Hoy en día parece que todo lo nuevo proviene del continente americano. No sería de extrañar que, aparte de la música, la comida, la moda, el entretenimiento y tantas otras cosas acabemos imitando el sencillo pero eficaz método que algunos ciudadanos mexicanos de bien han terminado por adoptar ante la pasividad de sus políticos frente a las hordas interminables de inmigrantes que atraviesan su país, como una plaga de langosta, de camino a la todopoderosa USA.
México está haciendo de tapón, bajo las estrictas órdenes de Donald Trump. Y la situación no puede sino empeorar para México: mantener a ese innumerable ejército de parásitos en su suelo terminará por hacer peligrar el futuro de México como nación independiente y convertirá en una odisea -aún peor- la vida de sus habitantes.
Como el más simple de los sentidos de conservación recomendaría, la población ha terminado por reaccionar, y lo ha hecho de una forma expeditiva, pero sin llegar al asesinato de los criminales que les rodean.
¿Cómo lo han hecho? Mejor véanlo ustedes mismos. Y mediten que votarán en las próximas elecciones.