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Susana Alcelay.- La economía dejó en el debate de anoche todo el protagonismo a la política. No se hablo de pensiones ni de medidas para luchar contra la temporalidad, ni de cómo encontrar empleo a nuestros jóvenes o a los mayores de 50 años, expulsados sin miramientos del mercado de trabajo cuando tocan ajustes. Parece que es mejor mirar para otro lado y evitar así inquietar al votante.
Pero los datos de paro vuelven a ser inquietantes, son los peores desde 2012 y siguen poniendo la cara colorada a nuestros gobernantes, y a demostrar que la desaceleración está ahí y ha llegado para quedarse.
El desempleo registrado repuntó en casi 100.000 personas en octubre, casi el doble que en el mismo mes de 2018, tradicionalmente malo porque refleja ya el fin de los contratos del verano. Y el tirón del empleo perdió fuerza, aunque se crearon 106.541 puestos de trabajo.
Buena parte del empuje de la ocupacion llega de la contratación de asalariados. El último año el régimen general ha ganado un 2,3% de cotizantes, cifra inferior al tiron cercano al 4% del empleo un año antes. Nuevo dato inquietante.
Como todos los años en estas fechas destaca el aumento de afiliados en educación. En un solo mes ha ganado 150.000 afiliados. Es habitual en esta actividad que cuando comienza el verano se despida a profesores interinos, tanto en el sector privado como en el público y que vuelvan a contratarles en septiembre y sobre todo en octubre cuando empieza el curso escolar. Todos lo gobiernos han amenazado con reforzar la Inspección para frenar estos abusos, pero se repiten año tras año sin remedio. Son los toques de identidad de nuestro mercado laboral.
Conclusión: ahí están los datos. Ignorarlos y dar todo el protagonismo a la política y un papel secundario a la economía nos llevará de nuevo a la ruina señores políticos.
