Un timo para “Todos los españoles”

La historia de España es la historia de sus mitos. Y uno de los más recurrentes es que el régimen actual es una Democracia y que tenemos una Constitución que, entre otras lindezas, garantiza la Unidad de la Patria. Esto es radicalmente falso. ¿Cómo decir una cosa y la contraria en el mismo párrafo o, lo que es lo mismo, cómo engañar a millones de españoles incautos? Si nos ceñimos a los primeros renglones de ese texto (Artículo 2), encontraremos la respuesta:

La Constitución se fundamenta en la indisoluble UNIDAD de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la AUTONOMÍA de las NACIONALIDADES y regiones que la integran.

 Parece un chiste, ¿no es cierto? No es de extrañar que los mismos que defienden esta falsa Constitución desconozcan hasta su comienzo: este escándalo se recoge en sus primeras líneas, como vemos, cuando se garantiza la Unidad de España y TAMBIÉN su disolución (a la que nos hemos acostumbrado), en el presente Sistema de las Autonomías.

Una dictadura disfrazada, eso garantiza nuestra Constitución. Y es que uno de los requisitos para que haya Democracia es la separación de Poderes y no, como ocurre en el presente régimen, una separación de funciones entre los distintos profesionales del Estado. Todos sabemos que los políticos promulgan las leyes, las aprueban ellos mismos y luego escogen a los jueces… ¡Y esto incluye a robacremas, cheposos coletudos y demás familia, fíjese usted! Por lo tanto, el Artículo 1 es también FALSO:

La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.

No es cierto: la Soberanía reside en los partidos, cuando técnicamente estamos en un Sistema de Partidos. Así que no nos quejemos de lo que tenemos: ¡en la propia Norma suprema del Estado está el origen de todo el problema! Una Constitución que fue pactada por teléfono, por un atajo de políticos y a golpe de atentado, con el fin de asegurarse una vida de sátrapas. La que se siguen pegando a nuestra costa, 40 años después de esta estafa, mientras los tontitos nos peleamos por unas cremas y unos másters. Recordemos que el máster tan famoso de esta señora versaba, precisamente, sobre Derecho Autonómico… ¡Cómo de costumbre, el verdadero problema queda siempre en segundo plano!

Un robo sistemático reconocido y garantizado por una Constitución que es falsa: emana de un pacto entre corruptos a espaldas del Pueblo Soberano, que somos los tontos de siempre, y con referéndums amañados (cuando se hacían) en los que siempre salía el SÍ: hasta para condenar a España a su actual Estado de descomposición, bien llamado Autonomías. Y viva la Constitución y viva el Rey, por supuesto… Eso que no falte. Sobre todo, en los que dicen defender la Unidad de España. Demostrado queda que están cometiendo un gravísimo error: lo pone en esa Constitución tan Española que nunca crearon ni votaron. La refrendaron, sí, en todo caso, que no es lo mismo.

El Régimen de las Autonomías, como razonaba en mi anterior artículo, dedicado a Revilluca, es INCOMPATIBLE con la Unidad y la gobernabilidad de España. Como decía San Ignacio de Loyola, no se puede estar con Dios y con el Diablo. Es preciso enderezar juntos un camino y construir, sobre una base sólida, una Nación y Estado en el que reinen las mayorías. No una oligarquía que da por supuesto que somos muy progres y muy regionalistas pero, como el caranchoa Revilla, muy españoles y mucho españoles… Ha llegado la hora de votar, pero de verdad, y atajar tantas discusiones con un referéndum no amañado o mejor un Proceso Constituyente. Como decía la verdadera Constitución de 1812, la Pepa:

La Nación Española es la unión de todos los Españoles de ambos Hemisferios (Art. 1) y es libre e independiente (Art. 2).

Y recordemos:

Está obligado todo Español a defender la Patria con las armas (Art. 9).