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Según informa el diario Le Figaro, múltiples sacerdotes y monjas franceses son habitualmente insultados cuando recorren diversas zonas de Marsella, la segunda ciudad más importante de Francia, ataviados con sus hábitos.
“Pedófilos”, “maricones” o “zorras” son algunos de los calificativos que tienen que soportar los clérigos, proferidos por extraños con quienes se cruzan en las calles.
Estas agresiones, que ahora se están extendiendo al centro de la capital del sureste galo, ya venían siendo habituales en los barrios del norte, de mayoría musulmana.
Según el diario parisino, el obispado de Marsella reconoce “casos aislados”, aunque el propio vicario general afirma haber sido injuriado de esa manera.
(La Tribuna del País Vasco)