Economía

Traducción de certificaciones y legalizaciones

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La traducción es considerada una actividad esencial, ya que a través de ella es que se transmite el conocimiento y la información de las áreas más variadas, además de permitir una gran cantidad de gestiones comerciales, educativas, jurídicas, etc.

Dentro de las especializaciones de la traducción se encuentra la traducción jurada y los traductores que la certifican con su firma y sello. En muchas oportunidades estas traducciones necesitan de otras gestiones para cumplir su función final. Por ejemplo, ser legalizadas en el Ministerio de Relaciones Exteriores (o el organismo que las legaliza según cada país), o en caso de que los países para los cuales se realiza la traducción no sean firmantes del Convenio de la Haya, se debe legalizar en el consulado correspondiente.

Qué es la Apostilla de La Haya

La apostilla es la representación de la legalización del organismo correspondiente, que brinda la garantía de que son auténticos, y especialmente que fueron emitidos por la autoridad competente de un país para las mismas autoridades de otro. Asimismo, demuestra que se han cumplido todas las formalidades legales que se debían cumplir de manera interna.

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Este trámite se hace en el país de origen de la documentación para ser presentado en otro país. Asimismo, es importante destacar que la apostilla no es un documento adicional que se adjunta a la traducción, sino que es un sello de legitimización.

La traducción con apostilla

En el caso de que le llegue a un traductor jurado un documento para traducir que ya tenga la apostilla, ésta se puede traducir o no, ya que no es obligatorio hacerlo. Los traductores jurados tienen experiencia en este tipo de labor, por lo que la traducción de apostilla, en caso de ser requerida,  es un desafío que sortean con profesionalidad.

De acuerdo con las definiciones del Convenio de la Haya la apostilla puede ser escrita en la lengua oficial del país en donde se expide, con las menciones incluidas en un segundo idioma. Sin embargo, “Apostille (Convention de La Haye du 5 octobre 1961)” siempre debe estar escrito en francés.

Otras legalizaciones

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Para algunas gestiones, las traducciones también reciben otras legalizaciones como puede ser la consularización o la legalización en un Colegio de Traductores local. En este último caso, la gestión consiste en comparar el sello y la firma del traductor que se encuentran en la traducción con los que se tienen registrados en ese organismo. Además, se constata la vigencia del permiso o matrícula del traductor.

En el caso de que se deba consularizar la traducción, esta gestión se realiza en el consultado del país en donde se presentará el trámite. Los cónsules actúan y ejercen actividades parecidas a las que realiza un funcionario de un Registro Civil, por lo que la traducción queda legalizada como si lo hubiera hecho un notario.

Conclusión

Las certificaciones y legalizaciones de las traducciones son pasos muy importantes en lo referido a los trámites por los cuales se realizan las traducciones juradas. En el caso de la apostilla, puede o no traducirse, de acuerdo con lo planteado por el Convenio de La Haya. En el caso de hacerlo, se deberá hacer según lo establece el Convenio.

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