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Opinión

Ley de amnistía: más porquería al fango presidencial. Por Jesús Salamanca Alonso

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«El plazo de dos meses se detendrá si es elevada cuestión alguna a la Justicia europea. Ahora, el BOE abre el plazo de presentación de recursos de inconstitucionalidad»

Ya tenemos en vigor la Ley de Amnistía. No se han atrevido a publicarla en el periodo comprendido entre su aprobación y la fecha de las elecciones europeas. Siempre pasa lo mismo; no hay puntada sin hilo del PSOE: desde que desapareció Felipe González de la escena política, las campañas electorales y las propias elecciones no han dejado de ser enrevesadas. Aquella limpieza de partido, institucional y personal de la transición ha pasado a la historia. Nunca mejor dicho.

En los años del “Sanchismo” cada momento electoral tiene su guindilla y su culebrilla. Las elecciones madrileñas llevaron aparejadas balas ensobradas y cuchillos ensangrentados. Bien es verdad que las primeras procedías del ámbito de la izquierda en un intento de ganar preeminencia y culpar al lucero del alba, pero les salió rana. Se investigó y… ¡nunca más se supo! Confieso que, desde mi punto de vista, el sobreseimiento sucedió porque se las habían mandado a sí mismos y con ello había que culpar a la ultraderecha. Hay suficientes indicios para pensar que fue la propia ultraizquierda y la siniestra socialista donde se instaló la sospecha. Ahora el peligro está en el Ministerio de Transportes donde ejerce de trilero, insultador y ‘clown’ el tal “Torrente” Puente.

Aprovechando las elecciones europeas con su correspondiente campaña se ha intentado por todos los medios desviar la atención sobre la “mandarina” del presidente, la misma que puso a su nombre el “software” destinado a la Universidad Complutense, que nunca se debió entregar a ella; la noche de lloriqueos de Sánchez en Rabat tras enterarse de la situación en que Mohamed VI quería poner a su compañera; el apoyo incondicional de Sánchez a Hamás, por simple y pura ignorancia; el aventamiento del lema de la banda terrorista antisemita con eso de ”Desde el río hasta el mar,” utilizado por la torpe e incendiaria vicepresidenta para hacer daño, solo para hacer daño.

¡Pobre ignorancia la de esta señora, capaz de traicionar y dejar tirados a tirios y troyanos! Alguien debería de haberle explicado que esa frase es el grito de guerra para todos los grupos terroristas y sus simpatizantes, desde el Frente Popular para la Liberación de Palestina hasta Hamás, que reclama la destrucción del Israel; dicho anhelo lo pidió en su carta de gobierno del año 1988.

La dimitida vicepresidenta y traidora a SUMAR, cuyo entierro ya se organiza, incluso desde Israel, debía desconocer el significado geográfico de la frase; no era el río de su pueblo, y mucho menos se refería al mar más próximo a su lugar de nacimiento. Sus asesores, incluso, demostraron ignorancia al no explicar a Yolanda “cohete” que el área geográfica abarcaba desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo, zona que abarca Israel, Cisjordania y toda la franja de Gaza. Con tal despropósito de la vicepresidenta, cargada de ignorancia supina, no es de extrañar que el ministro israelí se haya mofado y haya troleado a la ministra “Tucán” con la frase: “Del río hasta el mar, Yolanda Díaz se tiene que marchar”. Está claro que donde las dan las toman y la jornada electoral le ha dado una bofetada en su resentida y ajada jeta.

Hoy parece que el día era propicio para publicar en el BOE la amnistía, coincidiendo con el caso recientemente levantado de la malversación de dinero público del hermano del mentiroso y trapacero presidente. Siempre se desvían los comentarios de interés para que la población disperse su visión. Europa está al cabo de la calle con la corrupción familiar del presidente; déjense ya de presunciones porque cada día está más claro y hay más pruebas. Veremos por donde sale la Complutense, donde ya han saltado chispas que incendian la institución. No tiene sentido que una señora sin formación, plenamente indocumentada, tramposa y ambiciosa arruine la buena prensa y buen hacer de una institución. Pero lo ha hecho, y lo ha hecho en provecho propio.

La mediocre y anticonstitucional Ley de Amnistía, resulta que se llama Ley Orgánica de Amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña. Ahora tienen dos meses jueces y tribunales para aplicarla. Sánchez ha sentido miedo con los últimos pasos de Puigdemont, la ilegalidad de la constitución del Parlamento catalán y la investigación sobre su “mandarina”, sobre su hermano y sobre la propias Complutense y su decano desde el Gobierno de Madrid. ¿Alguien tiene duda de que la legislatura está emponzoñada, corrompida y enfangada? Pues ya lo ven, así es la gran capacidad del socialismo a la española para enmierdar cuanto toca.

La ley goza de una mayoría absoluta llegada a tropezones, con mentiras y cambios de opinión interesada para mantener el Falcon a nivel personal, las orgías en el mismo, merendolas mil (se demostró en el Senado) y el uso y abuso de recursos del Estado. La aprobación es fruto muy podrido de las negociaciones entre el mundo golpistas proindependentista y el Ejecutivo falsificador y sin ética ni criterio firme.

La amnistía solo tenía un objetivo: investir a Sánchez a cambio de ponerse mirando a Cuenca y extender el perdón a cuantos traicionaron a España, protagonizaron el golpe de Estado y abanderaron las movilizaciones proterroristas y falsamente soberanistas del 1 de noviembre de 2011 hasta el 13 del mismo mes de 2023.

Bien claro se lo dijeron a Sánchez en su visita a un hospital de Asturias: “¡Por siete votos tienes el culo roto!”. Créanme, imposible mejor tino y explicación. No habrá condenados por la consulta de 2014, ni por el referéndum de 2017, se archivarán investigaciones en curso, pisotearán cuanto ha expresado el Tribunal Supremo, etc. Se van a ir de rositas más de 380 personas muchas de ellas terroristas en toda regla.

Junts, ERC y CUP han ganado la batalla a España, se han mofado del Gobierno; han hecho la peineta a Felipe VI, quien ha arrodillado a la monarquía y tirado piedras a su tejado; los CDR no pagarán por el terrorismo callejero, ni por el armamento recogido en sus sedes.

Y el ‘Tsunami Democrático’ será considerado como una pequeña ola en un día veraniego con el mar en calma.

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Internacional

La destrucción de la identidad masculina/femenina y… la homosexualidad

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Conflitti&Strategie

Por Gennaro Scala.

 

Son muchas las formas en que el ser humano representa las contradicciones que atraviesan su existencia, una de las principales y más antiguas se ha construido en torno a las diferencias biológicas, ligadas a la reproducción del género, a partir de las cuales se han creado diferencias culturales y morales, centradas en el principio de complementariedad. Debo aclarar de entrada que no me interesan, ni negativa ni positivamente, las preferencias sexuales individuales, que pertenecen a la esfera inviolable de la libertad individual. No niego que una sexualidad «desviada» pueda enriquecer la experiencia humana, pero para que sea «desviada» debe haber identidades masculinas y femeninas, mientras que aquí lo que está en juego es la destrucción total de la identidad, incluso de la homosexual.

Hay una base natural en las diferencias entre hombres y mujeres, y consiste en las conocidas diferencias anatómicas, que originalmente sirvieron para la reproducción. Posteriormente, dado que el ser humano no es sólo un ser biológico, sino también cultural, se han desarrollado diversas superestructuras culturales en torno a la sexualidad, y las «desviaciones» de esta norma, precisamente porque el hombre no es un ser puramente natural, siempre han estado extendidas en todas las sociedades, una excepción tan extendida que a su vez se convierte en la norma. En la Grecia clásica, la homosexualidad era la norma, y ​​se debía al carácter fuertemente masculino de la sociedad griega, con exclusión y degradación de la mujer, de modo que Eros, que involucraba tanto facultades físicas como espirituales, sólo podía surgir entre los hombres.

No veo por qué la cultura gay debería estar exenta de críticas, lo cual sería la forma habitual de discriminación inversa. Lo poco que tiene que ver el «orgullo gay» con la defensa de los derechos de una minoría es evidente en la inversión que se ha producido: ahora es la sexualidad heterosexual la que se burla, y esta burla es la que se escenifica principalmente en los «desfiles» del «orgullo gay»: «Yo antes era heterosexual, pero ahora estoy curado», resumía un cartel. No veo por qué, si no aceptamos el desprecio de los homosexuales, deberíamos aceptar igualmente el desprecio de los heterosexuales.

Hay una diferencia precisa entre ser homosexual y ser maricón, no por casualidad un epíteto frecuentemente usado por los propios homosexuales, y es la diferencia entre quienes viven una sexualidad distinta a la masculina y femenina y entre quienes quieren destruir, diluir y bastardear estas diferencias. Ser gay sin ser “queer” significa vivir tu sexualidad “diferente” sin resentimiento hacia los hombres y mujeres heterosexuales.

La identidad complementaria entre hombre y mujer se ha construido principalmente en torno a los principios de conflicto y relacionalidad: ambos son parte de la existencia humana (tanto masculina como femenina) que está atravesada por esta contradicción, pero mientras el hombre ha desarrollado la vertiente del conflicto, la mujer ha desarrollado la de la relacionalidad (esto no quiere decir que en el hombre la relacionalidad esté ausente y en la mujer el conflicto).

Obviamente no hubo nadie que planeara el «orgullo gay» en la mesa: surgen espontáneamente de la desintegración social de las sociedades ultracapitalistas, de las que tienen todas las características, vulgaridad, vida reducida a espectáculo, narcisismo, ilusión de la libertad ilimitada del individuo ilusoriamente desvinculado de la comunidad, pero como producto espontáneo es alentado y promovido por la administración norteamericana. El «orgullo gay» tiene poco que ver con los derechos de los homosexuales, es una albóndiga envenenada de un imperio en ruinas.

Los eventos del «orgullo gay» promueven la afeminación, que es una degeneración del principio femenino de relacionalidad separado de su conflictualidad complementaria, y como tales son muy bienvenidos por la administración estadounidense ya que facilitan la pasividad y la subordinación, pero también promueven el narcisismo, es decir, la incapacidad de relacionarse.

Éste es el sujeto ideal, ni hombre ni mujer, ni siquiera homosexual, incapaz de luchar por su propia dignidad e incapaz de relacionarse con otros seres humanos, con su atención constantemente fijada en sus propios genitales y orificios diversos.

http://www.conflittiestrategie.it/la-distruzione-dellidentita-maschilefemminile-e-omosessuale-gennaro-scala

Traducción: Carlos X. Blanco

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