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Todos contra Trump

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Luis Olalde.- Estamos a año y medio de las elecciones presidenciales del 2020 y mucho de lo que se escribirá aquí debería estar en el sector de entretenimiento o curiosidades del periódico. Hay tantas cosas que pueden cambiar de un momento a otro…

Voy a iniciar escribiendo sobre el presidente Trump, que precisamente está lanzando oficialmente la campaña aquí, en el estado de la Florida y en Orlando, para ser más preciso. Como se puede ver, el estadio de Amway, con una capacidad de 20.000 espectadores, está lleno. Y muchos estuvieron 48 horas afuera haciendo cola. Más de 100.000 hicieron la petición para acudir al evento. No hay duda de que los eventos de Donald Trump siempre han sido muy concurridos y sus seguidores muy apasionados.

No hay primarias por parte del partido republicano. Hubo dos o tres republicanos desconocidos nacionalmente y #NUNCATRUMP, que estudiaron la posibilidad de desgastarlo con unas primarias, pero desistieron. Aún el más conocido, Mitt Romney, lograba sólo la intención del 21% de los encuestados y Trump el 72%. No cabe duda de que casi el 90% de los republicanos estamos muy satisfechos con los resultados de sus políticas y, sobre todo, con la forma que ha encauzado la economía, en términos generales. Y si saca la negociación con China adelante, el ‘boom’ va a ser espectacular. Pero también es importante que por lo menos se mantenga así por otro año y medio y quede grabada en las mentes de los votantes, que ven mayormente las meteduras de pata (tanto las auténticas como las inventadas) del presidente, que es a lo que se dedican los medios tradicionales, en guerra continua con Trump. Según las encuestas de Rasmussen del 31 de mayo, el 71% de los encuestados cree que la economía es fuerte o muy fuerte, y los números no mienten. Pero el 52% no está contento con el trabajo del presidente (¿?).
Por el otro lado, hay 23 candidatos demócratas. Nos reíamos en el 2016 por los 16 republicanos. La Dirección Nacional del Partido Demócrata ha creado un formato para ir separando el trigo de la paja. Y lo ha hecho a base de los porcentajes de las encuestas, la cantidad de dinero recaudada y donantes obtenidos por candidato para reducir los participantes en el debate a una cantidad más razonable.

De los candidatos, los que lideran son Joe Biden y el auto-proclamado socialista, Bernie Sanders, con un 40% y un 18%, respectivamente. Bernie Sanders ha perdido mucho apoyo ya que le ha salido mucha competencia por la izquierda. Joe Biden, ni ninguno de los candidatos, han ofrecido una agenda para gobernar como sería de esperar. Joe anda mayormente con discursos llenos de perogrulladas evitando todo tipo de controversia debido al muy diverso electorado de los demócratas. Biden ha estado en la política desde los setenta del pasado siglo y seguro que le encontrarán una enorme cantidad de contradicciones cuando llegue el momento. Y con ellas Trump hará anuncios publicitarios. Aparte, su hijo tiene pendientes dos escándalos por negocios en Ucrania y China, que también aparecerán y se enfatizarán en los temidos y detestados tuits de Trump, con su debido “timing”. Lo más curioso de estos dos candidatos es que, siendo el partido de las minorías, la diversidad y la juventud, los dos son viejos y blancos. Tanto vender diversidad y votan por estas dos antiguallas. No es fácil entender a los progresistas. Por lo que observo, la estrategia de Biden es decir que fue vicepresidente de Obama (aunque no le haya apoyado específicamente) y evitar controversias. Aunque ya le ha salido una. Elm pasado 5 de junio, defendía la ‘enmienda Hyde’, que prohíbe usar fondos federales para pagar por abortos. Como le cayó una lluvia de críticas de las feministas, al día siguiente cambió de tono totalmente.

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Los siguientes candidatos en las encuestas son Elisabeth Warren, una rubia de ojos azules que en la universidad declaró ser india nativa. Ahora, Trump la llama ‘Pocahontas’ (una princesa india). La señora Warren, que sin duda se benefició por su clasificación como minoría, tuvo el valor de hacerse una prueba del DNA, en la que tenía un 1/1024 de sangre india. Menos que la media de EEUU. Sigue en la campaña sin ponerse colorada. Sus programas sociales son sanidad “gratuita para todos”, para lo cual necesitará doblar los impuestos para su debido funcionamiento. Y el “impeachment” de Trump, sin mostrar todavía un crimen especificado contra él. Además, sería un ejercicio totalmente estéril, ya que la condena es competencia del senado, su mayoría es republicana y necesitan el 66% de sus votos. ¡Good luck!.

El ex-alcalde de la mediana ciudad South Bend, Indiana, Peter Buttigieg, fue teniente en Afganistán y se graduó de Harvard, después de haber recibido una beca de Oxford. Es brillante y elocuente, además de ser abiertamente gay. Está subiendo en las encuestas y tengo la impresión de que tendrá un buen debate. Aunque progresista, en sus declaraciones no aparenta ser un ideólogo. En cuanto a la “sanidad para todos”, que tendría unos costos incalculables, Buttigieg se apresura an matizarlo con un “para todos los que quieran”. Parece más una excusa que un razonamiento. En el tema del cambio climático, se da cuenta de que lo propuesto por Alexandria Ocasio Cortez, Green New Deal, es algo “aspiracional”, evitando así decir que es totalmente inalcanzable. Como se le considera “milenial”, es popular entre ellos, aunque éstos no sean de los que acuden a las urnas en el mismo porcentaje que otros grupos.

Como Joe Biden es demasiado propenso a errores y un orador desastroso, mi opinión es que Peter le pueda quitar muchos puntos en el sector “moderado” del partido, si lo podemos llamar así.

El candidato Cory Booker, que por cierto tiene sólo un 1% de apoyo, ha introducido un proyecto de ley para la “reparación de los daños a los esclavos”. La candidata de California, Kamala Harris, Warren, Sanders y otros ocho más apoyaron la medida. El líder republicano y mayoritario del senado, Mitch Mc Connell, ha declarado que la ley es injusta, ya que ninguno de los que vivimos somos responsables de lo que ocurrió hace 150 años. Además, también han existido discriminaciones contra diferentes grupos de inmigrantes, no sólo los afroamericanos. Dudo mucho que tenga tracción. La realidad es que se darían casos inéditos. Kamala Harris es descendiente de negros, pero también de un negrero de Jamaica.

¿Pagaría o cobraría? Y es que más que nunca, los candidatos andan proponiendo programas que pasan de la imaginación para los medios y después a la trituradora de papel. Pero reciben publicidad positiva… y negativa, claro. Se dan a conocer y cuando hace falta, cambian de color. Así y todo, Harris es capaz en comparación a otros, pero fue una fiscal severa y puede que en algunos grupos del partido, donde el “abuso policial” es algo que preocupa, pierda puntos. La parte positiva es su lugar de origen, California, que le puede proporcionar gran cantidad de delegados. También se ha especulado que sería una vicepresidente ideal para Biden (mujer y negra) a lo cual ella ha respondido que Biden podría ser su vicepresidente ideal. Buen dardo.

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El candidato Julián Castro es un congresista de Texas y acaba de declarar que las fronteras están más seguras que nunca. Y no pueden dar abasto arrestando a ilegales. Muy obvio, que con ese nombre esté a 180º de la posición de Trump y usará la demagogia entre latinos. Como apenas se registra el apoyo en las encuestas, es posible que su interés sea el de buscar el puesto de vicepresidente por su etnia, su juventud y estado de residencia. Pura especulación, pero tiene su sentido.

Bill Di Blasio es otro candidato con un currículum “interesante”. Fresco de la universidad, participó en un grupo de Nueva York que apoyaba a los Sandinistas de Nicaragua y en tiempos de Reagan y los ‘Contras’, viajó a ese país a ayudar la causa “socialista”. Poco después se casó y viajó a Cuba para la luna de miel. Comenzó en la alcaldía de Nueva York trabajando con el alcalde David Dinkins, época en la que yo prefería no tener que viajar a ella por la criminalidad, hasta que muchos años después se ganó el puesto de alcalde. Seguido de Dinkins, el nuevo alcalde Rudy Giuliani hizo una verdadera limpieza, y Bloomberg continuó con sus programas. Pero las ideas buenistas de Di Blasio, atando las manos de los policías que mantenían el orden, se ganó la enemistad de éstos y muchos en Nueva York quedaron felices de que decidiera ser candidato y saliera lejos de la ciudad. Le abuchearon en el último discurso.

Su última sugerencia ha sido la de otorgar la licencia de conducir a los ilegales, con la cual, en los estados azules (mayoría demócrata) las leyes son tan relajadas que pueden votar en las elecciones. Es un punto que se vende como anti-discriminatorio, pero no es una casualidad el que los ilegales lleguen a las urnas. Cuando dicen la palabra ‘Todos’, es que incluye a los ilegales: “Todos deberían tener un carnet de conducir porque ofrece más seguridad en el tráfico”, te dicen. Pero, para entonces, ya han cambiado las leyes para utilizar los carnés a la hora de votar sin tener que registrarse y verificar la ciudadanía.

El ex-gobernador de Colorado, John Hickenlooper y el senador Michael Bennet del mismo estado, son relativamente desconocidos. Ambos moderados que podrían hacerle la competencia a Joe Biden. Pero las encuestas de ambos apenas llegan al 1% por falta de reconocimiento. Hickenlooper se fue a California a dar un discurso. Y entre otras cosas dijo: “Para ganarle a Trump y seguir programas progresistas, debemos abandonar el socialismo, porque no sirve. Si no lo hacemos, Trump, el peor presidente de la historia, será reelegido”. Y se vio forzado a salir del recinto por los abucheos.
Hay más candidatos, pero creo que esta es una foto suficientemente adecuada del momento.

Todos hablan poco de economía, que para mí y otros muchos conforma los cimientos de la sociedad y su bienestar. Biden se limita a decir que hay millones que viven de cheque a cheque. ¡Sin duda! Y sin un Audi o Mercedes eléctrico, ni casoplón en Galapagar. Pero tampoco expone la forma en que todo el mundo pueda lograr ese casoplón, el Tesla y una cartilla de ahorros de 100.000 dólares sin tener una capacidad adecuada y mucho menos quitando demasiado al que crea puestos de trabajo.

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Las encuestas dicen que Biden va ganando por un 9% a Trump. Esto no es nada nuevo. El 16 de octubre del 2016, Hillary “ganaba” 49%-42%. En tres semanas cambió todo. Estamos a 18 meses.

Ha habido otros pronósticos dando a Trump como ganador por la economía. Hasta analistas demócratas. Vuelvo a decir que las encuestas ahora no sirven para nada. Ni para un lado, ni para el otro. Es muy, muy temprano.

Pero a modo de observación expongo unos factores. Los ‘rallies’ de Trump atraen a decenas de miles y los de Biden se cuentan en docenas. Es significativo del entusiasmo en este momento. La abstención es otro factor muy importante. Los votos de las minorías y los ‘milenials’ no han sido tan fiables hasta ahora. La división entre los demócratas moderados y radicales, aunque se mantiene de forma educada, es profunda e intensa. Los radicales le están desafiando a la líder del Congreso, Nancy Pelosi, para forzar el ‘impeachment’, cosa que tiene toda la pinta de fracasar y ser favorable para Trump. El hecho de que Trump haya iniciado su campaña en Florida, es fácil que sea debido a que han llegado muchas decenas de miles de Puerto Rico con tendencia sólida hacia los demócratas. Y si pierde Florida, será casi seguro que pierda las elecciones.

Solo los estados de Nueva York, Illinois (Chicago), California, New Jersey, Michigan y Massachusetts, por su población, ya suman la más de la mitad de los votos electorales y éstos están garantizados para los demócratas. Los otros estados con mucha población, como Florida, Pensilvania, Ohio, con la adición de Wisconsin, North Carolina y Arizona, son estados con pocas diferencias entre demócratas y republicanos, pero que Trump debe ganar la gran mayoría, si no todos. Y esta situación no es de ahora, sino de muchas elecciones anteriores. Encima, al tener Trump una personalidad tan polarizante y una prensa tan negativa, va a tener que emplearse al máximo, a no ser que los demócratas decidan darse un tiro en el pie, con un candidato/a radical o un Joe Biden mostrando su característica incompetencia con frecuentes golpes de timón. La prensa no lo divulgará, pero el respetado y competente ministro de Defensa con Bush y Obama, Robert Gates, declaró: “Biden ha estado equivocado en la mayoría de los casos sobre asuntos exteriores por los últimos 40 años”. Biden, por ejemplo, aconsejó no matar a Bin Laden.

Aspiro a que mi posición no sea la de un derrotista, ni la del que analiza con el deseo. Por la experiencia y esta situación excepcional, las dos partes pueden tener serios problemas electorales en los meses próximos.

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(La Tribuna del País Vasco)

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