Cartas del Director

26-M: La pasividad no es una opción

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La frustración que los resultados de la jornada electoral del pasado 28 de abril provocaron en el electorado de centro-derecha, fragmentado en tres opciones políticas cuya rivalidad permitió al PSOE alcanzar una apreciable mayoría parlamentaria y conquistar el poder legislativo, no puede ser la excusa para el retraimiento y el desistimiento en los comicios que se celebran hoy. Una nueva victoria socialista, en este caso de carácter local, autonómico y europeo, representaría un cheque en blanco de carácter moral para que Pedro Sánchez llevase a cabo -ya sin cortapisas, sin el contrapeso y el toque de atención de un resultado electoral adverso- su lesiva política, territorial y económica. Anunciados o velados, sugeridos en las escaleras del Congreso o proclamados desde La Moncloa, los planes de ruptura del líder socialista son de tal calado y gravedad que exigen una movilización constante por parte de quienes no comulgan con su programa de cesiones a separatistas y radicales.

Frenar la deriva totalitaria de los denominados «ayuntamientos del cambio», impedir que los presupuestos de regiones tan prósperas y dinámicas como Madrid sean manejados por el populismo o frenar el avance de los nacionalismos en Europa son razones suficientes para acudir hoy a las urnas. No solo están juego, sin embargo, las administraciones municipales, autonómicas y continental en los comicios de hoy. También el futuro Ejecutivo de Pedro Sánchez está obligado a tomar nota del resultado de las urnas antes de poner en marcha su programa de gobierno, un proyecto que solo puede ser moderado desde fuera y en función del peso electoral que el centro-derecha logre en esta crucial consulta. La pasividad no es una opción: tampoco la división.

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