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Opinión

Las feministas son un cáncer para las familias

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La Ley de Violencia de Género ha permitido la interposición cada año de cientos de denuncias falsas por parte de mujeres españolas y residentes en nuestro país. Son muy lamentables los perversos efectos que la citada ley ha tenido en el incremento de los suicidios de varones (ocultados por los poderes públicos) y en la quiebra del principio constitucional que establece la igualdad legal entre hombres y mujeres.

Es necesario poner en entredicho un sistema a través del cual se aprueban normas que distinguen el alcance penal de un mismo delito en base al sexo al que pertenezca el delincuente. No necesito ser jurista para comprender lo que un espíritu normal jamás entendería. Un supuesto maltratador es siempre visible, mientras que algunos juristas tratan de convencernos de que si el maltratador es una mujer, la parte maltratada sólo es un accidente, una entidad abstracta que no merece la pena humanizarla a los ojos de la opinión pública. Cierto que existen algunos casos de maltrato que sufren las mujeres por parte de sus parejas, y que yo condeno con toda firmeza, aunque infinitamente menores a lo que cuentan las estadísticas oficiales, pero le aseguro que el otro también existe, además de forma creciente, y parece que lo aconsejable no sea otra cosa que aminorar sus efectos, ridiculizarlos o incluso negar que existan. Desde el mismo día de la promulgación de la Ley Orgánica Integral contra la Violencia de Género (LOIVG) hemos podido constatar que en realidad no se trataba de una ley para la defensa de la mujer maltratada, pues de ser así se hubiera redactado en términos muy diferentes y se hubiera tratado de mantener el fundamental principio de que todos somos iguales ante la ley penal”.

Ninguno de nosotros ignora el mal trato institucional que sufren los hombres separados cuando se enteran, por ejemplo, de que sus derechos son menores que los que tenía un paria en la antigua India. Conozco casos de hombres separados que, tras el farragoso trámite de la repartición de bienes, se quedaron con lo puesto y sin ninguna instancia a la que acudir. Entre las crueldades de este sistema, ninguna como su ensañamiento con los hombres, la criminalización del hombre ante cualquier denuncia por malos tratos presentado por cualquier esposa desequilibrada, cruel y resentida. Ni siquiera tienen el derecho a la misma presunción de inocencia que tiene el peor de los criminales. En los casos de presunto maltrato, el sistema no necesita de más base indiciaria que el formalismo de una denuncia para que la honra del denunciado pase por su trituradora.

Cada vez que en España se tramita una denuncia falsa de malos tratos, el Gobierno recibe más de tres mil euros de subvención de la UE. No importa si la denuncia termina en la papelera a los cinco minutos, aunque el protocolo policial establece la detención y posterior calvario judicial de un inocente. Pero genera mucho dinero, que las hembristas se reparten como buitres atacando la carroña. Las denuncias falsas por malos tratos las promociona el Estado porque se trata sin duda de un negocio rentable.

Hay centenares de informes de prestigiosos expertos que prueban cómo la mayoría de las denuncias por maltrato son literalmente falsas. Yo también lo creo. Y no sólo yo: El año 2010 se cerró con un 40% de denuncias de mujeres extranjeras. Y los jueces ya anunciaron que al menos la mitad de las denuncias que se presentaron fueron falsas. Hay que recordar que durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, se ampliaron los marcos de aplicación de la ley de Violencia de Género por el procedimiento de otorgar más beneficios aún, en este caso a las mujeres inmigrantes sin papeles: automáticamente, solo por denunciar, tenían papeles, casa, pensión, cursos de formación y todo lo necesario para integrarse como una ciudadana española ya asentada.

El argumento que se dio entonces para tal medida es que así las mujeres extranjeras ilegales en España podrían denunciar sin el miedo que tenían de poder ser deportadas, argumento falaz totalmente falso ya que cualquier extranjero, con o sin papeles, puede denunciar un delito en España y por el mero hecho de estar su denuncia subjúdice ya no se deporta pues es parte en juicio. Así pues, lo que realmente había detrás era fomentar la industria y el negocio de género dando datos del crecimiento de denuncias que se hacían única y exclusivamente a cambio de beneficios sociales. Las subvenciones se están dando en función del número de denuncias, no de objetivos alcanzados, cuando se justificaba la discriminación positiva para la mujer, discriminación negativa para el hombre, por una cifra de muertas en manos de sus parejas que se mantiene por inutilidad de la Ley, creciendo, en cambio, el número de hombres muertos en manos de sus parejas.

Rubalcaba anunció que el Consejo de Ministros iba a aprobar un decreto por el que los hombres denunciados, no condenados, por violencia de género se les retirarían la patria potestad. A un ladrón de bancos no se le retira, se puede ser ladrón y buen padre, pero resulta que una vez más ni hace falta ser condenado, solo denunciado por una mujer, para que a un padre se le quiten sus hijos, su casa, aunque siga pagando la hipoteca, y se le obligue a pagar una pensión alimenticia, cuando no, además, una compensatoria. Así se están suicidando entre 600 y 800 hombres cada año, cálculo que se hace extrapolando estadísticas porque el Estado de la Igualdad dejó de publicar estos datos a los dos años de aprobar la ley de Violencia de Genero, cuando observó que las falsas acusaciones estaban disparando la cifra de suicidios.Cinco activistas de Femen La falacia más grande de todo ello es justificar que estas medidas se toman por el bien de los menores. A una mujer denunciada por malos tratos no se le priva de la guardia y custodia, pero a un hombre sí; a un violador, a mi modo de ver la actitud más ruin del machismo “como situación de dominio y de poder contra la mujer”, como cita la ley de Violencia de género, tampoco se le priva de sus hijos. Es más, como el caso de Marcos, de San Adriá del Besos, Barcelona: su mujer le clavó 5 puñaladas, estuvo procesada por intento de homicidio, le quitaron la guardia y custodia mientras estaba detenida, pero ya está en la calle y los servicios psicosociales (SATAF) consideraron que la madre debía tener la guardia y custodia porque el padre “hablaba mal de ella” y se la han dado. Para el interés del menor no existen ni las maltratadoras, ni las asesinas, ni los violadores… solo existe que una mujer, que por definición es, ha de ser, siempre será y se ha de decir así, “pura, santa y buena madre” y que denuncie en falso a su pareja.

Poca defensa tiene el español del siglo XXI, cuya vida puede ser literalmente destrozada por una mujer fría, cruel y calculadora. Es el sistema, en cuyo nombre el Estado niega protección a los maridos y en cambio se prodiga en atenciones y cuidados a psicópatas sexuales, sin papeles, asesinos reincidentes y toda esa gama de delincientes que crecen como hongos al abrigo de nuestras ineficientes normas. No se puede uno imaginar peor instinto ciudadano que el de estos ignaros y resentidos legisladores al servicio de las feministas radicales. Lo anterior se resume en tres principios políticos y legales: Desprecio a los hombres en cualquier contencioso con sus parejas, desprecio a la presunción de inocencia y desprecio al espíritu de esa Constitución de 1978 que nos habla de igualdad de todos y todas ante la misma ley.

Hemos construído una aparente democracia en la que la libertad de expresión se garantiza, sí, pero a cambio de que defiendas lo que políticamente ha sido establecido como dogma laico de fe no sujeto a discusiones ni interpretaciones. Esto tiene todas las trazas de una sociedad orwelliana que mi expartido, lamentablemente, no fue capaz de combatir, por sus incurables complejos ideológicos.

*Presidente de NOSOTROS-Partido para la Regeneración Social

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Opinión

Miente Albares, mal despertar catalán y desprecio al euskera. Por Jesús Salamanca Alonso

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«Albares insistió en la necesidad de que fuera el catalán la primera con la que experimentar, quedando desplazados el euskera y el gallego. Albares mintió y hoy siguen vetadas las tres»

La mentira forma parte del ADN del presidente del Gobierno español. Paulatinamente se ha ido extendiendo por todos los miembros de su gabinete, que mienten ya tanto como hablan. Ejemplo de ello han sido la propia ‘portacoz’ (Isabel Rodríguez), el falseador ministro Grande Marlasca, el ridículo Félix Bolaños, alias «Okupa del Dos de Mayo» y ahora, ayer para ser más exacto, el ministro de exteriores, José Manuel Albares. Muy diplomático, pero muy torpe y dañino en la exposición. Este último individuo ha falseado los datos sobre la notificación a la Comisión Europea para que el catalán sea considerado como idioma reconocido en las instituciones de la UE; se centró en el catalán, no sin antes hacer la peineta al gallego y al euskera: estos dos últimos no suman para mantenerse en el poder, además de ser excesivamente minoritarios.

Y es que, cuando expuso que sería la lengua catalana la primera con la que experimentaría el Parlamento Europeo, olvidó y mintió con datos. Los miembros de la Comisión pretendían que fuera el euskera la lengua que en primer lugar se utilizara para la experimentación, estudio e informe. Y, de hecho, era lo que apoyaban casi todos los miembros presentes, pero el ministro Albares insistió en la necesidad de que fuera el catalán la primera con la que se experimentara; de ahí que quedaran aplazadas y desplazadas el euskera y el gallego para dar prioridad al idioma de los condados catalanes, que no reinos ni países. Es más, las tres lenguas iban a ser rechazadas y vetadas por al menos 17 miembros, pero todo quedó aplazado. Hoy hemos sabido que seguirán vetadas las tres.  

Albares debería dar explicaciones más concretas, sin tapujos ni mentiras. Tenía el encargo del presidente Sánchez de que el catalán fuera admitido y, si no, ninguna. En la Comisión se inclinaban por el euskera ya que apenas lo dominan los propios vascos y no llegan a 400.000 quienes lo dominan a la perfección, otra cuestión es que lo chapurreen. De los 760.000 nativos apenas lo hablan 395.000 personas con competencia plena. Según una encuesta sociolingüística, «el 25,7% de la población habla euskera en una u otra medida (el 10,3% más habitualmente que en castellano/francés, el 6,2% en una proporción similar y el 9,2% lo utiliza, aunque con menor frecuencia que el francés o el castellano».

Quienes se consideran «euskaldunes», hablan el euskera el 43%, según datos de 2021, mientras que en 2011 apenas llegaba al 34%. En ello ha influido mucho el sistema educativo vasco, aunque olvida otras cuestiones de base que, no tardando, le van a crear los mismos problemas que ahora crea el catalán; no olvidemos que, al finalizar los estudios universitarios en Cataluña, son cientos de estudiantes catalanes los que acuden a vivir un año a Madrid para perfeccionar el castellano, sobre todo si son potenciales opositores a la Función Pública. Apenas un 13% de familias vascas reconocen que en casa se habla euskera.

«El sistema educativo catalán nos corta de raíz las aspiraciones futuras porque es muy restrictivo y simplificado. Solo se centra en Cataluña, como si fuera el ombligo del mundo, pero miles de estudiantes catalanes, incluso universitarios, se las ven y se las desean para situar Cáceres, Zamora u Orense en un mapa mudo», decía un alumno catalán, licenciado en Derecho, además de titulado en Ingeniería de Telecomunicaciones.

Razón tenían los miembros de la Comisión Europea, pues el euskera era mejor idioma para la práctica inicial que el catalán. Este último lo entiende el 94,2% y lo habla el 81%. Dos millones de personas tienen el catalán como lengua madre. El porcentaje de quienes tienen el castellano como lengua madre ha bajado (era el 55,4% hace unos años) y ahora es el 53,7%. Podríamos aportar infinidad de datos, sobre todo la presión de ciertos sectores que se niegan a hablar en castellano porque lo consideran «una pérdida de tiempo». A nadie sorprende que en el manifiesto Koiné, que intelectuales y lingüistas presentaron en 2016 alertando de los riesgos del bilingüismo «y con la petición tácita de que el catalán fuese la única lengua oficial». Con ello alertaban de cómo el castellano estaba comiendo terreno al catalán y el riesgo clave podía ser la desaparición de ese frente a la lengua de Cervantes.

Se mire por donde se mire, el catalanismo visceral no ha perdido sus complejos de inferioridad respecto al castellano: se sienten invadidos, aculturados y defraudados. No por casualidad hablaban de aquel «España nos engaña», cuando es Cataluña quien ha engañado a España desde tiempo inmemorial. Hoy son más de 87.000M de euros la deuda que Cataluña tiene con España por las subvenciones del FLA. Y si hablamos de la deuda histórica catalana con España, entonces nos vamos a algo más de TRES BILLONES de euros.

¿Alguien se cree que ese no es el motivo de que el independentismo repita lo de la condenación de su deuda? Pues lo es, saben de su desastre de gestión y del alto grado de corrupción en Cataluña,  como saben que Madrid ya ha superado hace tiempo a Cataluña en porcentaje de pymes, a la vez que cuenta la que fuera alcaldía de Carlos III con un futuro más despejado, brillante, acogedor y atractivo para la población de España y cualquier multinacional. Y además en Madrid se pagan 16 impuestos menos que en Cataluña.

Hoy, desde el punto de vista económico, Cataluña está casi hundida y fundida. Lograda su independencia, su actual tasa de paro (8,4%) pasaría a ser del 36%, según Datosmacro.com Si miramos los datos: el paro de menores de 24 años ya sobrepasa el 19,8% y el de menores de 20 años está en 2023 en el 30,4%, llegando al 34,3% entre las mujeres. Vamos, que Cataluña está que lo tira. El abandono de sus políticos, más preocupados de su enriquecimiento particular que de lo general, ha llevado a una situación caótica; de ahí lo de pedir dinero al Estado, siempre en perjuicio del resto de Comunidades Autónomas y a su costa.  ¿Y España nos roba? La certeza es la contraria: Cataluña nos roba a todo el Estado y lo lleva haciendo décadas. Lo hace de forma permanente e insaciable. Los independentistas se pueden marchar, pero Cataluña se queda.

¿Entienden ahora el cabreo generalizado de los políticos vascos? ¿Entienden que Íñigo Urkullu esté harto de que el euskera sea relegado y ninguneado por el Gobierno de Sánchez? Precisamente Urkullu ha anunciado que los votos del PNV no los tiene asegurados Sánchez, por mucho que lo piense. Hasta Andoni Ortuzar ha cambiado el rabo, aunque Esteban empiece a sembrar dudas tras la intervención de Feijóo poniendo negro sobre blanco el hecho de que EH Bildu los come terreno día a día y en las próximas elecciones los «recogenueces» del PNV pueden quedar en el País Vasco como segundones. A esas banderillas negras, ni Esteban ni el PNV han sabido reaccionar. Sánchez los necesita, pero los desprecia. ¿Acabarán esos votos en la cesta de Feijóo cuando vean pelar las barbas del vecino? La última encuesta para el País Vasco no da ninguna alcaldía de las tres grandes ciudades al PNV, ninguna diputación, pierde 16 grandes poblaciones y una riada de votos y de expectativas. La fuerte ascensión de EH Bildu deja noqueado al PNV y a Otegi como Lehendakari. Las lágrimas inundarán su torpeza, indecencia y corrupción de lustros.

Lo que parece que ha quedado claro es que Felipe VI no encargará presuntamente la investidura a Pedro Sánchez. Sería torpeza por su parte y alta traición contra el Estado. Las provocaciones a las que le sometió Sánchez en Zarzuela y los desprecios que ha recibido a lo largo de esta legislatura le han llevado a tomar una decisión que él va a saber responder con entereza, equilibrio, responsabilidad y diligencia, como así ha declarado. Si lo hace así, el pueblo se lo premiará, y si decide presentar al mentiroso y felón a investidura, la ciudanía se lo reprochará, además de quedar como el pusilánime del siglo y el tonto útil para el sanchismo proterrorista.

Ya saltan las ranas dentro de SUMAR PLUS y las prostitutas de Tito Berni se vienen arriba y se echan al monte. En el Congreso solo quedan dos «diputeros» del Ramsés: uno como diputado raso y otro dedicado a insultar a los periodistas valientes, pero pronto formarán batallón. Aún son simples reclutas. La noche madrileña también sirve para eso.

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Ha desaparecido el PSOE. Por Jesús Salamanca Alonso

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«Otro de los peligros del Calígula de Moncloa es que ha cortado todo tipo de debate en el PSOE. Nadie se mueve en la foto y se da culto al dios corrompido».

 

La vieja guardia del PSOE está que muerde y alguno de sus miembros no ha dudado en criticar con suficientes argumentos la intervención del diputado de Valladolid y exalcalde pucelano para suerte de la ciudadanía.  En las redes no faltan gruesos adjetivos, pero casi siempre destaca el de «macarra», «acomplejado», «resentido». «soberbio», «insultador», «patoso» y «despreciable». Todos ellos le retratan fielmente y son el espejo en el que se ha mirado estos años pasados en Valladolid; una ciudad que ha quedado como ha quedado: gris, desordenada y con un nivel de movilidad desastroso. La verdad es que nunca tan pocos hicieron tanto daño.

Tal vez el más duro de esa vieja guardia ha sido el expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina. Y no le van a la zaga Alfonso Guerra, Corcuera, Felipe González, García-Paje o la expulsada recientemente de la vicepresidencia del Gobierno «Frankenstein I». Pero hay más, muchos más. La conversación en los bares en Valladolid destaca que «¡Sánchez ha cogido al más tonto del pueblo para que dé la cara ante su cobardía!» Tal vez de ahí venga el comentario de que «Feijóo ya intimida al mentiroso y enfangado Sánchez». A la ciudadanía de Pucela, nadie le va a explicar aventuras y andanzas nocturnas del ya exalcalde; allá cada uno con su vida, su dinero y su imagen. De lo que no hay duda es de que hubiera sido el personaje o tonto útil ideal para formar parte de la banda de Tito Berni.

«Me dio asco» ver en TV a Óscar Puente ante la degeneración e imagen que proyecta del «socialismo en el que yo milité», Leguina dixit. Opinión no muy alejada de la que ya tienen muchos otros compañeros socialistas. El «macarra» Puente dejó la imagen de Valladolid por los suelos, a la vez que él se revolcaba en el fango y la porquería del albañal en que se ha convertido el Congreso de los Diputados, otrora compuesto también por un sector de «diputeros/as» en el grupo socialista. Sus palabras hicieron que la ciudadanía vallisoletana quedara como el pardillo de turno y el cazurro del momento. Valladolid no debería salir a escena por «mendrugos» y gaznápiros como éste. Pido a Dios que nunca le nombren ministro porque no dudará en incendiar Roma para echar la culpa a los cristianos. ¿Acaso no pedían un muerto los independentistas y Puigdemont para echar la culpa a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, en aquella triste jornada del 1-O?

En bares, cafetería y centros de ocio recibió improperios de todo tipo, pero muy alejados de guapo y bonito. Me apena la vergüenza que pudieron sentir sus familiares más allegados al escucharle esputar en vez de hablar y debatir. Lo suyo es engorilar al personal y amarranar lo que toca. Él es así, es su sino. Hace tiempo que en Pucela lo tildaron cariñosamente con los sobrenombres de «Osobuco» y «Orangu», que le viene como anillo al dedo. Gracias a él, le PSOE ha desaparecido tras las enseñanzas proyectadas por el miserable Sánchez. Es de su escuela y así lo ha demostrado, pero no tardarán en prescindir de él dado que no resuelve nada, pero crea problemas innecesarios. Su soberbia le pierde, como bien sabe Alvise Pérez.

Pero, tranquilos, porque no tardarán en relegarlo. No da más de sí. Ha ido en listas solo para enfangar el Congreso, hacer el trabajo sucio, tirar la piedra escondiendo la mano y completar la noche madrileña. Pretendía «engorilar» a los suyos y lo consiguió. Sin duda, la más engorilada era María Jesús Montero, que no entendió nada de nada, como de costumbre, y ya se sabe que donde no hay mata, no hay patata. Me gustaría verla usar los pinganillos porque tiene que ser todo un espectáculo circense. ¿Sabrá que son uno para cada oído?

«¿Cómo puede representar este tipo al PSOE?», vuelve a repetir Leguina. Parece que el problema de los socialistas es que «el PSOE ha desaparecido». Incluso el expresidente va más allá al reprochar al mentiroso y felón, Pedro Sánchez, que sea incapaz de enfrentarse con las bases de su partido sanchista y machista; tal vez solo vea degeneración y cesarismo a su alrededor.  Si la pitonisa, Felisa, dijo que su final estaría lleno de sangre, ya puede ir cuidándose de ellas (las bases) y de sus propias decisiones. Eso de «meterse en la cama con Bildu», «estar en manos de unos separatistas», «buscar los favores de golpistas», «concordar con corrompidos fugitivos» y «amamantarse con comunistas» es muy peligroso. Solo su torpeza puede haber hecho que llegue hasta aquí.

Otro de los peligros del Calígula de Moncloa o del Stalin que desplumó a la gallina es que ha cortado todo tipo de debate en el PSOE. Nadie se mueve en la foto. Cultiva el culto al «dios corrompido» y maneja los hilos de Ferraz como cualquier sátrapa que no dormía sin espada en la mano. «Conozco mucha gente joven que son socialistas y no están con estas chapuzas sanchistas, (…) sólo se puede hablar fuera del partido, dentro no hay discusiones, las ha eliminado de los estatutos», insiste Joaquín Leguina.

Y si ha desaparecido aquel PSOE que era de fiar y que tenía don de Gobierno, también ha desaparecido la formación de Podemos, a quien Yoli «cohete» no quiere tener cerca. Huye de sus cinco representantes actualmente en «Sumar Plus». Yolanda Díaz ha dado orden de que no reciban ni agua para que se marchen, sea por sed, inanición o desprecio. Y ahí precisamente está el otro peligro. Hasta Sánchez puede encontrarse que los cinco podemitas le niegan el voto de investidura, si es que Felipe VI llega a encargársela, que yo tengo mis dudas. Antes o después, Podemos se vengará y encontrará el momento en que más daño pueda hacer. Socialismo y comunismo son primos carnales, pero se odian a muerte con un odio africano.

Para la presunta investidura de Sánchez, éste no tiene apoyos todavía. Se lo niegan los mismos que no irán a ver a Felipe VI a Zarzuela. Y si no hay constancia personal, doy fe de que no habrá propuesta de investidura; máxime, tras las presiones del ámbito Judicial y de miembros del Constitucional respecto al no a la amnistía. La Comisión Europea también le ha advertido que juega mal las cartas y que el comunismo sigue condenado en Europa.

Sánchez se puede quedar con un palmo de narices en los próximos días, sobre todo tras el rifi-rafe acaecido en Zarzuela entre el rey y él. Las amenazas de Sánchez no han gustado en la Judicatura y tampoco en el propio PSOE, menos aún en la presidencia de la UE.

De momento, Felipe VI va a hacer pasar al felón ante las «horcas caudinas» del desfile del 12 de octubre y la fuerte concentración del desprecio a Sánchez por parte del pueblo español. Y, ojo, que Podemos tiene la espada levantada contra Yolanda y contra el felón «horroris causa».

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Estos son los políticos que no merecemos. Por el Coronel de Infantería Efrén Díaz Casal

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Es evidente que la situación que los españoles atravesamos, difícilmente asumible, no es la más deseada.

Para explicar sus causas tenemos que acudir al auxilio de nuestra vigente Constitución que proclama que España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, y al diccionario de la Real Academia Española, que define la democracia como un sistema político en el que la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes.

El juramento o promesa de los políticos en la toma de posesión de sus cargos está en consonancia con lo dispuesto por el Artículo 6 de nuestra Constitución proclamando que el ejercicio de su actividad es libre dentro del respeto a la Constitución y a la ley.

Una vez lograda la victoria electoral, al tomar posesión de sus cargos, los políticos “juran o prometen guardar y hacer guardar fielmente la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico, lealtad a la Corona y cumplir los deberes de sus cargos”, juramento o promesa que queda arrumbada en el olvido al terminar el acto pues no son pocos los ejemplos al respecto en cualesquiera políticos sin distinción de ideología.

Cuando los políticos están en la oposición actúan de forma opuesta a cuando están en el Poder: en todo caso, cuando están en el poder confunden democracia con dictadura haciendo lo que se les antoja olvidándose de las promesas que hicieron en la campaña electoral y convirtiendo la mentira en su acción de gobierno, emulando a su homólogo nazi Joseph Goebbels “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.

La mentira, práctica que tradicionalmente la opinión pública relaciona con la profesión política, se cifra en:

  • Su desfachatez en la toma de posesión de sus cargos jurando y perjurando que cumplen la Constitución y la ley.
  • Su pasividad ante el secesionismo.
  • La reducción de los recursos hídricos debido a la carencia de embalses porque el coste para su construcción se emplea en gilipolleces como el empleo de lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados, amenazadoras de la indisoluble unidad de la Nación española.
  • Ocultar a la opinión pública la gravedad de nuestra situación política y económica.
  • La corrupción de algunos políticos no siempre sancionada por los tribunales demostrando con ello su falta de soberanía, independencia e integridad.
  • Ocultar a la opinión pública los intereses de los políticos.
  • Falsear las cuentas públicas.
  • Ocultar los casos de corrupción.
  • Ocultar los datos del paro, la violencia contra la mujer y la preocupación por la creciente disminución del poder adquisitivo.

La lista resulta interminable, lo que aconseja desistir continuarla para no cansar al lector.

Estos políticos que no merecemos, nunca están disponibles para que los ciudadanos nos dirijamos a ellos para exponerles una cuestión sobre cualquier asunto por importante que sea, incluido el acatamiento por los organismos y entidades públicas y privadas de una Ley Orgánica: no saben, no contestan.

No se equivocó el político alemán Otto Von Bismarck cuando dijo que “la nación más fuerte del mundo es sin duda España. Siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo, volverán a ser la vanguardia del mundo”.

Esperemos que la situación descrita y sus culpables desaparezcan lo antes posible de nuestro escenario.

Efrén Díaz Casal

Coronel de Infantería (R)

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España

(VIDEO MEMORABLE) LECCIÓN MAGISTRAL: Frank Cuesta explica sin morderse la lengua lo que opina de las “futbolistillas” de la selección… y de las feministas

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Pues a lo que nos dice Frank, no tenemos nada más que añadir. Lo suscribimos en un 110%. 

Pasen, y vean. 

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