Gastronomía

¿Sabes por qué estás haciendo mal el café cada mañana?

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El café es una costumbre milenaria que cada año gana más adeptos pero que no siempre se lleva bien a cabo, pues hay una serie de errores que cometemos cuando lo preparamos, ya sea de la manera tradicional o haciendo uso de cafeteras, que empeoran considerablemente el resultado.

¿También cometes estos errores cuando preparas café?

No sirve cualquier agua. Esta infusión intensa se sirve, como la gran mayoría, del agua para su disfrute, así que es fundamental dar con una libre de impurezas. No hace falta que sea mineral, pero sí que esté filtrada.

El mantenimiento de la cafetera. Como cualquier electrodoméstico, la cafetera siempre debe estar limpia y a punto para ser utilizada, pues, de no hacerlo, el café podría acabar contaminado de bacterias y tener un sabor agrio nada agradable.

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Una mala proporción de café y agua. Para que salga con la consistencia exacta, la proporción de agua y café debe ser la adecuada. Es decir, unos siete gramos por taza de desayuno, aunque cabe destacar que los gustos de cada comensal decidirán si la cantidad de café se aumenta o disminuye.

La elección de la taza importa. La taza perfecta depende del tamaño del café: para un cortado, una pequeña, para uno con leche, de desayuno… Eso sí, es conveniente que antes de servir la infusión la taza ya esté templada para no alterar sus propiedades.

El café no se bebe hirviendo. Lo mejor es beberlo a temperatura corporal, ya que, además de evitar quemaduras en el paladar, se podrán distinguir los muchos aromas de cualquier café. Ya se sabe que hay que beberlo con calma, dejándolo reposar unos minutos (en los que se puede disfrutar de delicioso olor) antes de tomárselo con tranquilidad.

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