(R).- James Watson ha pisado suelo británico para dar una serie de conferencias en el marco de la promoción su libro: ‘Evite aburrir a la gente: lecciones de una vida en la ciencia’. “No hay una razón firme para anticipar que las capacidades intelectuales de personas geográficamente separadas en su evolución se hayan desarrollado de manera idéntica”, asegura en el texto.
No es la primera vez que la polémica sobre la genética y las diferencias raciales salta a la arena pública. En 1990, el libro ‘The Bell Curve’ (‘La Campana de Gauss’, en español) ya sugería que las diferencias en los índices de cociente intelectual entre razas tenían origen genético. La obra, firmada por Charles Murray y Richard Hermstein, aseguraba incluso que las políticas sociales estarían diluyendo la inteligencia de la población al fomentar que las mujeres con un bajo índice intelectual tuviesen hijos.
El oscurantismo en el ámbito científico dominado por la política y no por la ciencia
El científico genetista, biólogo y Premio Nobel codescubridor de la estructura del ADN, James D. Watson es uno de los investigadores más prestigioso del mundo, considerado padre del ADN. Éste asegura que las pruebas demuestran que la raza negra es menos inteligente que la raza blanca. Llega a la misma conclusión que el científico Georg Rieck en su revolucionario libro “Genética de la Inteligencia” (disponible gratuitamente en Internet) tras investigar miles y miles de personas de distinta raza, poniendo punto final sobre el interminable debate entre el ambientalismo y la heredabilidad.
Watson sostiene que las políticas occidentales en los países africanos han fracasado porque las personas negras no son tan inteligentes como las de raza blanca.”Todas nuestras políticas sociales están basadas en el hecho de que su inteligencia es la misma que la nuestra, mientras todas las pruebas muestran que no es realmente así”, afirma el científico en una reciente declaración al diario The Sunday Times.
A veces la investigación científica choca frontalmente con las creencias políticas y religiosas de los principales actores sociales. Los notables avances en la ciencia están demostrando día a día -a pesar de la censura oscurantista- que las creencias irracionales de los antirracistas carecen de fundamentos basados en hechos reales. La ciencia esta demostrando que no es el racismo sino el ciego antirracismo quien carece de fundamentos racionales y serios.
Georg Rieck afirma en su libro: “El material es abrumador. Justamente por ello capituló en este terreno uno de los más tenaces defensores de la igualdad racial en el ámbito de la inteligencia. El profesor Otto Klineberg, dijo ya en 1963: «en lo que a tests mentales concierne, la cuestión no reside en establecer si, en promedio, los niños negros obtienen resultados más bajos que los blancos. Que ello es así no puede ser puesto en duda”. (* 80)
Que las diferencias existen ya no pude ser discutido y, de hecho, hoy solamente las trata de negar cierto periodismo más preocupado por argumentos ideológicos que por hechos científicamente comprobados.”.
En este mundo donde se quiere imponer la globalización mediante invasiones y bombardeos misilísticos y/o mediáticos al mismo tiempo que se habla de libertad, estas declaraciones del Nobel James Watson son valientes y honorables. El científico sabe perfectamente que existe hace más de 50 años un tabú en el Sistema, y sabe que con su declaración puede llegar a perder mucho, pues toca no solo un tema sensible, sino que toca «el» tema sensible, que en el Sistema actual es visto como políticamente incorrecto, tabú sobre el cual nadie debe opinar libremente ni expresar su opinión objetiva ni a nivel científico ni a nivel filosófico racional.
El Sistema y sus propulsores tienen muchos intereses en juego, mucho que perder con este tipo de declaraciones, ya que en la agenda de los globalistas esta preestablecida la destrucción de las fronteras, de los países, los pueblos, las razas, las tradiciones, todo con el objeto de crear un monstruoso Gobierno Mundial dirigido por una elite de “elegidos” multimillonarios sionistas, sobre una humanidad mestizada y ennegrecida sin origen ni destino, y por ello más fácilmente dominable. Para lograrlo es necesario censurar toda opinión que pueda vulnerar estos intereses. El control monopólico de los mass media ya es un hecho. Al Sistema le conviene decir que no existen las razas y que todos somos iguales, pues si no existen las razas no existen los pueblos, las fronteras, ni tradiciones, ni costumbres a respetar y conservar. Existe un proceso dictatorial-tiránico de homogeneización racial y cultural, asistimos a una “macdonalización” del mundo con un sistema de valores decadentes, basado en el materialismo y el consumismo.
Nos quieren obligar a creer que no existen las razas y usan para ello la mentira y la chicana moral. Invierten millones y millones en mentirle a la gente y nunca pasan de fundamentos irracionales que repetidos constantemente en los medios masivos de comunicación terminan siendo creídos ciegamente en el imaginario colectivo. Lavado cerebral del cual no escapan personas que se autodefinen inteligentes… Insisten sobre la «eterna opresión» sufrida por las supuestas minorías de color por parte del hombre blanco, tesis ideológica, maniquea, parcial y netamente ambientalista. Con ella explican el eterno atraso y pobreza material-económica, tecnológica y cultural de algunas razas que jamás pueden alcanzar por si mismas siquiera niveles de progreso medio (en este caso los africanos de raza negra).
En un vigente e impuesto auto-odio al occidental al europeo y/o descendientes todos los males de las otras razas serían la consecuencia pura y exclusiva del “perverso hombre blanco”, dominador y opresor. Se prohíbe preguntarse el por que unas razas alcanzaron mayores niveles de progreso -realmente notable- mientras que otras jamás pudieron alcanzar siquiera en sueños; preguntar esto y cuales son las causas que llevan a unas a la preeminencia y a otras al eterno atraso (que no necesariamente deban explicarse en términos de opresor-oprimido). Se prohíbe este enfoque de análisis racional lógico y comparativo ya que puede conducir solo a respuestas donde el ambientalismo no tiene la última palabra, siendo las cualidades innatas heredables -que no se reducen solo al color de piel-, la genética, la raza cobran un nivel explicativo integral y fundamental que sin embargo es omitido y directamente censurado por cuestiones ideológicas, políticas, económicas y religiosas. Es decir desde un estudio sociológico es posible inferir cierta relevancia o preeminencia del factor heredable-racial sobre el factor ambiental.
No obstante hasta hace poco no existían pruebas de carácter científico. Pero los avances occidentales en la ciencia y la tecnología han podido determinar bajo enfoques interdisciplinarios diferencias innatas observables a nivel genético. La estadística, los estudios de CI, las imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf) principal método de investigación científica de las neurociencias cognitivas, están dando explicaciones firmes sobre estas diferencias innatas antes observadas desde investigaciones sociológicas objetivas (censuradas progresivamente desde la victoria aliada en la IIGM hasta el día de hoy y en democracia).
Existe otra arma abyecta que usan los globalistas: la difamación y el terror psicológico considerado también “terrorismo intelectual”, consiste en descalificar, desmerecer, desacreditar, ridiculizar, criminalizar toda opinión contraria a la establecida en la agenda de la Globalización y la Tiranía mundial homogeneizadora, igualitaria, cosmopolita, antirracista y consumista.
Existe un paralelismo increíble -como ya lo han destacado algunas almas despiertas- entre la Inquisición y el Nuevo Orden Mundial. Si bien cambian los instrumentos, la esencia es la misma, antes se tachaba al pagano europeo o al científico como “hereje”, ahora se los tacha de “nazi-fascista” y se los condena a la ruina social, todo en nombre de una supuesta libertad(!?). La hipocresía y las contradicciones dialécticas no han sido del todo advertidas por más evidentes que sean. La ligereza de opiniones periodísticas complacientes a la política y pensamiento de sus amos empleadores, defraudan el objeto para el cual deberían trabajar, la búsqueda de la Verdad y la verdadera y responsable libre opinión. A pesar de las habladurías de libertad de prensa, no existe en todo Occidente un solo medio de comunicación que haya aplaudido la actitud del científico James Watson. ¿Esto no sería imponer sutilmente un pensamiento único?, ¿dominio mental?, ¿dominio moral?
James Watson sufre en estos momentos la suspensión del laboratorio donde trabajaba e investigaba y fue obligado públicamente a retractarse de lo que dijo. “Hay científicos que han recibido amenazas de muerte” comentaba S. Roser de la Universidad de Minnesota a la revista «Muy Interesante» de febrero de 2007, “Algunos han sido difamados. Otros han recibido llamadas a las 2 de la madrugada del tipo ¿sabes dónde están tus hijos?.” . La declaración de Watson más allá de toda futura retractación, posee un cariz heroico en estos tiempos de oscurantismo selectivo, donde decir la verdad sobre determinados temas ya es algo heroico.
En fin, la irracionalidad religiosa o cripto-religiosa de carácter globalista ha provocado muchos males en el mundo y parece no descansar. Considero que no es descabellado hacer un paralelismo entre James Watson y Galileo Galilei, tampoco es descabellado hacer uno entre Georg Rieck y Galileo. Estos no son los únicos perseguidos, hay cientos de ellos, que no trascienden ya sea porque la censura es demasiado fuerte o porque no todos tuvieron la posibilidad de ser un premio Nobel con fama y reconocimiento mundial previos a su “herejía” o “apostasía a los dogmas globalistas”.
Científicos popularmente desconocidos como Ryke Geerd Hamer fueron incluso recluidos en la cárcel (hace pocos años) por descubrir un método revolucionario y natural para curar todo tipo de Cáncer asegurando 98% de supervivencia, pero claro… era una amenaza a los intereses sionistas, al negociado a los grandes laboratorios, y a la continuidad del genocidio silencioso de la raza blanca. No solo a los científicos se los persigue hasta el extremo de la cárcel, sino también a los revisionistas, esto le sucedió al historiador David Irving (entre otros).
Se ha demostrado que la esquizofrenia, la presión sanguínea, la altura, la circunferencia de la cadera, numerosas enfermedades, el peso y muchos otros rasgos se heredan. Los organismos mundialistas ya admiten que se puede heredar todo, pero menos el CI (coeficiente de inteligencia), pues eso sería reconocer la desigualdad total entre razas. Y los mundialistas por mucho poder que tengan no dejan de ser políticos, opinólogos, periodistas, religiosos y mafiosos, no científicos; y estos últimos cada vez sostienen por las evidencias todo lo contrario a los dogmas antirracistas impuestos por la globalización. Muchos de ellos callan para no perder sus trabajos, no todos son héroes. Pero hay quienes valientemente luchan por la Verdad y logran como pueden remar esta dura situación.
Un reciente trabajo conjunto de las universidades de Murcia (España) y San Francisco (EEUU), publicado en la revista Science de Agosto de 1999, sobre la corteza cerebral, demuestra que existe un mapa genético del cerebro ya definido desde el embrión. El cerebro supone el 2% del peso total en el cuerpo mientras que consume el 25% de sus calorías. El CI del negro en EEUU está entre 15 a 20 puntos por debajo del blanco. Tiene un promedio de 85, solo el 16% de la población negra de EEUU llega al 100 frente al 50% de blancos que supera esa cifra.
Por cada blanco con un CI de 50 a 70 (retrasado) hay 6 negros con la misma puntuación, por cada negro que llega a 130 (muy inteligente) hay 10 blancos. En exámenes universitarios de graduación (PACE) el 58% de blancos puntúa 70 por 12% de negros, el 16% de los blancos supera el 90, frente a solo un 1% de estudiantes negros que alcancen esa cifra. Una proporción de 1 a 80.
Un estudio del CI en niños adoptados por familias ricas y con estudios superiores, mostraba como los niños negros tenían una media de 89, los mestizos de 98 y los blancos de 106. (Wenberg Scarr ´s 1992). La doctora Audrey M. Shuey dice que las mayores diferencias se encuentran en test de inteligencia abstracta.
El tamaño medio del cerebro varía desde los 950 cm3 del aborigen australiano a los 1500cm3 del europeo continental. El del simio más evolucionado es de 600 cm3, hay pues, más diferencia entre un blanco y un aborigen (550cm3) que entre este último y el mono (350cm3). En Europa hay 2.150.000 científicos, 92.000 en Asia y 32.000 en África. Y debemos considerar que esto es aun más significativo cuando advertimos que la raza blanca es en el mundo una minoría, no una mayoría. Esto supone 600 científicos por cada 100.000 habitantes en Europa, 26 en Asia y Ö..6 en África. Con la numerosa población de China y Japón y su terrible desarrollo económico deberían existir más científicos e incluso superar a los occidentales sin embargo están demasiado lejos siquiera de alcanzarlos. Muchos no lo quieren admitir pero en los mismos EEUU podemos ver a modo de laboratorio como distintas razas de color con poder adquisitivo alto pueden adquirir tecnología creada por hombre blanco y gozar libremente de ella, inventos como la luz eléctrica, automóviles, celulares, televisores, motocicletas, computadoras, instrumentos musicales, lentes de contacto, lentes comunes, miles de inventos que salieron exclusivamente del cerebro creativo de la odiada “raza opresora de los blancos”, sin hablar de todo desarrollo científico en la cura de enfermedades que beneficia a toda la humanidad y a todas las razas incluso a las no blancas. A pesar de todo esto hasta el día de hoy en los EEUU no han surgido entre los ricos de otras razas genios del calibre de un Leonardo da Vinci, Galileo Galilei, Benjamín Franklin, Graham Bell, H. Ford, los hermanos Wright y los Horten, un Vivaldi, un Mozart o un Bethoven. La historia nos demuestra que muchos de los genios blancos, surgieron de la pobreza más increíble. ¿Por qué esto no sucede en África?. Simples preguntas que se me ocurren al paso.
Actualmente se están montando campañas de difamación a nivel mundial contra James Watson, los tribunales de la inquisición están en los gobiernos y en los mass media y ahora no están en manos de cristianos sino de sus “hermanos mayores” del mismo palo “espiritual” -si cabe el término-.
Ante todo este oscurantismo judeocristiano se contrapone la nobleza que destaca a los grandes representantes de la estirpe blanca quienes rinden honor y fidelidad a la Realidad y a la Verdad incluso a costa del sacrificio propio. Característica innata de idealismo próximo, como la llamaba en su tiempo el actualmente censurado filósofo alemán Alfred Baeumler.
La Verdad siempre triunfa frente al oscurantismo, aunque a veces haya que darle un empujoncito. Lo demuestra Galileo Galilei y el actual observatorio astronómico en el Vaticano. Lamentablemente no siempre se sabe reconocer a tiempo las incoherencias y las contradicciones… algunas mentes brillantes se adelantan siglos a las demás.
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