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Pues sí, señores. Cuando alguien no entiende que la bienintencionada sentencia “Use usted la cabeza, caballero” no implica usar el cráneo como ariete, ocurren estas cosas.
Sinceramente, -llámenme cruel- el vídeo me hace un poco de gracia. No por las imágenes en sí, sino por pensar en lo que dirá el protagonista cuando le pregunten que le pasó en la cara.
Eso sí, fíjense en los ojos de la víctima: esa expresión de no entender nada de lo que está pasando, esa mirada que parece preguntarse “¿Pero cómo me he metido yo en este lío?”
Pues amigo, muy fácil. Por meter la cabeza dónde nadie le mandó meterla. Con ustedes… Las imágenes en cuestión.
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