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Personajes como el panadero semianalfabeto Josep Bou, líder del PP en Barcelona, parecen trabajar para que el “sorpasso” de Vox al partido de Casado tenga lugar antes de lo que hubiéramos imaginado.
Solo a un descerebrado aquejado del síndrome de Estocolmo (amor que la víctima expresa hacia su opresor) se le ocurriría reivindicar al apellido catalán como el principal mérito curricular para ejercer la política en una región donde el apellido García es con creces el más numeroso. Ni siquiera el separatismo más recalcitrante se atreve a defender lo que este carcamal iluminado, sin apenas formación y que cada vez que habla exhibe al separatista cutre y garbancero que lleva dentro.
El polémico líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, ha asegurado este martes que fue «un error» poner de candidata por Barcelona a Cayetana Álvarez de Toledo en las últimas elecciones generales. ¿El motivo? Pues que según él, el partido debe tener líderes en Cataluña que «sean catalanes, tengan apellidos catalanes y hablen catalán».
«Los catalanes queremos gente de casa. Son cosas muy pequeñas pero son realidades. Se debe tener una idea clara. Tenemos que convencer y vender el producto y ella no era la mejor persona para hacer esto», ha dicho en una entrevista en RNE-Ràdio 4. Asimismo, el edil ha opinado que el PP debe tener una posición de equilibrio, y ha celebrado que el partido haya reencontrado los valores con figuras como él.
Asimismo, el antiguo presidente de la entidad constitucionalista «Empresaris de Catalunya» ha asegurado que entiende más que nunca lo que es Cataluña y el catalán. «Han vuelto los principios y los valores que el PP debe tener», ha asegurado, aunque ha advertido de que los de Pablo Casado deben modificar la estrategia que tienen, sobre todo en Cataluña.
