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Internacional

Un piloto salva a los 89 pasajeros de un avión tras aterrizar sin las ruedas frontales

AGENCIAS

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Un avión de la compañía Myanmar Airways, la aerolínea de bandera birmana, realizó este domingo un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Mandalay con el morro de la aeronave, tras un fallo en el tren de ruedas delantero.

Ninguno de los 82 pasajeros y miembros de la tripulación de la aeronave resultaron heridos en el incidente que tuvo lugar a primera hora de la mañana, informa el portal de noticias Eleven Media.

En un vídeo publicado en las redes sociales se observa la aproximación del avión, un Embraer 190, que tras tocar tierra con las ruedas laterales se inclina cuidadosamente para acabar deslizando con el morro por la pista hasta detenerse completamente.

Antes de iniciar el descenso, el piloto sobrevoló la zona para reducir al mínimo la cantidad de combustible por motivos de seguridad.

En un comunicado, la aerolínea aseguró que el aparato había despegado de Rangún y, al aproximarse al aeropuerto de Mandalay, el piloto, el capitán Myat Moe Aung, advirtió que no era capaz de desplegar las ruedas delanteras. Entonces sobrevoló dos veces el aeropuerto para que los controladores aéreos pudieran comprobar si el tren de aterrizaje estaba desplegado.

«Entonces el capitán siguió los procedimientos de emergencia y agotó el combustible para reducir el peso al aterrizar», señaló el comunicado, recogido por Reuters.

Una vez en tierra, la tripulación puso en marcha la evacuación de emergencia de la cabina.

El pasado miércoles, más de una decena de personas resultaron heridas en el aeropuerto internacional de Rangún cuando un avión de compañía bangladesí Biman se salió de la pista durante su aterrizaje.

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Internacional

La destrucción de la identidad masculina/femenina y… la homosexualidad

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Conflitti&Strategie

Por Gennaro Scala.

 

Son muchas las formas en que el ser humano representa las contradicciones que atraviesan su existencia, una de las principales y más antiguas se ha construido en torno a las diferencias biológicas, ligadas a la reproducción del género, a partir de las cuales se han creado diferencias culturales y morales, centradas en el principio de complementariedad. Debo aclarar de entrada que no me interesan, ni negativa ni positivamente, las preferencias sexuales individuales, que pertenecen a la esfera inviolable de la libertad individual. No niego que una sexualidad «desviada» pueda enriquecer la experiencia humana, pero para que sea «desviada» debe haber identidades masculinas y femeninas, mientras que aquí lo que está en juego es la destrucción total de la identidad, incluso de la homosexual.

Hay una base natural en las diferencias entre hombres y mujeres, y consiste en las conocidas diferencias anatómicas, que originalmente sirvieron para la reproducción. Posteriormente, dado que el ser humano no es sólo un ser biológico, sino también cultural, se han desarrollado diversas superestructuras culturales en torno a la sexualidad, y las «desviaciones» de esta norma, precisamente porque el hombre no es un ser puramente natural, siempre han estado extendidas en todas las sociedades, una excepción tan extendida que a su vez se convierte en la norma. En la Grecia clásica, la homosexualidad era la norma, y ​​se debía al carácter fuertemente masculino de la sociedad griega, con exclusión y degradación de la mujer, de modo que Eros, que involucraba tanto facultades físicas como espirituales, sólo podía surgir entre los hombres.

No veo por qué la cultura gay debería estar exenta de críticas, lo cual sería la forma habitual de discriminación inversa. Lo poco que tiene que ver el «orgullo gay» con la defensa de los derechos de una minoría es evidente en la inversión que se ha producido: ahora es la sexualidad heterosexual la que se burla, y esta burla es la que se escenifica principalmente en los «desfiles» del «orgullo gay»: «Yo antes era heterosexual, pero ahora estoy curado», resumía un cartel. No veo por qué, si no aceptamos el desprecio de los homosexuales, deberíamos aceptar igualmente el desprecio de los heterosexuales.

Hay una diferencia precisa entre ser homosexual y ser maricón, no por casualidad un epíteto frecuentemente usado por los propios homosexuales, y es la diferencia entre quienes viven una sexualidad distinta a la masculina y femenina y entre quienes quieren destruir, diluir y bastardear estas diferencias. Ser gay sin ser “queer” significa vivir tu sexualidad “diferente” sin resentimiento hacia los hombres y mujeres heterosexuales.

La identidad complementaria entre hombre y mujer se ha construido principalmente en torno a los principios de conflicto y relacionalidad: ambos son parte de la existencia humana (tanto masculina como femenina) que está atravesada por esta contradicción, pero mientras el hombre ha desarrollado la vertiente del conflicto, la mujer ha desarrollado la de la relacionalidad (esto no quiere decir que en el hombre la relacionalidad esté ausente y en la mujer el conflicto).

Obviamente no hubo nadie que planeara el «orgullo gay» en la mesa: surgen espontáneamente de la desintegración social de las sociedades ultracapitalistas, de las que tienen todas las características, vulgaridad, vida reducida a espectáculo, narcisismo, ilusión de la libertad ilimitada del individuo ilusoriamente desvinculado de la comunidad, pero como producto espontáneo es alentado y promovido por la administración norteamericana. El «orgullo gay» tiene poco que ver con los derechos de los homosexuales, es una albóndiga envenenada de un imperio en ruinas.

Los eventos del «orgullo gay» promueven la afeminación, que es una degeneración del principio femenino de relacionalidad separado de su conflictualidad complementaria, y como tales son muy bienvenidos por la administración estadounidense ya que facilitan la pasividad y la subordinación, pero también promueven el narcisismo, es decir, la incapacidad de relacionarse.

Éste es el sujeto ideal, ni hombre ni mujer, ni siquiera homosexual, incapaz de luchar por su propia dignidad e incapaz de relacionarse con otros seres humanos, con su atención constantemente fijada en sus propios genitales y orificios diversos.

http://www.conflittiestrategie.it/la-distruzione-dellidentita-maschilefemminile-e-omosessuale-gennaro-scala

Traducción: Carlos X. Blanco

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