamos ahí pinchando y se diría que somos los reyes del mambo, porque así lo parece, tenemos responsabilidad en un montón de cosas que en realidad no son parte de nuestro trabajo. De nuestra pequeña parcela musical y de espectáculo. Además, si lo piensas, ni siquiera podemos contestar bien a vuestras preguntas muy a menudo, ya que el volumen tan alto de la música nos impide escucharos bien, pero esperamos que esto también sea comprendido por la gente, ya que no podemos estar en misa y repicando.

 

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¿Qué diferencia a un buen DJ de otro que igual no lo es tanto?

 

Al margen de la técnica y el talento musical de cada uno, que a veces surge también de lo que nos formemos y de nuestro trabajo en el estudio, los que llevamos más tiempo sabemos que sólo podemos sobrevivir en esto y poder pinchar si nos adaptamos a los gustos musicales de la audiencia. La clave es si conectamos con el público para la mejor experiencia de música, baile y diversión.

 

Y quiero tener en esta entrevista musical un apartado especial para Jaime, un niño muy especial del que siempre me acuerdo y cuyos padres me dieron una de las mejores satisfacciones de toda mi vida. Os explico que se trata de ese niño con una discapacidad importante que vivió una de las mejores experiencias en un evento en el que yo pinchaba. Un fan mío del que estoy muy orgulloso y que se sintió completamente libre al poder bailar y disfrutar en medio de tanta gente sin que nadie le juzgara ni mirara como algo especial, en el mal sentido de su discapacidad, sino como uno más entre tanta gente que se lo estaba pasando en grande.

 

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El otro día comentaba con un colega que nosotros no somos tan especiales por nosotros mismos, puesto que los DJ somos personas como cualquiera otras, pero hacemos que ciertas personas se sientan especiales o tengan su momento especial cuando estamos haciendo nuestro trabajo. Y eso es tal vez lo que nos hace especiales. El que otras personas cuyo trabajo tiene tanto o más valor que el nuestro tengan su momento de relax total y de pasárselo bien siendo ellos mismos. Disfrutando un instante que nosotros procuramos que sea único: ésa es nuestra función. Y pienso que por eso la gente nos quiere tanto, pero de verdad que no somos otra cosa que gente común que tenemos la fortuna de trabajar en lo que nos gusta y que encima recibimos un reconocimiento de la gente que es increíble. La verdad es que es muy gratificante recibir tanto cariño y admiración por parte de gente que te lo da todo en ese momento y no importa que sean 3.000 o 300 o 30. Y cuando pincho para la radio o nuestro canal de Soundbusters de DJ Cheda, por ejemplo, no pienso en cuántos oyentes vamos a tener, porque no se puede funcionar así. Simplemente hay que ser uno mismo y tratar de que nuestro trabajo sea grato para la gente.

 

 

Una pequeña reflexión como humilde DJ profesional en Cantabria

 

Espero que os haya gustado esta pequeña reflexión como DJ de un profesional que lleva más de 30 años dedicado en cuerpo y alma a esto. Incluso desde un tiempo en el que uno no podía pagar la Seguridad Social y los impuestos como DJ, ya que ni existía ese concepto para el Estado. Otra gran victoria de nuestro sector que sólo se ha logrado a base de unirnos y exigir por fin que se nos trate como lo que somos. Un triunfo que le debemos a la creación de AEDYP, la Asociación de DJs y Productores de España, que ha surgido del hartazgo y la necesidad de un gremio de trabajadores que no hemos sido precisamente bien tratados por la Administración durante demasiado tiempo. Pero ahora es tiempo de celebrar lo mucho que hemos avanzado en estos últimos años y de reivindicar la cultura de la noche y la música electrónica y los festivales como parte de la cultura más demandada por los españoles.

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