Los activistas del supremacismo ecoanimalista son totalmente una expresión más del marxismo posmoderno, según el cual hay que destruir al capitalismo y sus valores asociados, y también al cristianismo, a la familia, y a la propiedad privada. ¿Para qué? “Para salvar al mundo”.

Advertisement

En su lucha, el sujeto revolucionario no es ya el proletario que toma las armas, como en el marxismo clásico, sino el activista que pone al planeta y a los animales por encima de todo. El planeta es un “ser vivo” que merece le sirvamos, no que nos sirvamos de él. Los animales no son inferiores al ser humano, sino nuestros hermanos y vale lo mismo una vaca que una mujer, o un perro que un hombre. Y lo mismo pasa con la naturaleza en general y con los árboles en particular que son seres vivos. Así, textual.

No es extraño entonces que en muchos casos, estos supremacistas ecoanimalistas, sean veganos, es decir, que por un supuesto amor al planeta y a sus seres, no consumen en comida ni en productos, nada de origen animal. Aunque, con esta forma de pensar, habría que cuestionarles de qué se alimentan, para no “abusar” de ningún ser vivo. Porque incluso si comen lechugas o espinacas, les podemos argumentar, están claramente “asesinando” un ser vivo, una planta, que no por no tener un sistema nervioso, es que valgan menos, siguiendo su misma escala de valores.

La Agenda 2030 juega un papel destacado en la construcción de esta sociedad global, sin hijos, dominada por la ideología de género, promotora del aborto, más bien totalitaria, izquierdista, partidaria del supremacismo LGBT y del feminista y la multiculturalidad.

Los derechos de los árboles

Los comunistas de Unidas Podemos se proponen actualizar los derechos de los árboles. El socio del PSOE en el Gobierno va a defender en la Comisión de Transición Ecológica del Congreso una propuesta que supondrá la «modernización del estatuto jurídico del árbol«. Con la reforma que propone Podemos los árboles dejarían de ser considerados ‘objetos’ desde un punto de vista legal y pasarían a tener la categoría de ‘seres vivos‘. O sea, puro supremacismo ecoanimalista

La primera de las peticiones de la PNL es la «modernización del estatuto jurídico del árbol para que deje de ser considerado un objeto y obtenga reconocimiento legal como ser vivo con alto valor social y ecológico».

Advertisement

Reconocer los «derechos de la naturaleza»

Fuentes de Podemos explican que es pronto para conocer las consecuencias legales de que salga adelante la propuesta, pero «se trata de una iniciativa dentro de un conjunto (como la propuesta de que el ecocidio sea reconocido como crimen internacional, por ejemplo, o la propia ley que da derechos al mar menor), que de lo que tratan es de reconocer los derechos de la naturaleza«.

Equiparar el ecocidio al genocidio

Podemos continúa con su paquete de propuestas supremacistas ecoanimalistas, entre las que se encuentra la equiparación del ecocidio al genocidio, una PNL que ya fue llevada a la Comisión de Transición Ecológica. Los socios de Pedro Sánchez solicitaron que el Gobierno presione para que la Corte Penal Internacional (CPI) se encargue también de juzgar el ecocidio («destrucción del medio ambiente, en especial de forma intencionada», según la RAE).

De esta forma, el ecocidio alcanzaría el mismo nivel de delito que genocidios, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra crímenes de agresión. Sin comentarios.