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¡Qué bellas tradiciones nos esperan! Un musulmán le da la primera bofetada a la novia el día de su boda para enseñarle quién manda
Published
7 años agoon
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Redacción
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AD.- La imagen escalofriante nos traslada a una boda musulmana. El hombre, de mucha más edad que la novia, le quita a ésta el velo y, una vez descubierta, le propina una bofetada acaso para establecer desde el primer día el principio de mando sobre la mujer. Los invitados, entre tanto, ríen y aplauden la “gesta”. Por supuesto, imágenes como ésta no parecen turbar el ánimo de nuestras feministas. Resulta singularmente llamativo el silencio sospechoso que mantiene la mayoría de ellas, de ordinario bastante activas en lo tocante a la salvaguardia de sus derechos adquiridos o la exigencia de otros nuevos, ante esta preocupante situación.
El movimiento feminista occidental, que se declara inequívocamente progresista, ¿no ve en la condición de la mujer bajo el imperio del Corán, motivo alguno de protesta y movilización? ¿O le parece aceptable ese estado de cosas? ¿Cuáles son las razones de esta indiferencia? ¿A qué se debe ese clamoroso silencio en tan vital cuestión? El abuso y la discriminación islámicos contra la mujer ya no es una cuestión lejana, un problema exótico, sino que ya irrumpido con su cortejo de lacras injusticias en nuestras sociedades.
Son tan pocas las voces que se hacen oír desde ese lado, tradicionalmente ruidoso por otra parte, que hemos de pensar que a estas histéricas feministas (ahora afónicas), otrora combativas, reivindicativas y vigilantes ante la defensa de sus intereses, les trae sin cuidado el peligro que significa el islam para las conquistas sociales y políticas conseguidas por y para la mujer en Occidente. O tal vez el miedo las paraliza a la hora de enfrentarse al enemigo número uno de la igualdad de los sexos, al campeón de la discriminación y el sometimiento de la mujer que es el islam. O simplemente su odio a Occidente, su desapego a la cultura europea, su rechazo de los valores de nuestra civilización, pesan más que cualquier otra consideración y prefieren dar por buena toda la degradación que aporta el islam para la condición femenina a cambio de la destrucción de lo que más aborrecen: Europa, su historia, su identidad, su cultura.
Sean cuales sean los motivos de la generalizada mansedumbre de las feministas ante la amenaza islámica, la verdad es que esta dimisión en la defensa de sus privilegios (que no son patrimonio de la humanidad, sino únicamente de Occidente) se parece mucho a un suicidio, a una muerte consentida, cuanto menos a una rendición o peor aún, a una traición, y pone al descubierto la falsedad e hipocresía del feminismo y sus seguidoras.
¿Cuántas campañas han tenido lugar en los últimos tiempos o están en curso en España/Europa contra la sumisión de la mujer en el islam, contra la imposición del hiyab o de la burka, contra los “crímenes de honor”, la pedofilia legalizada, las mutilaciones genitales…? En cambio se llevan a cabo grandes y costosas campañas contra el tabaco en los lugares públicos o el alcohol al volante, contra el consumo de “pezqueñines” o las corridas de toros, simulando con estas preocupaciones no tener asuntos más graves que tratar. Contra la violación de los derechos humanos de las mujeres bajo el islam (y no sólo de ellas), ni un gesto y ni una palabra.
El silencio es absoluto, o casi. Hay que reconocer que no solamente se trata de la deserción de las feministas en un terreno que es el propio de su lucha declamada. Es la sociedad entera, hombres, mujeres, feministas o no, que mira para otro lado y finge no enterarse de lo que pasa. En esa gran cobardía colectiva no cabe actuación verdadera contra los desafíos reales. Los grandes problemas son el calentamiento global, la obesidad mórbida, la masa corporal de las modelos, la plaga del mejillón-cebra… No negamos que estos asuntos y otros muchos constituyan otros tantos problemas que requieren atención, lo que decimos es que estas cuestiones menores son utilizadas como cortinas de humo para desviar la atención de aquello que realmente cuenta. Cuando el barco se hunde, lo que menos importa es un baño atascado o las cortinas sucias de un camarote.
Pero hay todavía peor que ese silencio culpable. Hay, de parte de muchas mujeres que se reclaman del feminismo, no ya una equivocada benevolencia, sino una auténtica fascinación hacia el islam. Así de simple, así de tonto. Al punto que muchas de las nuevas conversas a la fe de Mahoma, provienen de sectores ideológicos feministas o afines a esa tendencia. Su testimonio es único: han encontrado en el islam el verdadero respeto a la mujer, la auténtica igualdad que siempre anhelaron y por la cual han luchado, al parecer inútilmente, en el seno de la cultura occidental.
En el islam se sienten por fin realizadas, tapadas de la cabeza a los píes y sometidas a la autoridad absoluta de un hombre y en un estado legal de minoría de edad a perpetuidad. La impostura feminista no podía quedar más al descubierto que lo que está actualmente, con el silencio cómplice ante la arbitrariedad y la injusticia de la que son víctimas las mujeres en el islam (y la creciente tolerancia que encuentra incluso en el interior de nuestra sociedad la discriminación coránica contra el sexo femenino) por una parte, y por la otra, el entusiasmo con que abrazan no pocas feministas su sumisión y subordinación a una autoridad superior masculina inobjetable que les era insufrible dentro de la sociedad europea tradicional.
Esa actitud, que pone en evidencia la degradación moral y espiritual reinantes en nuestra decadente sociedad, es tanto más aberrante y miserable cuanto que se trata de una elección libremente adoptada en un medio donde no existe la presión ambiente insoslayable de una sociedad islámica. En los países musulmanes, las mujeres no tienen elección, deben someterse porque de no hacerlo su seguridad, su integridad y su misma vida corren peligro y porque además toda su cultura y su educación las han preparado para eso. En Europa, pudiendo elegir libremente, sin coacciones ni el peligro de represalias, entre la libertad y la igualdad o la sumisión y la inferioridad, algunas optan contra toda lógica y razón por lo último y dando la espalda a su cultura y los valores de su civilización. Al abrazar el islam, las feminisas (y otras que no lo son para nada) se suben a un caballo que no es el suyo y que además es una “mala bestia” que les hará una mala jugada. “¡Queremos cadenas, que nos pongan el yugo!”: este parece ser el lema actual, el grito de combate de las nuevas feministas del tercer milenio. Pueden estar seguras que esas cadenas las tendrán y muy pesadas, que ese yugo se lo pondrán y será doloroso. Pero sarna con gusto no pica, dice el refrán. En ese caso que disfruten entonces con las ronchas que les van a salir desde el alfa hasta el omega.
Debemos señalar que no son únicamente muchas feministas las que se entregan a una ideología enemiga, no sólo de Occidente sino de la propia condición femenina, y sucumben a la fascinación que el islam ejerce en esas mentes débiles y desnortadas. Mujeres no feministas y hombres también caen por esa pendiente. Si resaltamos el caso de las feministas es por el absurdo y la contradicción mayúsculas que supone convertirse al islam con semejantes antecedentes y ante tales perspectivas.
A esas mujeres que deciden entregarse a una cosmovisión enemiga del género humano y más particularmente del sexo femenino, y a aquellos hombres que les ríen la gracia a estas estúpidas, les convendría saber, como botón de muestra de la consideración islámica hacia la mujer, que el Corán equipara la mujer a los excrementos. A la materia digerida, a las heces, al entrañable abono intestinal.
Felicidades, pues, a todas las mujeres que pudiendo elegir la dignidad y la libertad eligen en cambio la inferioridad, eligen la esclavitud, eligen imágenes como las de arriba, eligen ser… mierda. Porque ellas lo valen.
Entretenimiento
Top Crypto Gambling Platforms 2025: Why Toshi.bet Beats Rollbit, Rainbet, Duelbit & Shuffle
Published
2 meses agoon
24/09/2025By
Redacción
Visitas: 929
Introduction
The crypto gambling industry in 2025 is more dynamic than ever, blending innovation, transparency, and high-value rewards. Players are no longer looking for just flashy user interfaces — they want provably fair gameplay, scalable incentives, and secure, fast transactions.
Among the leading platforms, Toshi.bet — as seen on CoinMarketCap — is setting the benchmark. From industry-leading rakeback programs and staking rewards to exclusive custom-built games and massive prize pools, Toshi.bet offers a comprehensive experience that others struggle to match.
In this article, we’ll compare Toshi.bet with Rollbit, Rainbet, Duelbit, and Shuffle across rewards, gameplay, trust, and usability to show why it’s the go-to platform for serious crypto gamblers.
Platform Comparison at a Glance
| Feature | Toshi.bet | Rollbit | Rainbet | Duelbit | Shuffle |
| Rewards & Rakeback | High rakeback, staking rewards, lotteries, airdrops | Up to 70% rakeback, NFT perks | Limited rewards, no staking | NFT drops, occasional promos | Community bonuses, moderate rewards |
| Gameplay & Innovation | Custom-built games, interactive mechanics | Trading + gambling hybrid | Esports-focused | Sportsbook + NFTs | Social-driven but traditional games |
| Prize Pools & Lotteries | Tiered jackpots, massive prize pools, frequent lotteries | Limited jackpots, NFT giveaways | Occasional promotions | Small tournaments | Token-based perks, no large lotteries |
| Security & Accessibility | Provably fair, instant withdrawals, no-KYC (where legal) | Secure but KYC-heavy for trading | Fast but less transparent | Transparent but limited games | Provably fair, no-KYC, limited coins |
| Crypto Support | Wide support (BTC, ETH, USDT, and more) | BTC, ETH, RLB token | BTC, ETH | BTC, ETH | SHFL token + limited crypto |
- Rewards & Incentive Structures
- Toshi.bet: Offers high rakeback, staking bonuses, massive lotteries, and ongoing airdrops, making it the most rewarding ecosystem for both casual and high-roller players.
- Rollbit: Combines gambling with trading and NFTs, offering up to 70% rakeback, but lacks the structured, long-term reward system that Toshi.bet maintains.
- Rainbet: Focused on esports but limited to one-off promotions with no staking or lottery rewards.
- Duelbit: Known for NFT tie-ins but lacks consistent rakeback or structured incentives.
- Shuffle: Popular for its social engagement but missing sustainable incentive models.
Verdict: Toshi.bet delivers unmatched, layered rewards that foster long-term player loyalty.
- Gameplay Innovation & User Experience
- Toshi.bet: Features custom-built games like Plinko, Dice, and exclusive interactive slots designed for engagement and retention.
- Rollbit: Unique ecosystem combining gambling and trading, but gameplay can feel overwhelming.
- Rainbet: Strong in esports betting but offers limited casino game innovation.
- Duelbit: Relies mostly on external game providers with less proprietary innovation.
- Shuffle: Strong community features but traditional game mechanics.
Verdict: Toshi.bet leads the way with original, high-engagement games.
- Prize Pools, Lotteries & Airdrops
- Toshi.bet: Massive, tiered prize pools, frequent lotteries, and consistent airdrops create a gamified, rewarding ecosystem.
- Rollbit: Occasional jackpots and NFT giveaways but not consistent.
- Rainbet & Duelbit: Run promotions but lack structured reward programs.
- Shuffle: Offers token perks but no large-scale prize pools or frequent lotteries.
Verdict: Toshi.bet dominates in scalable, ongoing reward campaigns.
- Security, Transparency & Accessibility
- Toshi.bet: Built on provably fair systems, offers instant crypto withdrawals, supports no-KYC where legal, and wide crypto options like BTC, ETH, and USDT.
- Rollbit: Also secure and provably fair but adds KYC friction due to its trading integration.
- Rainbet: Prioritizes speed but with less transparency and strict KYC policies.
- Duelbit: Transparent but has limited trust-building mechanisms.
- Shuffle: Privacy-friendly but supports fewer cryptocurrencies.
Verdict: Toshi.bet balances fairness, security, and accessibility better than any competitor.
- Summary & Final Thoughts
When comparing these platforms, Toshi.bet consistently outperforms competitors across key categories:
- Most Robust Rewards: High rakeback, staking, lotteries, and airdrops
- Exclusive Gameplay: Custom-built games for maximum engagement
- Scalable Excitement: Tiered jackpots and massive prize pools
- Trust & Security: Instant payouts, provably fair systems, and wide crypto support
For players seeking innovation, rewards, and trust, Toshi.bet isn’t just an option — it’s the benchmark for crypto gambling in 2025.
Ready to experience the future of crypto gambling?
Visit Toshi.bet today — unlock massive rewards, play custom games, and join a trusted platform leading the crypto gaming revolution.

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