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Tribunales

La Guardia Civil cree que unos trabajos modificaron el cierre del pozo de Totalán

Redacción

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La Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que unos trabajos llevados a cabo supuestamente por los propietarios de la finca para abrir una zanja pudo modificar el cierre del pozo en el que se encuentra atrapado Julen. La confirmación de que los movimientos de tierra afectaron a la prospección ello coincidiría con la versión de Antonio Sánchez, el empresario que realizó la perforación del pozo, quien mantiene que selló el orificio con una piedra y que su actuación fue modificada posteriormente. Los agentes encontraron materiales de construcción en la primera inspección ocular llevada a cabo el domingo por la mañana y constataron que se empleó algún tipo de maquinaria.

No obstante, aunque el responsable del pozo hubiera cerrado el sondeo con una piedra ello no le exime en que su forma de proceder no fue del todo correcta ya que la prospección debería haber sido sellada completamente, según indicaron a Efe fuentes cercanas al caso. Lo que sí parece tener claro la Guardia Civil es que el pozo se construyó anteriormente a la zanja.

En declaraciones a El Confidencial, el pocero defendió que él lo “dejó todo bien” y no “entiende lo que ha pasado”. “Dejé allí 6.000 kilos de tierra que lo han tirado por el lateral. Está todo al revés. Yo no lo hice así”, insiste. Según su testimonio lleva haciendo pozos desde que tenía 20 años. “El de Totalán yo lo tapé y la tierra la han puesto a seis metros”, apostilla al citado periódico, al que argumenta que el dueño de los terrenos “le engañó” y que el permiso que tenía “era de otro pozo”, no para el que cayó.

Tanto para acometer la prospección como para realizar ciertos movimientos de tierra es necesario contar con permisos, pero la Junta de Andalucía ya informó de que no había expedido ninguna autorización para excavar el pozo de más de 100 metros y en ningún departamento de Gobierno autonómico consta que se solicitase las autorizaciones pese a que son obligatorios para realizar prospecciones en busca de agua.

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Con toda la información que los agentes de la Guardia Civil están recabando sobre la titularidad, el tipo de terreno, si era urbanizable y los trabajos de prospección, entre otros, se están haciendo informes para que la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Totalán comprueben si se ha cometido alguna falta administrativa.

De haber alguna irregularidad se estaría hablando de “falta administrativa” y no de delito, ya que el tema penal lo lleva el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga y son temas separados e independientes, señalaron a Efe.

El equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Vélez-Málaga, que continuará investigando los hechos, fue el que, tras avisar la familia de que el pequeño había caído al pozo dio parte a la autoridad judicial, quien de inmediato abrió diligencias para investigar las circunstancias que rodeaban al suceso.

El Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga ha empezado a recibir todas los informes, declaraciones y atestados relacionados con el suceso. Los agentes de la Guardia Civil también han interrogado al dueño de la finca y a otras personas relacionadas con los hechos –incluso se intentó localizar a quienes ayudaron en las primeras horas tras la caída de Julen al pozo–, aunque las fuentes consultadas por Efe no precisaron más datos al respecto ya que el caso está judicializado.

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España

El juez del Tribunal Supremo que investiga al Fiscal General le acusa de «destruir pruebas». Pero aquí no dimite nadie

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El juez que investiga a García Ortiz le reprocha que haya hecho «desaparecer pruebas»

Hurtado señala la «falta de colaboración» del fiscal general del Estado por no haber comunicado al tribunal la eliminación de sus mensajes

El juez del Tribunal Supremo que investiga al fiscal general del Estado por revelación de secretos -por la filtración de datos reservados del empresario Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso- ha reprochado a Álvaro García Ortiz que haya hecho «desaparecer pruebas» de sus móviles, tras constatar la Unidad Central Operativa (UCO) que eliminó sus mensajes en los días claves de la divulgación de esa información confidencial sobre la investigación al empresario por fraude tributario.

Así lo pone de manifiesto el magistrado Ángel Hurtado en la resolución en la que -tras la queja del fiscal general sobre la incorporación de datos reservados a los informes de la UCO- acuerda que acusaciones y defensas puedan consultar los anexos de esos dictámenes en la propia secretaría del tribunal, para reducir así el riesgo de filtraciones. El instructor toma esta decisión tras recibir el último informe de la UCO, fechado el pasado día 21, que incorpora tres anexos sobre lo «cambios de móvil» del fiscal general

El instructor señala que «es una evidencia» que García Ortiz «ha hecho desaparecer pruebas que podrían encontrarse en sus terminales móviles» a lo largo de la instrucción. Y «aunque ha dado distintas explicaciones para hacerlo», añade, «de haber mostrado algún grado de colaboración con el esclarecimiento de los hechos, bien podía haberlo comunicado antes de llevar a cabo tal desaparición» y «no aprovechar» para llevar a cabo ese borrado masivo el mismo 16 de octubre del pasado año, «cuando es notorio que este Tribunal Supremo se declara competente para conocer de la causa, a raíz de auto de 15 de octubre».

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«Precauciones para sustraerse a la acción de la Justicia»

Ante esa eliminación de datos, y «el cauteloso «conjunto de precauciones para sustraerse a la acción de la Justicia», como dice nuestra LECrim -asegura-, se han acordado diversas diligencias «para tratar de recuperar pruebas», para lo que «ha sido necesario acudir a la realización de una serie de medidas de investigación tecnológica en búsqueda de los dispositivos móviles con los que se presume que ha desplegado su actividad delictiva, en las que, previsiblemente, el propio investigado debió haberse representado la posibilidad de encontrar datos relativos a terceros, que no había razón para descartar que ofrecieran información que contribuyese a ese esclarecimiento de los hechos».

Hurtado se refiere de forma expresa a lo que señala a este respecto la Exposición de Motivos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim) cuando se refiere -con el lenguaje propio de finales del siglo XIX- a la «desigualdad» de condiciones entre el investigado y el Estado en un procedimiento penal en la medida en que «desde que surge en su mente la idea del delito, o por lo menos desde que, pervertida su conciencia, forma el propósito deliberado de cometerlo», aquel «estudia cauteloso un conjunto de precauciones para sustraerse a la acción de la Justicia y coloca al Poder público en una posición análoga a la de la víctima, la cual sufre el golpe por sorpresa, indefensa y desprevenida». Para restablecer esa igualdad, expone la norma procesal, «menester es que el Estado tenga alguna ventaja en los primeros momentos siquiera para recoger los vestigios del crimen y los indicios de la culpabilidad de su autor».

Y aunque deja claro que «no desconoce» que «carece de relevancia penal que un investigado llegue a hacer desparecer pruebas», añade que «tampoco se debe ignorar» que ese borrado de mensajes de su móvil (y también de las copias de seguridad, según ha constatado la UCO) «no tenga incidencia en el desarrollo de una instrucción penal».

La consulta de documentos, en el Supremo

Hurtado acuerda que, a partir de ahora, los anexos de los oficios que realice la UCO no se entregarán a las partes, que únicamente podrán consultarlos en la secretaría del alto tribunal. García Ortiz se quejó de una supuesta vulneración de la normativa de protección de datos por la divulgación de información reservada en los anexos a esos dictámenes.

El magistrado se ampara en el artículo 236 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que faculta a los jueces a adoptar las medidas necesarias para suprimir datos personales de resoluciones y documentos «siempre que no sean necesarios para garantizar el derecho a la tutela judicial efectiva», y sin que en ningún caso, pueda producirse indefensión a las partes.

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